Intel levantará la mayor fábrica de chips del mundo gracias a las ayudas del Gobierno de EEUU
-Logra 8.500 millones en financiación directa, además de créditos y
beneficios fiscales -Está invirtiendo 100.000 millones para construir nuevas
fábricas, la mayor en Ohio
Intel ha conseguido ayudas públicas de la Administración estadounidense para
construir la mayor fábrica de chips del mundo. La firma de procesadores está
invirtiendo miles de millones de dólares para acortar distancias con sus
competidores y recuperar una posición dominante en el mercado. El último empujón
en este esfuerzo vendrá de parte del Gobierno de Joe Biden.
La firma de semiconductores y el departamento de Comercio del país han
anunciado una ristra de ayudas que se van a destinar a la construcción de cuatro
fábricas de chips en Estados Unidos. Durante el evento en el que se dio a
conocer el acuerdo entre ambas partes, el consejero delegado de la compañía,
Gelsinger, dijo a los periodistas que la instalación de Ohio "será la mayor
fábrica de chips del mundo", en declaraciones que recoge Reuters. Esta abrirá su
puertas a partir de 2027.
En total, Intel va a invertir 100.000 millones de dólares para aumentar su
capacidad de producción en Estados Unidos. En concreto, en Ohio se va a gastar
28.000 millones de dólares en dos plantas, en Arizona, 32.000 millones en otras
dos fábricas y en la modernización de otra, 36.000 millones en un complejo en
Oregón para su ampliación y actualización, y 4.000 millones en Nuevo México,
donde reforzará la parte final del proceso, el empaquetado.
Las plantas se levantarán gracias a una financiación directa de 8.500
millones tras el acuerdo premilimar que acaban de firmar la compañía y el
Departamento de Comercio, como ha anunciado la primera. La ayuda se concede en
el marco de la ley de chips de EEUU, que busca incentivar la producción dentro
de las fronteras del país. Además de dichos fondos, Intel podrá acceder a
préstamos federales de hasta 11.000 millones de dólares y a beneficios fiscales
de hasta el 25% de la inversión de 100.000 dólares.
En Ohio, la empresa con sede en Santa Clara, California, espera fabricar los
chips más punteros de EEUU y aceptar pedidos de terceros. La compañía está en
pleno cambio de estrategia ya que, hasta hace poco, solo diseñaba y fundía sus
propios modelos. Sin embargo, su planteamiento de negocio quedó obsoleto y por
eso está en plena transformación. Es habitual que las firmas de procesadores se
dediquen a una u otra cosa, a diseñar (modelo fabless, sin fábricas) o a
fabricar chips. Aunque Intel hacía ambas cosas, solo fundía sus prototipos.
Acabó dándose cuenta de que tenía que abrirse a sus rivales y fundir también los
semiconductores de otras compañías del sector para no quedarse atrás.
La californiana está ahora en ese cambio de tornas, intentando atraer al
mayor número de clientes posible, entre ellos, a la líder de la industria,
Nvidia. Intel quiere dar el servicio completo de fundición, lo que explica que
esté invirtiendo tanto y que, con instalaciones como la de Ohio, quiera dar
respuesta a la falta de capacidad productiva que hay. Por ejemplo, la taiwanesa
TSMC no da a basto con sus clientes y no puede materializar todos los pedidos
que le llegan de Nvidia o Apple. Y ahí es dónde la de Gelsinger quiere
entrar.
Paralelamente, el Gobierno de EEUU quiere fortalecer su industria de chips y
evitar que China avance en este sector, lo que explica el foco de la
Administración en destinar recursos públicos a este ámbito y las restricciones
comerciales al país asiático. De hecho, la alianza gubernamental-privada sellada
entre ambas es la mayor jamás vista en este sector, según Intel.
Además, todos estos esfuerzos se producen en pleno auge de la inteligencia
artificial (IA), una carrera que ahora lidera Nvidia, pero que nadie quiere
perderse. "El apoyo que nos brinda la ley de chips garantizará que Intel y EEUU
se mantengan a la vanguardia en la era de la IA mientras construimos una cadena
de suministro resiliente y sostenible para impulsar el futuro de nuestra
nación", señala Gelsinger en un comunicado.
Aunque Intel no ha empezado este ejercicio con buen pie en bolsa y pierde
cerca de un 15% de su valor, en el último año, las acciones de la compañía han
ganado un 45%.