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Pobreza disminuye a paso de tortuga en el ciclo caviar

Pobreza

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Desde El Faro

Por: Rafael Hidalgo

Cada año nos toca el penoso ejercicio de contar el número de pobres y, esta vez, con relativo alivio se revela que ha disminuido un “cachito” de 1.4% (386 mil personas) respecto al 2023 (29%) porque se situó en 27.6% (9.4 millones de peruanos) en 2024, según los resultados de la Encuesta Nacional de Hogares del INEI, pero, aún estamos muy lejos del porcentaje más bajo de 20.2% que se alcanzó en el año previo a la pandemia (2019).

Si bien la pobreza monetaria ha venido disminuyendo a lo largo del siglo XXI, la reducción más abrupta se produjo durante el período 2006-2011, coincidiendo con el segundo gobierno de Alan García, donde la incidencia en la población cayó a la mitad (8 millones), bajando de 55.6% a 27.8% (INEI). Una salida espectacular de la pobreza de ocho millones de peruanos, sobre todo de la zona rural. En los gobiernos siguientes, la reducción se desaceleró hasta alcanzar el 20.2% (2019), pero, llegó el COVID-19 aparejado con una cuarentena medieval, en que reinó el pésimo manejo económico del gobierno del expresidente Martín Vizcarra que elevó la pobreza hasta 30.1% (2020).

Para remate, después asolaron el Ejecutivo en un lustro fatídico, caviares y rojos: Francisco Sagasti, Pedro Castillo y Dina Boluarte, y el número de pobres apenas menguó a 27.4%. El ingreso real promedio mensual por habitante que era de S/ 1,302 (2019) ahora es de S/ 1,196 (2024), un -8.2% menor. Víctor Fuentes del IPE señala que con un crecimiento del PBI que bordee el 3% al año (como ahora): “se tardarían dos décadas para recuperar la incidencia de pobreza de 20.2% del 2020” (9/5/25).

A nivel nacional, las dos regiones con menores niveles de pobreza son: Ica (6%) y Moquegua (11%) y con mayores niveles: Cajamarca (45%) y Loreto (43%). El porcentaje en Lima Metropolitana es de 27.6%, se ha incrementado a casi el promedio nacional. Han incrementado la pobreza: Cajamarca (de 44.5% a 45%) y Ucayali (de 26.9% a 27.1%), siendo las regiones que más han reducido: Ayacucho (de 39.4% a 32.8%) y Huancavelica (de 39.5% a 33.4%).

“Hoy la pobreza tiene rostro urbano y esto es esencial para las políticas, tanto la focalización de los hogares como el nuevo diseño de estrategias específicas”, recomienda Javier Herrera del IRD de Francia. (9/5/25).

Para determinar la línea de pobreza monetaria el INEI fija gastos en una canasta básica (alimentos y servicios de vivienda, educación, salud, transporte, etc.) simulando una familia compuesta de cuatro personas que requeriría como mínimo de S/ 1,816, para afrontar estos consumos (2024). Es decir, que el gasto mensual de S/ 454 por persona es la línea de frontera, que divide a los no pobres con los pobres. La canasta básica de alimentos, que separa los pobres extremos de pobres no extremos, es de S/ 256 por persona. La incidencia de pobreza extrema -aquellos peruanos a los que no les alcanza ni para comer- en el 2024 fue de 5.5% (1.872.000 personas), una reducción de apenas 50 mil personas en comparación al 2023 (1.922.000 personas), pero 940 mil personas por encima del nivel prepandemia del 2019 (932 mil personas).

Entre los pobres extremos, el 97.6% tiene empleo informal, pero, 91.1% cuentan con telefonía móvil, únicamente 17% tiene internet, 5.7% computadora/laptop, mientras que apenas 17.3% con agua segura. En este contingente de hogares desesperados, a los que no está llegando la ayuda de los programas sociales, el 25.8% son jefaturados por mujeres. No basta ni el regalito, ni el consabido Feliz Día de la Madre.

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