Tomo prestado este título de los juicios en EEUU, en donde se colocan los
nombres de las partes para identificarles. Con la ayuda del doctor Enrique
Ghersi, he tenido que iniciar acciones legales contra una decisión increíble de
la vocal suprema Elvia Barrios y un grupo de colegas suyos (Ricardo Broussset,
Susana Castañeda, Iris Pacheco y Walter Cotrina), que de manera aleve han
buscado dilatar la ejecución de un fallo del TC a favor mío (dado hace rato: el
19 de enero del 2021) y en contra de una decisión abusiva del vocal supremo
César San Martín (CSM) y otros (Lecaros, Duberly, etc). Me imagino que Barrios y
sus colegas han actuado así por espíritu de cuerpo con CSM (o tal vez por temor
reverencial hacia éste).
Como se recordará, CSM y esos otros vocales me condenaron con una causa ya
prescrita, pasando por encima de la norma que dispone que las sentencias son
válidas solo desde que son notificadas (soy inocente en el fondo del asunto,
pero ya tuve que soportar otras 50 y tantas demandas absurdas -y que todas gané-
del mismo señor, así que no voy a profundizar más sobre este asedio).
Acudimos con el Dr. Ghersi al TC, que nos dio la razón, por lo que el PJ debe
limitarse a reconocer su error y revertir esa sentencia de CSM. Pero la vocal
Barrios y sus colegas han respondido -extemporáneamente, además- que el TC les
debe instruir sobre qué hacer, cosa que perfectamente saben. Encima, ya han
tenido el expediente completo desde junio pasado para resolver, a pesar que
desde enero del 2021 ya sabían del fallo. Me parece evidente que están haciendo
los tontos.
Por eso nos hemos visto obligados a pedirle al juez de ejecución del amparo
que declare nula esa resolución (o “auto”) emitida por el PJ por
inconstitucional e ir contra el Código Procesal Constitucional. También informar
al TC de que Elvia Barrios y esos vocales se niegan a cumplir sus resoluciones.
Espero que el juez de ejecución no se achique ante sus superiores o que tarde
años en resolver.