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Trump aplasta a Colombia en su guerra comercial pero la amenaza de aranceles dispara el precio del café

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Gustavo Petro se lame las heridas.

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  • El presidente de EEUU amenazó con implantar impuestos adicionales del 25% a los productos colombianos
  • El 20% del café que importa EEUU procede de Colombia, equivalente a 2.000 millones de dólares en 2024
  • El precio de los futuros de café arábica alcanzó los 3,54 dólares por libra, nivel más alto de la historia

No han hecho falta muchos días desde el inicio del mandato para ver si Donald Trump iba en serio con sus amenazas arancelarias. La primera víctima ha sido Colombia, y ha sido una muestra perfecta de cómo se desarrolla una batalla comercial en tiempo récord, y de las consecuencias que puede tener para todos los actores implicados en un conflicto así.

El inicio de este choque internacional ni siquiera tuvo que ver con cuestiones económicas. Una de las primeras medidas que ha puesto en marcha Trump en este mandato es la de la mano dura contra la migración, tal y como había prometido en campaña. Pero el fin de semana, Colombia prohibió el aterrizaje de dos aviones militares que transportaban migrantes deportados. Ahí empezó la batalla, que se prolongó durante tan solo unas horas, pero muy intensas y con inesperadas consecuencias.

El presidente colombiano, Gustavo Petro, aseguró que no acogería ningún vuelo con deportados hasta que se garantizase un trato digno a los inmigrantes. En lugar de apostar por la vía diplomática, Trump respondió rápidamente con amenazas. A través de un mensaje en su plataforma, Truth Social, aseguró que iba a implantar un arancel del 25% a todos los productos procedentes de Colombia, que podría aumentarse al 50%, junto con otras medidas relacionadas con los visados, las aduanas y las fronteras.

El Ejecutivo colombiano no se amedrentó en un primer momento, advirtiendo que respondería con aranceles de vuelta por el mismo valor. Acompañados, además, con varios mensajes en Twitter del presidente, para tratar de explicar su punto de vista.

Tan solo unas horas después de estas bravatas cruzadas, la crisis llegó a su fin, después de que el Gobierno de Estados Unidos anunciase que aplazaría la imposición de estas medidas, ya que había alcanzado un acuerdo con Bogotá para el retorno de los migrantes deportados.

De crisis comercial a inflación

Aparentemente, la crisis diplomática parecía solucionada, y Trump y su equipo, que no han dejado de presumir desde entonces, parecían los ganadores. El problema, como se viene advirtiendo desde hace meses, es que la guerra comerciales tienen muchas ramificaciones, , y solo con su amenaza los efectos se han dejado sentir en algunos productos. Sobre todo, en uno, el del café.

Colombia no es uno de los socios comerciales más relevantes de Washington, pero justo el café es un producto que tiene mucho peso. El 20% del que llega a Estados Unidos procede de Colombia. Y el 40% del café que exporta Colombia lo hace a Estados Unidos. En total, hablamos de unos 2.000 millones de dólares en el último año.

Y la simple y breve amenaza fue suficiente para disparar los precios. Así, los futuros del café arábica alcanzaron nuevos niveles récord el pasado lunes, al llegar a cotizar hasta a 3,54 dólares por libra. Una cifra que superaba el anterior récord, de finales del pasado mes de noviembre. que ya eclipsaban los niveles máximos anteriores, registrados en la crisis de los 70.

Sequía en Brasil

Hay que tener en cuenta que la industria del café lleva meses sufriendo. Durante los 50 años de análisis de este mercado, el precio medio de la libra ha sido de 1,3 dólares. Ahora se mueve en niveles nunca imaginados, lastrado, sobre todo, por las condiciones climáticas en dos de los principales países productores, como es el caso de Brasil, pero también Vietnam.

La sequía es la responsable de cosechas mediocres en Brasil y Vietnam. Brasil produce en torno al 35% de todo el café del mundo, y acumula ya cuatro años consecutivos de malas cosechas. Por su parte, Vietnam, segundo mayor productor de la variedad arábiga, y el primero de la variedad robusta, la cual también se encarece más del 80% en los últimos 12 meses. Para Vietnam, el problema climático ha sido doble: la sequía castigó mucho los primeros meses de la cosecha de este año, y en el momento de recolectar, han llegado fuertes lluvias, poco habituales, que inundaron los campos en el momento de la recolección.

El peligro adicional es que es probable que, en algún momento durante el mandato de Trump, muchos de los países productores, sobre todo en Latinoamérica, se enfrentará a amenazas similares.

Y si en algún momento se llegan a fijar aranceles adicionales sobre el café en la situación tan complicada en la que se encuentra, el impacto acabará notándose en el bolsillo de los estadounidenses, pues acabará repercutiendo en los precios minoristas.

En un momento en el que Trump ha prometido reducir los precios de los alimentos, es posible que los americanos se enfrenten a desayunos aún más caros. Hay que recordar que el precio del café subió un 3,8% en 2024 en Estados Unidos, superando la media del alza de los alimentos.

En cuanto a Colombia, que bajo el mandato de Petro lleva años buscando diversificar sus alianzas internacionales, es posible que acabe buscando nuevos mercados para su producto, donde no se apliquen aranceles desmedidos, siendo Europa el destino favorito. Un proceso que pueden acabar compartiendo el resto de países productores de café premium. Javier Calvo y Remo Vicario. El Economista.