Los metales han tenido un comportamiento mixto a lo largo de este año, pero en esta jugada ha habido un claro ganador: el oro. El metal noble ha escalado un 27% durante el año debido a tres hechos cruciales: la victoria de Donald Trump, la relajación de la política monetaria estadounidense y las adquisiciones del elemento por parte de los bancos centrales. Sin embargo, a otras materias primas no les ha ido tan bien y todas las miradas apuntan a la misma causa: China.
El hierro y el litio se desploman. Ambos metales presentan caídas este año de más del 20%. Los futuros del hierro en Singapur han bajado hasta un 28% debido a la paralización en la construcción de China. La grave crisis inmobiliaria que afronta la segunda potencia ha disminuido la actividad siderúrgica. Por otra parte, el litio, otrora el «nuevo oro», encadena el segundo año con bajadas debido a la estabilización del mercado. Debido a que la escasez de baterías en el mercado de automóviles eléctricos se ha corregido, el alcalino ha perdido lustre.
Los básicos aguantan. El índice londinense de metales, LME, ha permanecido casi plano durante este año. De los seis metales que componen el selectivo, sólo el cobre y el zinc muestran un comportamiento favorable por destellos de incrementos de la demanda, según Bloomberg. El aluminio, el estaño, el níquel y el plomo están mostrando un comportamiento paupérrimo y con bajas expectativas en los futuros.
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