- Las acciones suben más de un 3% en las horas previas a la apertura de negociación
- Al calor de la desescalada comercial entre EEUU y China…
- … y la creciente demanda de procesadores Blackwell
Vuelve a ser un momento histórico para Nvidia. El fabricante de semiconductores, al calor de la inteligencia artificial, es noticia este miércoles al haber alcanzado los 5 billones de dólares de capitalización de mercado (concretamente llega a tocar los 5,1 billones). En un día, acumula una subida del 5%, del 44% si tomamos como referencia su cotización a principios de año. Se negocia en máximos históricos, en el entorno de los 210 dólares y, a velocidad de vértigo, se consolida como el gigante tecnológico mejor posicionado para aprovechar el boom de lo que viene.
Como viene siendo habitual en Wall Street, el furor inversor generado en torno a la acción en las últimas horas procede de la voz política de Estados Unidos, la del presidente Donald Trump. El republicano, que está de viaje en Asia, mostraba en las últimas horas su predisposición a reducir el arancel del 20% relacionado con el fentanilo que desde principios de año Washington aplica a los intercambios comerciales con China. Por el momento, son palabras que veremos si se confirman una vez se reúna el inquilino de la Casa Blanca con su homólogo chino, Xi Jinping, en las próximas horas, pero de momento, la especulación vale para desatar la euforia sobre Nvidia.
¿Por qué? Pues porque Trump, además de decir también que la guerra por las tierras raras con Pekín no cree que vaya a ir a más, ha comentado a los periodistas que hablará con Xi sobre Blackwell, el que en su opinión, es un chip «que está está diez años por delante de la competencia».
A día de hoy, es verdad que Blackwell es la materialización de un salto generacional respecto de los chips que hoy incorporan la mayoría de máquinas que se comercializan. Con una capacidad cinco veces superior a sus predecesores, Blackwell ofrece hasta 2,5 veces velocidad de entrenamiento y es 25 veces más eficiente energéticamente. Según Jensen Huang, el CEO de Nvidia, la demanda de Blackwell es «extraordinaria» con sistemas entrando en producción masiva para Microsoft, Amazon, Google y Meta. Los expertos de Citi proyectan que los ingresos de centros de datos de Nvidia podrían superar los 300.000 millones de dólares solo en 2026 gracias a Blackwell y la próxima arquitectura prevista, Rubin, cuyo lanzamiento podría llegar a lo largo de próximo año.
Mientras se materializan las promesas, en las últimas horas la compañía ha celebrado en Washington D.C. su primera conferencia GTC en la que Jensen Huang ha delineado la próxima fase de computación acelerada y la inteligencia artificial. Entre los principales anuncios, la firma dio a conocer unos contratos acumulados por valor de 500.000 millones de dólares, además de un pacto con el Departamento de Energía de Estados Unidos para quien Nvidia construirá siete supercomputadoras. También se ha aliado con Uber, Palantir o Nokia para desarrollar nueva tecnología e integrar sus semiconductores en los sistemas informáticos del resto de empresas.
A todo esto, la dirección de la compañía ha confirmado que los primeros chips Blackwell producidos en la planta de TSMC en Arizona están en producción completa, respondiendo así a la llamada de la administración Trump para reindustrializar el país e intentar ganar la batalla tecnológica a China.
A pesar de la creciente competencia, Nvidia mantiene una cuota de mercado en el negocio de las GPUs para inteligencia artificial de algo más del 92%. Competidores como AMD, Intel y Qualcomm están lanzando alternativas, pero ninguna que suponga, de momento, una amenaza de verdad para la compañía.
A día de hoy, el PER (veces que el beneficio se recoge en el precio de la acción) es mayor de 58 veces, según Bloomberg, entre expectativas de que el crecimiento, de momento, es imparable dentro de esta empresa. De hecho, el consenso de analistas coloca el precio objetivo de Nvidia en los 225,3 dólares, lo que supone seguir viéndole un potencial alcista de algo más del 12%. La recomendación de los expertos sigue siendo de ‘compra’.
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