Barton Zwiebach Cantor profesor de Física en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), desde los 33 años, representa una esperanza del Perú a acceder al segundo Premio Nobel -esta vez, de Física- que pueda obtener nuestro país, luego del galardón obtenido por Mario Vargas Llosa, por sus avances en la Teoría de la Supercuerdas y ser referente de excelencia académica en la educación superior del Perú.
Medalla de oro en la promoción 1971 del Colegio León Pinelo, ingresó en tercer puesto a la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) para cursar la carrera de Ingeniería Electrónica, luego de prepararse en la Academia de Ingeniería de la avenida Bolivia. Desde los cursos de estudios generales, sobresalió por su rendimiento, que lo llevó a obtener un promedio ponderado de 18.21 el más alto de la historia de la universidad.
Durante la carrera, fue un referente. Un anécdota era que poseía el carro más deseado de aquellos años, sin importaciones, un Camaro (Chevrolet) amarillo, que no lo distrajo ni un ápice de sus objetivos. Gran cultor de la música clásica, poseía un moderno telescopio con él que acudía a Santa Eulalia para observar el gran teatro del universo.
Sorprendió a sus compañeros y profesores al presentar su tesis a las dos semanas de haber concluido con la currícula en solo nueve ciclos su carrera. Desde allí, partió al Instituto Tecnológico de California (Caltech) obteniendo la maestría y el doctorado (1983) en Física teniendo como tutor al premio Nobel de Física (1969) Murray Gell-Man por sus aportes en el descubrimiento de los quarks en los átomos. Además tiene maestrías de la Universidad de Berkeley y en MIT.
Barton enseña en el MIT el curso Teoría de la Cuerdas investigación, que ha llevado a lo largo de su vida, en la que ha tenido que desarrollar modelos matemáticos para avanzar. Esta teoría condensaría la Teoría de la Relatividad de Einstein con la teoría de la mecánica cuántica, absolviendo los grandes campos grises e insolubles de la humanidad.
Como anécdota de aquellos años maravillosos, un memorioso recuerda que dos de sus amigos, lo superaron momentáneamente. Victor Chion, que ingresó en primer puesto, y Juan Oliva, que le ganó en nota en el examen parcial de Física con 20 y Barton 18, que le provocó un intenso rubor… era humano. Acudía con la «mancha» al célebre Tacuni, donde casi todos no pasaban de un 10.