El dispositivo que tenemos tanto en casa como en el trabajo y es el más sencillo de hackear
-La principal razón de ello es porque nunca lo actualizamos -Parece
inofensivo pero está interconectado con nuestra red y otros dispositivos lo que
aumenta la amenaza
Los ciberdelincuentes trabajan día y noche para tratar de encontrar una
puerta de entrada a tus sistemas y dispositivos para llevar a cabo estafas y
robos. En la mayoría de casos, optan por intentar engañar a la víctima con
suplantaciones de identidad para que esta les entregue sus contraseñas, pero hay
otras ocasiones en las que los atacantes actúan escondidos y sin que la víctima
sepa que está comprometiendo su información personal y bancaria.
Este tipo de ataques es casi tan común como el de los ciberataques directos,
pero muchas veces son más efectivos porque el criminal recopila durante bastante
tiempo todos los datos e información que necesita y provoca daños mucho
mayores.
Esto es porque al estar infiltrado y espiando la actividad de la víctima, que
no sabe que está siendo vigilado, el atacante es capaz de recopilar mucha más
información y puede ejercer más daño sobre los distintos perfiles del usuario,
ya sea robando dinero de sus cuentas bancarias o estafando a personas cercanas a
la víctima haciéndose pasar por ella.
Por ello, al igual que es importantísimo estar alerta y no confiar nunca en
las comunicaciones sospechosas que no llegan, proteger nuestros dispositivos
también lo es. Y si bien siempre pensamos que nuestro smartphone, y quizás
nuestro ordenador son los equipos que hay que proteger, no nos podemos olvidar
del resto.
Y mientras es verdad que estos dos aparatos que hemos mencionado son los que
más información personal e importante albergan, los ciberdelincuentes tienen
otras formas de llegar hasta ellos. Tal y como explicó esta ingeniera experta en
ciberseguridad en el podcast de Clay QSI, una iniciativa para fomentar las
carreras STEM entre chicas, este es el dispositivo más sencillo para
hackear.
Se trata de nada más y nada menos de la impresora, un aparato que millones de
personas tienen en sus casas y oficinas, y en el que nunca reparamos como una
potencial puerta de entrada para los ciberdelincuentes, pero por desgracia estos
son capaces de hackearlos y posteriormente acceder o conectarse a otros como
podría ser nuestro smartphone.
La razón principal de ello, es que aunque nunca lo hayamos hecho, las
impresoras también se actualizan e introducen medidas de seguridad, y si nunca
los hemos hecho significa que la nuestra es muy vulnerable y fácil de
hackear.
Además, las impresoras suelen estar o bien conectadas a nuestra red WiFi o a
nuestro smartphone u ordenador para enviarle directamente los archivos que
queremos que imprima. En ambos casos la amenaza es muy alta y real porque un
ataque a una impresora es muy sencillo para los ciberdelincuentes y de ahí a
intervenir otros de nuestros dispositivos es un camino de rosas para ellos,
sobre todo porque las víctimas desconocen totalmente que han sido hackeadas.