El proceso de evaluación de los futuros miembros de la Junta Nacional de
Justicia (JNJ) por el momento avanza de acuerdo a lo establecido en su
cronograma previsto. De los 51 postulantes inscritos a fines de julio, a la
fecha solo 15 integran el cuadro final que han superado la evaluación
curricular, sin embargo, varios de ellos cuentan con serios cuestionamientos que
vienen saliendo a la luz.
EXPRESO ha podido acceder a información relevante, que demostraría que una de
las aspirantes a formar parte de la JNJ no ofrece las garantías suficientes para
desempeñarse en dicho cargo. Se trata de María Teresa Cabrera Vega,
exparlamentaria y exjueza del Poder Judicial que habría cometido graves delitos,
para favorecer directamente a sus familiares.
A todo esto, es de público conocimiento que la popular “Techi”, como también
es conocida en los pasadizos judiciales, fue acusada por su propia exsecretaria
Margaret Huamán de haber recibido en el 2009 una coima de los padres de Paolo
Guerrero, por supuestamente favorecer al futbolista en el proceso seguido contra
la periodista Magaly Medina. Sin embargo, el caso fue archivado.
Esta vez, existen pruebas que demostrarían que María Teresa Cabrera Vega sí
habría cometido delitos de tráfico de influencias, contra la fe pública y
nepotismo (durante el periodo que fue congresista), y a pesar de la gravedad de
estos hechos, se atreve a postular a la Junta Nacional de Justicia.
Hay que recordar que en su declaración jurada de intereses cuando ingresó
como parlamentaria no señaló que tenía una media hermana (Ruth Mercedes Velarde
Álvarez Vega) por parte de madre, a pesar de ello, cuando fue tercera
vicepresidenta del Congreso (2020) no tuvo reparos en contratar por unos meses a
la hija de su media hermana, Vanessa Liliana Herrera Velarde Álvarez, quien se
desempeñó como auxiliar en la Oficina de Enlace con el Ciudadano, con una
remuneración promedio de S/ 2,500, bajo el Régimen 728. Es necesario precisar
que dicha oficina estaba a cargo de la tercera vicepresidencia
parlamentaria.
Dos años después, en el 2022, María Teresa Cabrera estuvo como jefa de la
Oficina de Cooperación Internacional y contrató nuevamente a su sobrina Vanessa
Liliana Herrera Velarde Álvarez, como auxiliar –bajo el régimen 728– en la
Oficina de Cooperación Internacional, lo cual resulta sumamente preocupante.
Cabe señalar que en ambas contrataciones, Vanessa Liliana Herrera Velarde
Álvarez, casi nunca era vista en las instalaciones parlamentarias, es decir era
una ‘trabajadora fantasma’ que cobraba pero que no hacía trabajo presencial;
incluso habría cometido una falta administrativa, porque de acuerdo a su red de
Linkedin, venía trabajando a tiempo parcial en el estudio jurídico Jimmy
Alexander Benites Tangoa EIRL, desde el año 2018 hasta la actualidad.