La nave Starship, el cohete más grande y poderoso del mundo, propiedad de Space X y en consecuencia de Elon Musk realizó este pasado jueves 16 de enero el séptimo vuelo de prueba y el primero de 2025 con las presión encima después del exitoso lanzamiento del que es ahora su máxima competencia, el cohete New Genn de Blue Origin, propiedad de Jeff Bezos (Amazon).
Existe actualmente una carrera espacial entre empresas privadas, liderada hasta ahora por Space X, con el objetivo de poder colaborar con la NASA en sus misiones espaciales. Decimos que la compañía de Musk va en cabeza porque su nave Starship había hecho ya varios vuelos de prueba con muy buenos resultados, no obstante, en la madrugada de este pasado jueves Jeff Bezos le ha comido terreno y ahora amenaza con «robarle» este contrato con dicho organismo espacial.
El lanzamiento de la Starship, que se realizó desde las instalaciones de Boca Chica, Texas, se había desarrollado con normalidad, e incluso el Super Heavy (una de las partes del cohete) volvió a Tierra y por segunda ves fue atrapado por las super pinzas, algo esencial para la reutilización de piezas que tiene como objetivo abaratar los costes de las misiones espaciales.
Lo cierto es que todo apuntaba muy bien, y hay que tener en cuenta que en estas misiones de prueba el objetivo no es alcanzar órbita, sino dar vueltas a la Tierra y descender por la cola de manera controlada. Sin embargo, mientras el cohete ascendía y como informaron durante la transmisión desde Space X, perdieron el contacto con la nave y a los pocos minutos, la nave explotó mientras transitaba por el Atlántico al norte de la provincia Monte Cristi, en República Dominicana.
Los escombros cayeron sobre estas aguas internacionales y aunque no se han reportado daños a personas o estructuras en territorio dominicano, si que se han tenido que desviar vuelos que tenían una ruta programada cercana a donde ocurrieron los hechos.
Hasta ahora, la empresa no ha publicado detalles oficiales sobre las causas del incidente, pero se ha confirmado que se trata de un fallo ocurrido en plena fase de prueba. No se puede tildar de fracaso esta prueba, aunque podemos estar seguros de que no ha cumplido con las expectativas de Space X, sobre todo después de que su nueva competencia (Blue Origin) haya logrado sus objetivos el mismo día. Miguel Terán. El Economista.