Una fuerte helada primaveral en una región Turquía, la peor en más de una década, ha devastado las cosechas de avellanas y disparado los precios mayoristas un 30% desde abril, según datos de la firma Expana. Turquía produce aproximadamente el 65% de las avellanas del mundo, por lo que cualquier alteración en su producción tiene un impacto global. Según el Consejo Nacional de la Avellana de Turquía, algunos agricultores han perdido entre el 50% y el 100% de su cosecha, lo que afecta directamente a empresas como Ferrero, que utiliza una cuarta parte de la producción turca para productos como Nutella y Ferrero Rocher.
Ferrero ha señalado que, si bien eventos climáticos como las heladas pueden afectar a la producción, no espera interrupciones en el suministro gracias a fuentes alternativas como Italia, Chile y EEUU. Sin embargo, el contexto refleja una tendencia más amplia: la creciente vulnerabilidad del sistema alimentario mundial frente al cambio climático. Al igual que el aceite de oliva, el cacao y el café, las avellanas se suman a la lista de productos afectados por fenómenos meteorológicos extremos, como sequías o heladas inusuales, que alteran cosechas y precios en todo el mundo.
El impacto no es solo económico. En Turquía, unas 450.000 familias dependen del cultivo de avellanas, especialmente en la región del Mar Negro, bastión del presidente Recep Tayyip Erdogan. El daño a las cosechas puede traducirse en tensiones políticas si los precios que fija el gobierno resultan decepcionantes. Mientras tanto, algunos inversores ya buscan sacar partido del desabastecimiento: la gestora Evli ha invertido en la procesadora turca Balsu, anticipando que los precios podrían multiplicarse por cinco antes del próximo ciclo de cosecha en agosto de 2026.
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