Trump y Biden alcanzan los delegados necesarios para la nominación para las presidenciales
Los dos candidatos cuentan ya con mayoría en las convenciones del verano
tras las primarias de ambos partidos de este martes en Georgia, Misisipi y
Washington
Ya es casi oficial. El actual presidente, Joe Biden, tiene cita para repetir
en noviembre el duelo por la presidencia contra Donald Trump, con los papeles
cambiados con respecto a 2020, pues ahora es Biden el presidente y Trump está en
la oposición. Los dos se han asegurado este martes la mayoría absoluta de los
delegados que deben elegir a los candidatos para las presidenciales del 5 de
noviembre del Partido Demócrata y del Republicano en las convenciones del
verano, tras las primarias de ambos partidos en Georgia, Misisipi y el Estado de
Washington. Son ya los nominados virtuales.
En realidad, tanto Biden como Trump se habían asegurado en la práctica la
nominación con los resultados de hace una semana, cuando ambos arrasaron. En el
Partido Republicano, Trump salió del Supermartes con 1.089 delegados, a solo 126
de la mayoría de 1.215 requerida. La sentencia estaba dictada por las urnas
antes incluso de que Nikki Haley, consciente de que la distancia era insalvable,
anunciase su retirada. Este martes aún quedaban candidatos marginales en las
papeletas republicanas (la propia Haley figuraba, dada la antelación con que hay
que inscribirse), obviamente sin posibilidades.
La convención republicana se celebrará del 15 al 18 de julio en Milwaukee, la
ciudad más importante de Wisconsin, uno de los seis Estados que se presentan
como decisivos en las presidenciales del 5 de noviembre, junto a Pensilvania,
Georgia, Míchigan, Nevada y Arizona. Este martes se ha apuntado victorias claras
y fáciles en las primarias de Georgia, Misisipi y Washington y con eso ha
alcanzado la mayoría sin necesidad de esperar los resultados de los caucus de
Hawái, donde también arrasó.
Lo previsible es que Trump consiga la nominación con victorias en todas las
circunscripciones salvo Vermont y Washington DC, donde venció Haley. Trump ha
barrido en las primarias pese a su derrota de 2020 y pese a sus cuatro
imputaciones por un total de 91 delitos. En menos de dos semanas deberá sentarse
por primera vez en el banquillo de los acusados en un caso penal.
Trump ha recibido un voto de castigo en Georgia, donde un porcentaje
significativo de los votos, del orden del 13%, más de 77.000 sufragios, ha sido
para Haley, pese a que esta ha abandonado su campaña. En Georgia hay primarias
abiertas, de modo que es difícil interpretar en qué medida ese castigo procede
de republicanos moderados que desertan de Trump o de demócratas que han
preferido votar en las primarias del partido rival para erosionar al
expresidente.
En el Partido Demócrata, no hubo oposición real en ningún momento, pues ni el
congresista Dean Philips ni la escritora de libros de autoayuda Marianne
Williamson han tenido la menor posibilidad. Robert Kennedy Jr. decidió retirarse
antes de empezar y tratar de postularse como independiente. A pesar de las dudas
sobre su popularidad y su edad, de 81 años, los potenciales aspirantes de peso
han respetado la tradición de no plantar cara al presidente en el cargo.
A Biden le han bastado los primeros resultados de la noche electoral de este
martes, los de Georgia, para superar los 1.968 delegados que le darán la
mayoría, aunque también se ha impuesto sin alternativa en Misisipi y con algo de
voto de protesta en el Estado de Washington, donde un 7,5% ha optado por la
papeleta de “no comprometido”. Biden se ha beneficiado de que Florida y Delaware
hayan cancelado sus primarias por ser el presidente el único candidato, con lo
que se ha apuntado todos los delegados de esos Estados. Eso ha hecho que alcance
la mayoría una semana antes de lo que estaba previsto. La convención demócrata
tendrá lugar del 19 al 22 de agosto en Chicago (Illinois).
Tanto los votos a Haley en Georgia, en el caso de Trump, como los “no
comprometidos” de Washington, en el de Biden, son una nueva muestra de algunos
puntos débiles de ambos candidatos. Para Trump, el principal riesgo es que le
den la espalda los votantes moderados e independientes. En el caso de Biden, son
un síntoma de cómo algunos segmentos de la población, en particular los votantes
jóvenes, los árabes y algunas otras minorías, rechazan su apoyo a Israel en la
guerra de Gaza, que el Gobierno estadounidense ha ido matizando cada vez
más.
Biden ha celebrado su nominación en un comunicado en el que señala a su rival
como riesgo para la democracia. “Me siento honrado de que la amplia coalición de
votantes que representan la rica diversidad del Partido Demócrata en todo el
país hayan confiado en mí una vez más para liderar nuestro partido —y nuestro
país— en un momento en el que la amenaza que supone Trump es mayor que nunca”,
ha dicho. Según el presidente, Trump “está llevando a cabo una campaña de
resentimiento, venganza y represalias que amenaza la idea misma de América”. Por
su parte, la campaña de Trump ha difundido un vídeo del expresidente en las
redes sociales en que celebra “un gran día de victoria” e insiste en su mensaje
de que Joe Biden es “el peor presidente de la historia” de Estados Unidos (un
puesto que en realidad los historiadores le adjudican a él).
Como candidatos presuntos o virtuales, Trump y Biden tienen el aparato de sus
respectivos partidos a su disposición, aunque en la práctica ya lo tenían. El
presidente, desde el inicio de la campaña, y Trump, desde que asumió el control
del Partido Republicano recientemente.
Es la primera vez que se repiten los dos contendientes desde 1956. Entonces,
el presidente republicano Dwight D. Eisenhower derrotó por segunda vez al
demócrata Adlai Stevenson. También ha habido varias ocasiones en que se han
enfrentado un presidente en ejercicio con un expresidente. El único precedente
en que se ha repetido el duelo de los mismos candidatos, primero con uno en la
Casa Blanca y luego con el otro, es el del demócrata Grover Cleveland. Fue
elegido en 1884, perdió las elecciones contra el republicano Benjamin Harrison
en 1888 y recuperó la presidencia contra ese mismo rival en 1992. Se le
considera, por ello, el 22º y el 24º presidente de Estados Unidos. Trump aspira
a emularle.
Los Estados clave
Pese a que ni Trump ni Biden contaban con rivales de consideración, ambos se
desplazaron a Georgia el pasado fin de semana a hacer campaña. No estaban
pensando en las primarias, sino en las presidenciales, dada la importancia que
tiene ese Estado. Es la segunda vez en dos semanas que se cruzan, pues
recientemente coincidieron en la frontera con México, uno de los temas estrella
de la campaña. De los Estados decisivos, Georgia es el segundo con mayor peso
(16 compromisarios o votos del colegio electoral), por detrás de Pensilvania
(19) y por delante de Míchigan (15), Arizona (11), Wisconsin (10) y Nevada
(6).
En las elecciones de 2020, Biden se impuso a Biden por 306 votos electorales
a 232, con victorias en esos seis Estados decisivos. Por las variaciones de
población, los mismos resultados dejarían ahora un resultado un poco más
ajustado (303 a 235) y la mayoría necesaria para la presidencia es de 270 votos,
así que las combinaciones al alcance de Trump son variadas. Suponiendo que no
haya vuelcos en el resto de los Estados, Trump se aseguraría la presidencia
venciendo en cuatro de esos Estados, pero también podría lograrla con tres o
incluso dos de los cuatro. Las encuestas dan ventaja al expresidente en la
mayoría de esos Estados.
Tras el discurso sobre el Estado de la Unión, Biden emprendió una campaña por
esos Estados clave. Estuvo el viernes en Filadelfia (Pensilvania), el sábado en
Atlanta (Georgia), visita este miércoles Milwaukee (Wisconsin) y este jueves
Saginaw (Míchigan). Por su parte, la vicepresidenta, Kamala Harris, acudió la
semana pasada a Phoenix (Arizona) y Las Vegas (Nevada). En su maratón de una
semana, Biden ha incluido también a New Hampshire, acaso en desagravio por no
haber participado en sus primarias.