- Los metales preciosos se erigen, una vez más, como opción de cobertura
- La plata se revaloriza casi un 5% desde el primero de enero
- El oro, una de las materias que puede seguir «haciéndolo bien» según los expertos
2025 ha dado comienzo con inestabilidad en el mercado de materias primas. Sin una tendencia generalizada entre los principales protagonistas de este mercado, salvo por una excepción: la marcada por los metales preciosos. El oro y especialmente la plata, que se revaloriza cerca de un 5% desde el primero de enero, copan las primeras posiciones en el ranking de commodities más alcistas de 2025.
Ambos metales están poniendo de manifiesto en este inicio de año su capacidad para añadir diversificación a las carteras de los inversores y también para proporcionar una cobertura frente a perturbaciones geopolíticas como las que se espera que se acaben generando en el ejercicio recién estrenado, entre los que se encuentran las guerras ya en marcha, las tensiones geopolíticas, las políticas que implemente el nuevo presidente electo de EEUU, Donald Trump, y por supuesto las barreras arancelarias que imponga a sus socios comerciales.
«Da la sensación de que el oro no solo será una cobertura sólida frente a los próximos aranceles de Trump», sino también frente a las medidas de represalia de otras naciones, explica desde Pepperstone Group, Chris Weston. Esas medidas aún no han sido descontadas por el mercado, lo que significa que «la volatilidad de los activos cruzados podría aumentar» y apoyar al oro, agrega.
Algo que avalan desde Natixis al destacar la importancia que puede tener «el impacto de la nueva política económica de EEUU sobre los precios de las materias primas y también poner de manifiesto «el impacto de la escalada de las tensiones comerciales sobre el crecimiento de China».
«Las expectativas de menores tipos de interés o la demanda de institucionales durante los últimos años o la liquidez son algunas de las razones por la que seguimos pensando que el metal precioso lo pueda seguir haciendo bien. Más si cabe durante el primer trimestre del año con nuevo Presidente de los EEUU», acotan desde Activotrade. Todo ello a pesar del track record que acumula el metal dorado.
Y es que, no hay que olvidar que, «en general, 2024 fue un año fuerte para la renta variable global, cuya rentabilidad fue sólo superada por la del oro, que subió casi un 30% a lo largo del año, apoyado en gran medida por las fuertes compras físicas de los mercados emergentes», tal y como destaca Claudio Wewel, estratega de divisas en J. Safra Sarasin Sustainable AM.
Los bajos tipos de interés reales (especialmente en EEUU) y las políticas monetarias más acomodaticias (tanto de de la Fed como del BCE) también han apoyado su evolución, pero son muchos los expertos que señalan a la fuerte demanda procedente de la industria de la joyería (alrededor del 40% de la demanda) y, sobre todo, de los bancos centrales de los países emergentes, deseosos de diversificar sus reservas de divisas, para justificar el alza de sus precios en los últimos meses.
«Los bancos centrales de los mercados emergentes están comprando oro a tasas sin precedentes desde la invasión rusa de Ucrania», opinaban desde Pimco hace unas semanas.
Materias primas relacionadas con la energía
«Como clase de activo, las materias primas han perdido popularidad debido a las preocupaciones sobre el crecimiento mundial, pero tienen un importante papel que desempeñar a la hora de ofrecer diversificación y crear carteras resistentes» destacaba en su informe de perspectivas anuales Johanna Kyrklund directora de inversiones del Grupo Schroders, mientras señalaba al oro como «el activo refugio por excelencia» y a las materias primas relacionadas con la energía como una forma de materializar esta teoría.
El dato de empleo de Estados Unidos a cierre semanal y las sanciones estadounidenses que se estarían preparando y que afectarían a más de 180 operadores y transportistas marítimos de crudo mundial (muchos de India, según Reuters) dispararon el precio del petróleo cotizado. El precio del barril Brent, de referencia en Europa, se disparó hasta un 4% este viernes hasta alcanzar los 80 dólares por barril. De esta forma, en lo que va de 2025 el crudo sube más de un 7%.
Y eso que algunos analistas, como Norbert Rücker, jefe de investigación económica y Next Generation de Julius Baer, analizan la decisión del Gobierno de Ucrania de paralizar el tránsito de gas ruso por su territorio resaltando que esta interrupción «no supone una seria amenaza para el suministro energético en Europa, dado que su capacidad de almacenaje en muy amplia, la demanda se ha suavizado y los países comunitarios compensan el déficit de abastecimiento del gas ruso con una creciente oferta del exterior».
Sea como sea el compromiso del nuevo presidente de EEUU con la desregulación y con el aumento de la producción de petróleo estadounidense plantean nuevos retos para los precios del crudo. «La interacción entre estas políticas y factores geopolíticos y económicos más amplios podría redefinir el panorama energético», plantean desde Candriam.
«En conjunto, esperamos que los precios del crudo Brent se sitúen en torno a los 70 dólares por barril en 2025, ligeramente por encima de las expectativas actuales del mercado, pero por debajo del coste de muchos nuevos proyectos petrolíferos. Según cómo se desarrollen estos riesgos, los precios podrían oscilar entre 50 y 80 dólares por barril, un rango amplio debido a los numerosos factores de riesgos», indican.
Los metales, afectados por la crisis china
Ampliando la visión al conjunto de una cesta más amplia de materias, se puede ver como las dinámicas de la oferta y la demanda que afectan a los precios y al rendimiento de cada una de las comodities varían significativamente. «Los metales básicos están estrechamente vinculados al ciclo crediticio chino, mientras que los metales preciosos se correlacionan con la política monetaria. Los cereales y las materias primas blandas, por su parte, dependen de los regímenes meteorológicos regionales. Por ejemplo, África Occidental es relevante para el cacao, mientras que Rusia, Ucrania y EEUU lo son para el trigo; para la soja y el maíz, Sudamérica es el centro de atención», explica didácticamente la jefa de commodities de la gestora suiza Vontobel, Kerstin Hotner.
Por eso, desde Bank of America Merrill Lynch destacan el comportamiento del cobre y el níquel, que, pese a que registran alzas en lo que va de año, se enfrentan a una creciente incertidumbre en lo que a su demanda se refiere «por los conflictos comerciales», aunque el gasto en la transición energética pueda ayudarle a mitigar este efecto.
En ese sentido, el hierro y el acero se muestran como los metales que más están reflejando, por ahora, la gran cantidad de desafíos a los que se enfrenta la economía de China. Y es que, a la tantas veces mencionada crisis inmobiliaria que limita la positiva evolución de su PIB se sumará en 2025 un recrudecimiento de la guerra comercial que mantiene con EEUU, que implicará nuevos aranceles a los productos que exporta, entre los que los metales tienen un gran peso.
eleconomista.es