Desde el Faro
Por: Rafael Hidalgo
No miente la presidenta Dina Boluarte cuando se vanagloria en la APEC del crecimiento del empleo formal –dos gratificaciones y 30 días de vacaciones– que ha rebasado los seis millones (planillas SUNAT); emula el recurrente frenesí del presidente del BCR, Julio Velarde, que se enardece por esta cifra. Sin embargo, los resultados de la Encuesta Nacional de Empleo (EPEN-15/9/24) consignan toda la realidad: el número de ocupados, es decir, la suma de trabajadores formales (28.8%) e informales (71.2%), se ha desplomado en más de medio millón de puestos (526 mil), bajando de 17.8 millones (septiembre del 2022) a casi 17.3 millones (septiembre del 2024). Una verdad a medias resulta una mentira completa.
¿Quiénes son los que se han quedado sin “chamba”? Se clasifica a los 17.3 millones de ocupados por el nivel de ingresos en: “empleo adecuado”, cuando su remuneración supera el sueldo mínimo, y “subempleo”, los que sobreviven con magros ingresos (de “cachuelo en cachuelo”). Desde que se inició la recesión económica (septiembre del 2022) a la fecha (septiembre del 2024), el empleo adecuado se ha reducido en 189 mil puestos (de 9.2 a 9 millones) y los enrolados en el subempleo en 336 mil (de 8.5 a 8.2 millones).
Otro dato no menos significativo es que el número de trabajadores del sector público (empleo formal) se ha incrementado en 100 mil puestos de trabajo –alcanzando casi 1.7 millones– durante el gobierno del “Lapicito”: 50 mil durante la gestión del “Maestro Chotano” (28/7/21-7/12/22) y otros 50 mil con “Lady Rolex” (cerca de 1,000 en Petroperú), entre los que se cuentan: excamaradas, caviares, fujicaviares, acaviarados, “sancochados”, “sobrinas”, ahijadas, hijos, entenados, etc. En un lado de la medalla: 100 mil reclutados por la “revolución” y al otro, medio millón al paro.
Lo que también ha crecido espectacularmente es la llamada Población Económicamente No Activa (No PEA o PEI), que son los que no participan en la producción de bienes y servicios, porque no necesitan, no pueden o no están interesados en tener actividad remunerada: estudiantes y amas de casa a exclusividad, pensionistas, jubilados, incapacitados, rentistas y, por último, los NiNis (ni estudian ni trabajan) y los NiNiNis (NiNis que no quieren trabajar). Antes de la pandemia, se contaban 6.7 millones (febrero 2020) y ahora suman más de 8 millones en un universo de peruanos con edad de trabajar que asciende a 26.3 millones. Por cada dos que laboran existe uno que no lo hace.
Otro dato no menor es que el ingreso nacional promedio: S/ 1,737.60 (set/24), revela una pérdida adquisitiva de 12.2% desde la prepandemia (marzo 2020) por la inflación. Si a ello sumamos la voracidad financiera que muerde el 34% de los ingresos (SBS), nos queda para vivir un poquito más que el 50%. ¿Quién podrá salvarnos?
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