China es la principal amenaza a los intereses globales de Estados Unidos, según un informe de inteligencia estadounidense divulgado el martes, que advierte de los progresos en las capacidades militares y cibernéticas de Pekín. «China representa la amenaza militar más generalizada y sólida a la seguridad nacional de Estados Unidos», afirma la Evaluación Anual de Amenazas elaborada por las agencias de inteligencia estadounidenses.
Sin embargo, el gigante asiático es más «prudente» que Rusia, Irán y Corea del Norte para no parecer «demasiado agresivo y disruptivo». Este informe anual reúne las informaciones de las principales agencias de inteligencia del país sobre las amenazas de seguridad que plantean tanto naciones extranjeras como organizaciones criminales.
China trata de no parecer agresiva, dice el documento, porque su estrategia global está enfocada en expandir su influencia sin provocar una confrontación abierta que pueda dañar su imagen internacional o afectar su crecimiento económico. No hay que olvidar que Pekín depende del comercio global y las inversiones extranjeras para sostener su economía y que un comportamiento hostil podría provocar sanciones más duras y afectar su acceso a mercados y tecnologías clave.
Además, China busca consolidar su poder global de manera gradual, utilizando herramientas como la diplomacia, la cooperación económica y la tecnología para fortalecer su posición sin desencadenar respuestas inmediatas de sus adversarios, en especial de EEUU. En lugar de una confrontación militar directa, China emplea tácticas de presión económica, ciberataques y desinformación (guerra híbrida) para avanzar sus intereses sin cruzar líneas rojas que justifiquen represalias abiertas.
Los autores del informe señalan que «la presión coercitiva» de China contra Taiwán y «las amplias ciberoperaciones contra objetivos estadounidenses» son indicadores de la creciente amenaza de Pekín.
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