Desde el Faro
Por: Rafael Hidalgo
El presidente del BCR, Julio Velarde, ha pronosticado que en 2025 la inversión privada —que representa el 80 % de la inversión— crecerá en 4,1% porque: “se asume un entorno favorable, ausencia de choques climáticos… y condiciones financieras… que incentiven el crédito y un proceso electoral que no conlleve riesgos para la estabilidad” (Reporte de Inflación, 15/3/25).
Entre otros indicadores favorables señala: el consumo interno de cemento, las importaciones de bienes de capital (30% en enero) y la Encuesta de Expectativas Empresariales de febrero (BCR), donde 15 de los 18 indicadores que estiman la situación actual del negocio y las expectativas se encuentran en el tramo optimista, creciendo sobre todo la expectativa de inversión.
Lo que podría ponerse en compás de espera del optimismo que nos insufla su majestad Julio IV es sobre “un proceso electoral sin riesgos para la estabilidad”, porque nuestro electorado suele votar en contra de la lógica. Después del COVID-19, no se nos ocurrió otra cosa que elegir a un presidente que no cuenta con las condiciones mínimas para razonar. Hemos elegido tres presidentes que se encuentran en el banquillo de los acusados: Ollanta Humala (2011), PPK (2016) y Pedro Castillo (2021), y por eso estamos como estamos. Ahora se esperan no menos de 42 caballos en el partidor. Dios nos salve en esta Tinka.
Sería recomendable que, en un país con un 42,1 % de su población con algún problema de salud crónica, 35,6 % alimentándose con una dieta que presenta déficit calórico y que únicamente cuentan con ocupación 17,3 millones (65 %) de un universo de 26,3 millones de personas en edad de trabajar (INEI), los que aspiran a dirigir el país apuesten por la inversión con ideas razonables.
Por ejemplo, sería bueno que los candidatos se den una vueltita promocionando las inversiones 2025-26, como el avance de las obras de la Línea 2 y los proyectos en cartera de la Línea 3 y la Línea 4 del Metro de Lima. Viettel está desplegando la infraestructura necesaria para la implementación de las bandas 2.3 GHz y AWS-3 en más de 3 800 localidades rurales, en tanto que el Consorcio Eléctrico Yapay obtuvo la concesión de la línea de transmisión Enlace 500 kV Huánuco – Tocache – Celendín – Trujillo; y las inversiones del sector minero: San Gabriel y el inicio de los proyectos Reposición Antamina, Tía María, Zafranal y Corani. Y las que vienen.
Finalmente, bien vale un jalón de orejas al sector privado por el colapso del puente Chancay —donde hubo tres muertos— a cargo del concesionario Norvial (ex Graña y Montero y JJ Camet), la letal caída del techo en el Real Plaza Trujillo del grupo Intercorp, cuyo CEO Fernando Zavala señaló que: “a más tardar, entre diez días a dos semanas, se conocerán las causas” (RPP 3/3/25). En la espera se reveló que el diseño estructural de la cúpula de 16 columnas, realizado por el ingeniero Jorge Rivera Feijóo, fue modificado: “cinco columnas cambiaron de lugar, por eso en las imágenes aéreas se ven ocho puntales de refuerzo, para la ampliación del patio de comidas”, que corrió por cuenta y riesgo del arquitecto Ernesto Villanueva, quien se encuentra prófugo de la justicia desde 2022 por otro desaguisado (H13, 7/3/25). Y para cerrar la lista, el enésimo retraso de la inauguración del nuevo aeropuerto Jorge Chávez por parte del concesionario LAP (Fraport AG de Alemania).
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