- Es un 30% más eficiente que la versión anterior y un 15% más veloz en todos los procesos
- La firma suministra su tecnología a Apple, Samsung, Google, Nvidia, AMD, Sony y Xiaomi
El fabricante taiwanés de microprocesadores TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing Company), líder global en su mercado, ha vuelto a alcanzar un nuevo hito en su industria con la presentación de su chip de 2 nanómetros (nm). Entre otras ventajas, el diminuto hardware mejora en un 30% las eficiencias energéticas y acelera la velocidad en un 15% respecto a la versión anterior de 3 nanómetros, al tiempo que también multiplican en 1,15 veces la densidad de transistores más sofisticados del momento. La receta siempre es la misma: más potencia, agilidad y mayor número de transistores con el menor tamaño posible.
Todo lo anterior resulta fundamental para el desarrollo de aplicaciones basadas en Inteligencia Artificial, incluida los agentes de IA, asistentes de voz y herramientas de traducción en tiempo real, entre otros usos de gran predicamento, incluido el futuro coche autónomo o todo lo relacionado con robótica y microrobótica.
Desde la compañía, líder mundial en su negocio con una cuota de mercado global del 67%, prevé iniciar la producción en masa del chip a lo largo del segundo semestre del año, con la consiguiente revolución en el conjunto del universo tecnológico.
Fuentes del sector estiman que el gigante será capaz de producir hasta 50.000 obleas a finales de 2025, si bien el ritmo de fabricación de las dos principales factorías de TSMC en Taiwán (Kaohsiung y Baoshan) apenas son capaces de producir 10.000 obleas entre las dos instalaciones. Con un precio por oblea de 2 nm estimado entre 25.000 y 30.000 dólares, la compañía espera ingresar solo por este concepto entre 1.250 y 1.500 millones de dólares.
Apple, Google, Samsung, Nvidia y Xiaomi destacan entre los clientes de TSMC, por lo que cualquier novedad de la empresa fundada por Morris Chang tiene un impacto global en miles de referencias de dispositivos, desde móviles a tabletas, automóviles, electrodomésticos, ordenadores y cualquier dispositivo inteligente.
La industria tecnológica se mantiene expectante ante el impacto en TSMC de la política Trumpista en todo el mundo. Por un lado, el gigante del chip se ha comprometido a invertir 100.000 millones de dólares para construir cinco nuevas plantas en los Estados Unidos, aunque aún está por ver si la nueva generación de microprocesadores se producirá en suelo estadounidense.
Por otra parte, TSMC sufre días convulsos por el impacto de la política arancelaria de Donald Trump, agravado recientemente por el lanzamiento de una investigación por parte de Estados Unidos sobre las importaciones de semiconductores. Esta medida, según informa la agencia Efe, «podría tener un profundo impacto en Taiwán, cuya economía depende en gran medida de las exportaciones de chips y de otros productos electrónicos», de acuerdo con un aviso publicado la semana pasada en el Registro Federal.
La tensión se percibe en el grupo y país asiático, una vez el Departamento de Comercio de EEUU ha iniciado una investigación sobre las «importaciones de semiconductores, equipos de fabricación de semiconductores y sus productos derivados» por sus repercusiones en la seguridad nacional. En esas circunstancias, TSMC ha advertido de los riesgos para la empresa de una escalada en las tensiones comerciales a raíz de los aranceles y otras restricciones impuestos por Estados Unidos y la potencial respuesta de países afectados como China.
Una vez que China considera Taiwán como su propio territorio, las ventas de TSMC tiene visos de repuntar una vez que muchos de los procesadores estadounidenses (Intel, Global Foundries, NXP u ON Semiconductor) quedarán relegados por parte de los fabricantes tecnológicos chinos debido a la guerra de aranceles.
No obstante, los chips fabricados por TSMC, Micron, UMC, Vanguard y otros fabricantes de chips en Taiwán estarán exentos provisionalmente de los aranceles de importación del 125% impuestos a los productos procedentes de Estados Unidos o son vendidos por empresas con sede en ese país.
Momento dulce
Al margen de las incertidumbres geoestratégicas, TSMC elevó en un 42% sus ingresos del primer trimestre, respecto al mismo periodo del año pasado, un dato ligeramente por encima del consenso del mercado. Los ingresos de enero-marzo se cifraron en 839.300 millones de dólares taiwaneses (22.500 millones de euros), gracias al impulso de la inteligencia artificial, según informa Reuters.
El grupo TSMC anunció la semana pasada los datos de cierre del primer trimestre del año con un beneficio neto de 361.564 millones de dólares taiwaneses (9.790 millones de euros), un 60,3% más que el registrado en el mismo periodo del año pasado, según informado la compañía. La empresa explicó que el negocio se vio afectado por cierta «temporalidad» de los smartphones en el trimestre, aunque compensada en parte por el crecimiento relacionado con la inteligencia artificial.
«Aunque no hemos visto ningún cambio en el comportamiento de nuestros clientes hasta ahora, existen riesgos e incertidumbres por el potencial efecto de las políticas arancelarias. Seguiremos vigilando de cerca el potencial impacto en los mercados finales y gestionaremos la empresa prudentemente», según afirmó el vicepresidente senior y director financiero de TSMC, Wendell Huang.
A su vez, las ventas netas entre enero y marzo de TSMC se cifraron en 839.254 millones de dólares de Taiwán (22.725 millones de euros), un 41,6% más que en el mismo trimestre de 2024. De esta forma, el resultado de explotación alcanzó los 493.395 millones de dólares taiwaneses (13.360 millones de euros), un 56,9% más.
Antonio Lorenzo para El Economista.