La asfixiante presión de China lleva al dueño de los puertos del canal de Panamá a dejar en suspenso la firma de su venta a EEUU

• El multimillonario Li Ka-shing cancela la firma prevista para el 2 de abril
• Su firma CK Hutchison quiere vender dos puertos a BlackRock y otros socios
• Pekín ha lanzado una dura campaña contra el magnate de Hong Kong

Continúa el culebrón con la venta de dos puertos del Canal de Panamá a firmas de EEUU y las presiones de China para que la operación no se lleve a cabo. El multimillonario Li Ka-shing, el magnate más famoso de Hong Kong, ha dejado en suspenso la esperada firma la próxima semana del controvertido acuerdo para vender estos a un consorcio que incluye al gestor americano de activos BlackRock, han informado este viernes diferentes medios internacionales.

Aunque el buque insignia de Li, CK Hutchison Holdings, no firmará el acuerdo previsto para el 2 de abril, esto no significa que la venta se haya cancelado, ha informado el South China Morning Post, citando una fuente anónima. Aún quedan por decidir detalles significativos debido a la complejidad de la operación. Los medios de comunicación locales, entre ellos Sing Tao, también han confirmado que el acuerdo no se firmará en la fecha prevista.

Los puertos de Balboa y Cristóbal, situados a ambos lados del Canal de Panamá, de 82 kilómetros de longitud y que conecta los océanos Atlántico y Pacífico, constituyen una parte clave del acuerdo, que incluye un total de 43 instalaciones de CK Hutchison. El conglomerado de Hong Kong obtendría más de 19.000 millones de dólares en efectivo si la operación se lleva a cabo.

Es el último giro en uno de los acuerdos geopolíticamente más complicados de la historia para el titán empresarial de 96 años, dado que los dos principales usuarios del canal de Panamá son EEUU y China. La preocupación de Pekín es que la venta de los puertos amenace los intereses navieros y comerciales del país, mientras que el presidente de EEUU, Donald Trump, lo celebra como la devolución del canal de China al control estadounidense.

La venta prevista había puesto de relieve los riesgos políticos para las empresas con sede en la Gran China en medio de las crecientes tensiones comerciales entre las dos economías más grandes del mundo. Y ello a pesar de que CK Hutchison tiene una exposición limitada a ambos países: el conglomerado está registrado en las Islas Caimán y sólo el 12% de sus ingresos procede de la Gran China, mientras que Europa, Canadá y Australia representan la mayor parte del resto.

Este movimiento de Li Ka-shing se produce después de que China pidiera a las empresas estatales que suspendieran cualquier nueva colaboración con empresas vinculadas al magnate y su familia, y de que las autoridades empezaran a investigar la transacción por posibles violaciones de las normas antimonopolio o de seguridad.

Aunque CK Hutchison ha mantenido los puertos de Hong Kong y China continental fuera de la venta, el acuerdo ha sido criticado por el periódico pro-Pekín Ta Kung Pao por «servilismo sin carácter» ante la presión estadounidense. En señal de respaldo estatal, los comentarios fueron retuiteados por la oficina china de asuntos de Hong Kong. El líder de la ciudad también se pronunció al respecto, afirmando que las preocupaciones sobre el acuerdo merecían una «seria atención» y prometiendo gestionar el acuerdo de acuerdo con la ley y la normativa.

Los medios de comunicación pro-Pekín y personas afines a las autoridades chinas intensificaron sus críticas en la semana previa a la fecha límite del 2 de abril para la firma del acuerdo definitivo. Ta Kung Pao publicó artículos casi todos los días denunciando la venta, mientras que un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino declaró por separado que Pekín se opone a las tácticas de mano dura para obtener beneficios económicos. «China siempre se ha opuesto firmemente al uso de la coerción económica y la intimidación para infringir los derechos e intereses legítimos de otros países», declaró el portavoz del Ministerio, Guo Jiakun, el 27 de marzo.

¿Qué opciones tiene Li?

«Lo que está en juego aquí es más que solo puertos. El desafío que enfrenta Hutchison es un microcosmos de la tensión entre las finanzas y la seguridad nacional que está a punto de desatarse en todo el mundo», analiza Josh Lipsky , geo-estratega del think tank estadounidense Atlantic Council.

«¿Qué se supone que debe hacer un empresario veterano como Li en una situación como esta? Puede vender sus operaciones con ganancias o esperar a que la situación se deteriore y tenga que vender a un precio potencialmente más bajo. Él (o los miembros de su familia que ahora supervisan las operaciones diarias) probablemente sabían que la venta molestaría a las autoridades chinas, pero tampoco podían pedir permiso por adelantado, probablemente creyendo que no se lo concederían. Si Pekín presionara a Hutchison para que rechazara el acuerdo, solo confirmaría las sospechas de Trump sobre la prioridad de seguridad nacional que China otorga a las operaciones portuarias. Es una auténtica maraña geoeconómica», añade el experto.

«La sensación predominante en nuestras conversaciones privadas durante la semana fue que BlackRock y Hutchison encontrarán la manera de cerrar el acuerdo. Hay demasiado dinero en juego, demasiados intereses afines, y el riesgo de fracaso es demasiado alto tanto para Hutchison como, aún más importante, para el futuro de Hong Kong. Pero cabe esperar que China encuentre maneras de reforzar su control sobre este tipo de acuerdos en el futuro», concluye Lipsky.

eleconomista.es