Desde el Faro
Por: Rafael Hidalgo
Estamos condenados a emular a Sísifo, aquel rey de Corinto que fue castigado a empujar una piedra redonda hasta la cima para verla caer una y otra vez. De manera similar, las deudas bancarias mantienen en vilo a 5.7 millones de hogares que no logran reducir sus pasivos. Ahora sabemos que el porcentaje de los ingresos mensuales destinados a su amortización ha subido de menos de una cuarta parte (24 %) a bordear la tercera parte (32 %), un ratio que excede el umbral prudencial internacional del 30 % monitoreado por la SBS, según confesó el vicepresidente de riesgos de Scotiabank, Juan Malagón (21/8/24). Estos pagos, correspondientes a 17.3 millones de ocupados que reciben un sueldo promedio mensual de S/ 1,740 (INEI), sumarían anualmente S/ 115 mil millones (MM). Sin embargo, ¡ay!, la deuda siguió creciendo.
El último Reporte de Estabilidad Financiera del BCR (noviembre 2024) señala que el crédito hipotecario (CH) muestra tasas de crecimiento estables, menores a las de los dos años previos. En tanto, los créditos de consumo (CC) sufren una desaceleración desde junio (-2.1 % en octubre), tras un aumento desmesurado e irresponsable en los últimos dos años: 21.2 % en 2022 y 8.3 % en 2023. El reporte agrega que los retiros de fondos de pensiones (AFPs) han reducido las necesidades de financiamiento y permitido el repago de la deuda. Esta afirmación es compartida por Fernando Eguiluz, CEO de BBVA Perú: el descenso de la morosidad (4.07 % en octubre) “estuvo beneficiado por la liberación de los recursos de las AFPs, que ayudaron a las familias a subsanar obligaciones financieras” (25/11/24).
Estos recursos no son peccata minuta: después de la cuarentena (2020), se dispusieron siete retiros de los fondos de las AFPs que totalizan S/ 114 MM. A esto se suman ocho depósitos semestrales de CTS de seis millones de trabajadores formales, cuyo ingreso promedio mensual es de S/ 2,780 (BCR), permitiéndoles disponer de al menos la mitad (S/ 75 MM) para este fin. Sin embargo, a pesar de esta “lluvia de millones”, el nivel de ahorro de los hogares apenas aumentó en S/ 50 MM (SBS). Aun así, Gianfranco Ferrari, CEO de Credicorp, calificó el período 2008-2024 como “el ciclo crediticio más duro”.
A pesar de los cuantiosos pagos, el saldo de la deuda total de los hogares hasta octubre de 2024 asciende a S/ 171 MM (similar al año anterior), cumpliendo el mito de Sísifo. En el crédito hipotecario, que bordea el 41 % (S/ 70 MM), casi no se registran moras debido a una tasa de interés promedio anual relativamente equitativa (8.3 %), pues “nadie quiere perder la casa”. Mientras tanto, en los CC, que representan el 59 % (S/ 101 MM), la tasa es leonina y roza el 60 %.
Aunque el directorio del BCR ha reducido con evidente lentitud la tasa de interés de referencia, pasando de 6.75 % (diciembre de 2023) a 5 % (noviembre de 2024), en el mismo período la tasa de los CC creció de 54 % a 59 % (y la de las microempresas de 44 % a 47 %).
Finalmente, y last but not least, el banquero Malagón añade un dato relevante: “…la cartera improductiva —que no genera intereses—, con atrasos, y la que los bancos retiraron de sus balances al tener impagos de más de 180 días… ha sido de más de 60 %”. A pesar de esta gran porción de créditos “castigados”, el saldo de la deuda creció y su nivel se mantiene inmarcesible.
Parafraseando al vate, entonces todos los hogares de esta tierra deben reclamar estas tasas para que empiecen a bajar.
Expreso