De Perú Posible al humalismo y de allí al fujimorismo, Patricia
Robinson es el ejemplo perfecto de la conversa crónica. Y todo indica que tendrá
un papel importante en el próximo Congreso tomado por Fuerza
Popular
Llegó al Congreso de la mano de Perú Posible, creció a la sombra del
nacionalismo y actualmente es una de las más férreas defensoras del fujimorismo.
Patricia Robinson se ha ganado la confianza de Keiko Fujimori y promete jugar un
papel relevante en el Congreso en los próximos cinco años como coordinadora de
la bancada naranja.
Si bien Robinson trabaja desde hace 13 años en el Parlamento, su nombre saltó
a la prensa por la relación amorosa que mantuvo con el nacionalismo Víctor Isla
cuando este fue presidente del Congreso. El primer capítulo de aquella
telenovela fue la publicación de una serie de viajes oficiales por cuenta del
Parlamento que Robinson hizo al extranjero acompañando a Isla; el segundo fue el
cruce de acusaciones con Ana María Solórzano, la expareja del congresista; y la
última entrega fue en mayo del 2014, cuando se hizo público un audio,
supuestamente chuponeado, en el que conversaba con Isla y le recomendaba cómo
enfrentar los cuestionamientos por haberse reunido con Martín Belaunde Lossio.
Más allá de aquella historia a la mexicana, lo cierto es que Robinson ha logrado
ascender en el Parlamento hasta convertirse en la segunda funcionaria de mayor
rango en la escala de remuneraciones, sólo por detrás del Oficial Mayor. Y, a
estas alturas, pocos dudan de que su rol será protagónico en el próximo
Congreso, aunque en esta ocasión vistiendo el polo naranja.
Traductora de profesión, Patricia Robinson llegó al Palacio Legislativo en el
año 2001, cuando Carlos Ferrero Costa lo presidía. Su hermana Alithú, exmodelo y
actriz, fue quien la recomendó ante Ferrero, que la contrató como su asesora
personal. La cercanía con Ferrero hizo que Robinson terminara inscribiéndose en
Perú Posible, donde se codeó con la alta dirigencia chakana. Conoció así a Juan
Sheput, exministro de Alejandro Toledo, con quien inició una relación
sentimental.
Fueron años que aprovechó para prepararse como funcionaria de carrera
alternando su trabajo como asesora de Ferrero con cursos de especialización.
Realizó una maestría en Comunicación Política en el Instituto Ortega y Gasset,
en España, y acumuló diplomas sobre el manejo parlamentario. Publicó dos libros:
“Manual del Proceso Legislativo” y “Manual del Control Parlamentario”.
TRANCE NACIONALISTA
A lo largo del quinquenio aprista y, más tarde, de la presidencia del
nacionalista Daniel Abugattás, Patricia Robinson rotó por distintos puestos
dentro del Parlamento. Así, se la podía encontrar en la Jefatura de Relatoría y
Agenda o en la Dirección General Parlamentaria. Cuando Víctor Isla tomó la
presidencia del Congreso en julio del 2012 la nombró jefa del Gabinete de
Asesores del Congreso, un cargo con enorme peso político.
Robinson había cultivado una buena amistad con Ana María Solórzano, pareja
sentimental de Isla desde inicios del 2012. Los vínculos amicales se estrecharon
aún más y se extendieron al propio Víctor Isla, llegando incluso a irse los tres
juntos de viaje a Miami. Para entonces la relación de Robinson y Sheput ya había
concluido. Actualmente ella se refiere a él en las redes sociales con el
diminutivo de “Juanito”.
Cuando Isla dejó la presidencia del Congreso y su expareja, Ana Solórzano,
tomó la posta, Robinson fue confinada a los sótanos del Congreso
cumpliendo funciones de archivera, a pesar de tener un sueldo de funcionaria de
primer rango. La tormenta terminó cuando la congresista arequipeña fue relevada
por Luis Iberico.
CONVERSIÓN FUJIMORISTA
El ingreso de Iberico con Luis Galarreta como tercer vicepresidente cambió de
inmediato la suerte de Robinson. Galarreta es su amigo personal desde hace años
y de inmediato solicitó los servicios de la funcionaria como trabajadora de
confianza de su despacho. Para entonces el parlamentario ya se había incorporado
a las filas del fujimorismo y era un asiduo visitante del local central de la
calle Bucaré, en La Molina, y su asesora de confianza lo acompañaba en muchas
ocasiones. Robinson no tardó mucho en apreciar las virtudes del fujimorismo y
sumarse a las filas de Fuerza Popular.
“Keiko no dudó un segundo en sumar a Patricia Robinson a su equipo. La
considera una profesional competente víctima del nacionalismo”, cuenta una
fuente fujimorista. A mediados de noviembre, Robinson ya tenía un cargo oficial
dentro del partido: jefa de Comunicaciones. Inclusive, se sabe que en algún
momento se le ofreció candidatear al Congreso, pero ella desistió.
Con la campaña en plena efervescencia, Robinson ha demostrado su capacidad
para multiplicarse en el trabajo: asesora de la vicepresidencia, entrenadora de
los virtuales congresistas y activista en las redes sociales, en las que ejerce
de férrea defensora de la causa naranja y de su lideresa hasta con 23 mensajes
al día.
El momento cumbre de Robinson como representante del fujimorismo se dio el
pasado 18 de abril cuando en Canal N dio una entrevista como “vocera”. Sin
embargo, en este cargo duró poco tras declarar que “Keiko era una niña de 19
años” cuando Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos desfalcaban el País.
Inmediatamente fue escondida de las esferas públicas pero siguió comandando la
oficina de comunicaciones del fujimorismo, desde la cual revisa las
declaraciones de los congresistas electos y las de los voceros de campaña.
A ello se suma su rol de “institutriz” de los 73 congresistas electos -54 de
ellos vírgenes en las lides parlamentarias- a los que deberá preparar en el
manejo parlamentario para cuando asuman la curul el próximo mes de julio. Este
encargo se lo hizo hace dos semanas en un acto oficial la propia Keiko Fujimori
que presentó a Robinson como una profesional especializada en el quehacer
parlamentario. En aquella reunión, sin embargo, no todos aplaudieron por igual.
Mientas los novatos batían palmas, los más experimentados miraban con recelo el
nuevo protagonismo alcanzado por Robinson. “Ella no inspira mucha confianza, ha
estado de tienda en tienda”, dice una parlamentaria naranja de vieja data. De lo
que no se puede dudar es que Patricia Robinson es una fujimorista de manual.