Los 5.7 millones de hogares (créditos a personas) que deben S/ 169 mil
millones (MM) actualmente destinan el 34% de los ingresos familiares para asumir
la cuota mensual, sobrepasando “el umbral prudencial internacional de 30%” que
señala la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS). No obstante, esta
obligación financiera se ha convertido en una verdadera “bola de nieve”,
creciendo periódicamente, sin prisa, pero sin pausa, debido a que en su mayor
parte: S/ 101 mil millones (MM) son créditos de consumo (CC): préstamos
personales, vehiculares y tarjetas de crédito.
Estos CC están sujetos a una tasa promedio anual que bordea el 57%, es decir,
únicamente en intereses, teóricamente acumularían algo así como S/ 57 MM
anuales, bastante lejos de la capacidad de pago de “los endeudados”, cuyo
ingreso promedio asciende a S/ 1,716 en junio (Encuesta Nacional del INEI), es
decir, que destinan al sistema financiero alrededor de S/ 40 MM anuales, una
suma menor a los intereses que vienen acumulando. Otra parte de la deuda de
hogares son los créditos hipotecarios (CH) por la suma de S/ 68 MM que, si bien
es una obligación prioritaria “para no perder la casa”, resulta un problema
menor porque la tasa es de 8.7% (BCR). Los intereses suben por la escalera y no
por el ascensor como los intereses de los CC. Muchos de aquellos hogares que
afrontan deudas cuantiosas y onerosas de CC (a la vez que CH) han dejado de
pagar. Incluso en las familias pertenecientes al Quintil 1 (los más acomodados),
no falta quien, en el colmo de la irresponsabilidad, en plena recesión, no
redujo su consumo e incluso “tarjetearon” con el plástico de la billetera, y
otros, además, osaron comprar “casa de playa” o “casa de invierno” recurriendo
al CH, y ahora algunos han perdido el trabajo, la camisa y hasta el sueño. La
última cifra de morosidad “ajustada” (que incluye la cartera pesada) es de 8.2 %
y del doble (16.4 %) en los CC.
Antes de la “pandemia política” Castillo 21, la deuda de los hogares era de
S/ 129 MM, es decir, menor en S/ 40 MM. No obstante, durante los años 2022 y
2023, la banca se lanzó, sin el debido control de la SBS, a las reprogramaciones
telefónicas “sin medida ni clemencia” y a ofrecer a “troche y moche” una
verdadera feria de billetes: préstamos de “libre disponibilidad” que se ofrecían
previo acoso telefónico (cuya morosidad ahora alcanza el 31.7 %) a sola firma y
sin garantía, cuando no, a pasar por el banco a recoger no una, “sino dos o tres
tarjetas de crédito para toda la familia”, y ahora la morosidad de las tarjetas
de crédito marca 18.4 % (Informe de Estabilidad Financiera, marzo, BCR).
Finalmente, no solamente son responsables los “endeudados” sino también los
irresponsables últimos ministros de Economía de turno, el BCR por la “gélida”
política monetaria que permitió estas tasas de interés elevadas de CC, la SBS
por la falta de control y el sistema financiero por la codicia sin límite. Les
toca a todos, en conjunto, diseñar una solución que nos permita salir de esta
crisis antes de que estalle. Pagar y pagar sin límite recuerda al remar y remar
de las galeras romanas.