¿Qué harías si descubrieras una app que te da acceso gratuito a millones de canciones sin interrupciones publicitarias ni pagos de por medio? Esto es precisamente lo que promete Musi, una aplicación que ha conquistado a cada vez más usuarios.
Pero detrás de su atractivo modelo, surgen preguntas: ¿es sostenible? ¿Es legal? En un panorama dominado por gigantes como Spotify y Apple Music o Youtube ¿cómo es posible que una startup tan pequeña haya logrado tanto? La historia de Musi no es solo un relato de éxito tecnológico, sino también un caso que despierta suspicacias legales y cuestiona los límites de la innovación en el mundo del streaming musical.
De Winnipeg al mundo: el nacimiento de una idea
En 2016, dos jóvenes canadienses presentaron su idea en el programa Dragons’ Den, buscando financiación para su app de streaming musical. Musi, concebida como una alternativa sencilla y sin suscripciones, atrajo el interés inmediato de los inversores. Sin embargo, los jueces no cerraron ningún trato, alertados por posibles riesgos legales.
A pesar de este inicio incierto, la app creció de manera constante. Hoy, Musi ha superado las 66 millones de descargas, manteniéndose entre las más populares en la App Store. Puedes probarla aquí para Apple y descargarla para Android instalando una APK.
El modelo de negocio que desconcierta a la industria musical
Musi se diferencia por su enfoque: no aloja música propia, sino que utiliza videos de YouTube para ofrecer streaming de audio. Según sus creadores, esto asegura que cumplen con las licencias de YouTube. Sin embargo, algunos expertos cuestionan esta afirmación. Mientras que YouTube tiene acuerdos de licencia con las discográficas, no está claro si estas cubren aplicaciones externas como Musi.
Además, su éxito económico es innegable. Con una interfaz básica, la app genera ingresos publicitarios significativos. Según Pixalate, Musi lidera las ganancias en publicidad programática, recaudando más de 107 millones de dólares en 2023 solo en Norteamérica. Sin embargo, esta estrategia también podría entrar en conflicto con los términos de servicio de YouTube, que prohíben modificar o bloquear sus anuncios.
Hoy Musi ya no cuenta con sus dos fundadores, lo que también levanta dudas sobre quién está detrás.
Un fenómeno en crecimiento
La base de usuarios de Musi es mayoritariamente joven. En institutos de Estados Unidos, hasta un 80% de los estudiantes de secundaria reportan usar la app. Para ellos, la combinación de gratuidad, ausencia de anuncios molestos y un amplio catálogo la convierte en una alternativa irresistible frente a los servicios tradicionales. En una era en la que las suscripciones mensuales dominan el entretenimiento digital, Musi representa una ruptura inesperada. Eso sí, la pregunta de fondo es… ¿Es legal?
Aunque Musi asegura que opera dentro de la legalidad, su modelo está siendo examinado por grupos de la industria musical. Algunas discográficas han anunciado emprender acciones legales, cuestionando si la app tiene derecho a monetizar contenido de YouTube. Incluso YouTube podría cortar su acceso si considera que viola sus condiciones.
El caso no es aislado. Aplicaciones similares han enfrentado demandas que las llevaron a cerrar. Musi, sin embargo, ha evitado este destino hasta ahora, quizás debido a su cuidadoso diseño que bordea las reglas sin romperlas explícitamente.
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