Ranking de mejores Ciudades para hacer negocios en América Latina: Cuanto más verde, mejor
Ser
verde en 2009 es como estar online en 1999. El manejo de estrategias
sustentables es cada vez más importante para las empresas que quieren ganar
mercados en estos días. Respetar el medio ambiente es requisito para acceder a
grandes cadenas de supermercados en Estados Unidos y Europa, así como para
cotizar acciones en ciertos mercados de capitales selectos. Reducir emisiones de
CO2 genera ingresos a través de bonos de carbono y desarrollar tecnologías
ecológicas atrae capitales incluso en medio de la crisis.
Pero lo
que es válido para las empresas también lo es para las ciudades que las
hospedan: las ciudades se hacen más competitivas a medida que mejoran su gestión
ambiental. Y es que una urbe puede ser vista como un centro de provisión de
servicios para las empresas; entrega espacio físico, recursos humanos, una
legislación, acceso a energía eléctrica, así como una infraestructura para mover
sus productos. Proveer estos servicios con una gestión urbana sustentable será
cada vez más relevante para las ciudades que quieran atraer inversiones -incluso
cuando persistan las compañías que opten por ubicarse en capitales con débiles
normativas ambientales.
Por
ello esta nueva edición del ranking de las Mejores Ciudades Para Hacer Negocios
en América Latina incluye por primera vez un índice de sustentabilidad
ambiental. Para medirlo, usamos una combinación de atributos, entre los que se
encuentran las emisiones de gases invernadero, la presencia de áreas verdes, la
competitividad energética, así como la percepción de sus habitantes sobre si se
están o no tomando medidas ambientales en la ciudad. Los dos primeros lugares en
América Latina en este indicador lo tienen dos ciudades brasileñas: Recife y
Curitiba. Esta última es la ciudad de América Latina con la mayor superficie de
áreas verdes por habitante de toda América Latina: tiene 52 m2/habitante,
mientras que el estándar recomendado por la Organización Mundial de la Salud es
de 10 m2/habitante.
En
tercer lugar de este indicador está Miami, la ciudad estadounidense que para
efectos de este ranking consideramos latinoamericana y que ha sido reconocida en
distintos estudios como una de las ciudades más limpias de Estados Unidos. Se
trata de una condición que su alcalde Manny Díaz quiere profundizar a través de
"Energy Smart Miami", un plan medioambiental que busca generar nuevos empleos y
fomentar el uso de energías renovables. Consiste en usar fondos federales del
programa de estímulo económico para avanzar con la inversión de US$ 200 millones
en tecnología de sistema eléctrico inteligente (Smart Grid) y energía renovable
durante los próximos dos años. De esta manera se ayudará a los consumidores del
condado a ahorrar dinero y a generar empleos verdes a través de su
implementación.
No
obstante, en las grandes ciudades latinoamericanas, las iniciativas
medioambientales que se están llevando a cabo se han originado principalmente a
partir de las demandas de los ciudadanos, más que por una gestión urbana
proactiva. Tal es el caso del movimiento "Nossa São Paulo" que logró excluir a
Petrobras del Índice de Sustentabilidad Ambiental (ISA), desarrollado por
Bovespa, por no cumplir con la norma de azufre en sus combustibles de acuerdo al
criterio impuesto por el Consejo Nacional del Medio Ambiente de Brasil
(Conama).
De
hecho, la encuesta entre ejecutivos que realizamos como parte de este estudio
mostró un cambio en las percepciones de problemas. A los ejecutivos les resulta
más problemática la contaminación, sumado a los embotellamientos y la congestión
vehicular, que los problemas de inseguridad y violencia que en años anteriores
eran considerados como los principales problemas urbanos. Y es que en temas de
gestión ambiental estamos aún muy atrás.
Capital Financiera
Pero
este ranking de competitividad de ciudades no sólo mide a nuestros centros
urbanos desde un punto de vista ambiental. De hecho, la decisión de una empresa
sobre dónde localizar una inversión está generalmente inspirada en una compleja
maraña de atributos, criterios y emociones. A veces para una empresa son tan
importantes la relación calidad/costo de vida de la ciudad, el estado de sus
telecomunicaciones, o su acceso a puertos, como la nacionalidad del gerente que
debe tomar la decisión.
El
ranking de las Mejores Ciudades de América Latina, cuya síntesis está en la
página 23, se realiza recolectando información de 60 grandes ciudades de América
Latina, y organizándola de acuerdo a las principales dimensiones que una empresa
considera al elegir una ciudad. Estas dimensiones son: tamaño y dinamismo
económico de la ciudad, la calidad del capital humano, la calidad de los
servicios corporativos, los servicios personales, la conectividad física, el
poder de marca de la ciudad, así como el ya mencionado indicador de
sustentabilidad. Estas dimensiones se ingresan en un modelo matemático cuyo
resultado es el Índice de Competitividad Urbana o ICUR. (Para ver una
explicación más detallada de estas dimensiones, leer metodología en página
29).
São
Paulo, el gigante financiero de la región, mantiene el primer lugar de este
ranking. Pese al caos urbano y los embotellamientos que colman la paciencia de
conductores y peatones, por igual, la capital paulista mantiene ventajas sobre
el resto de las ciudades. Su estructura de servicios corporativos crece, al
igual que su dinamismo económico. São Paulo ha sido más exitosa que cualquier
otra ciudad de la región en la carrera por atraer sedes de multinacionales para
la región, a la vez que prueba con medidas innovadoras, como la eliminación
total de la publicidad callejera.
Le
siguen Santiago, la ordenada capital chilena, que ha ido perdiendo las ventajas
que tenía en términos de servicios corporativos frente a otras ciudades de
América Latina. No obstante, compañías multinacionales como Tata Consultancy
Services la prefirieron para mudar su cuartel regional.
En el
tercer lugar está Miami. La ciudad del sur de Florida, a pesar de tener amplias
ventajas en muchos indicadores frente a sus pares de la región, cayó debido al
fuerte impacto que tuvo la crisis financiera en su dinamismo económico y en la
solidez de su sistema financiero.
No
obstante, es entre el lugar 5° y 25° de la tabla donde se desarrolla la más
férrea y apretada competencia entre las ciudades del ranking. Empates casi
técnicos o márgenes de diferencia que no superan las centésimas, hacen de este
grupo el más interesante de análisis, dado que cualquier iniciativa que se
desarrolle en años venideros marcará la diferencia y las podrán posicionar en un
selecto top ten. Es lo que demuestran Bogotá y Lima a medida que siguen
encaramándose en posiciones de avanzada. La sorpresa mayor, no obstante, vino
desde Uruguay: Montevideo escaló 11 posiciones gracias a un excelente dinamismo
económico y a la mejora ostensible de sus servicios corporativos (gracias al
fuerte incremento en la penetración de servicios de
telecomunicaciones).
Las
ciudades mexicanas cotizan a la baja, en cambio, debido al sostenido crecimiento
de la violencia y la mayor sensación de inseguridad, así como por el fuerte
impacto de la crisis generada en EE.UU. A pesar de que se han hecho más baratas
gracias a la depreciación que ha tenido la moneda mexicana, el alza en las tasas
de homicidios y en todos los estudios de percepción de inseguridad las han
castigado especialmente en la dimensión de servicios personales.
La
inclusión de nuevas ciudades en el ranking también es la responsable de las
principales caídas que se evidencian en la tabla general y que afectan a las
ciudades argentinas de Rosario y Mendoza, lo que se potencia a la caída en
los indicadores macro que obtiene el país, principalmente en el último año.
(AméricaEconomía)