Enfrascados en una lucha global contra la inflación, el mundo giró sus ojos
el último fin de semana a Wyoming (Jakcson Hole), donde anualmente se realiza
una encerrona para debatir política monetaria, reunión, que han liderado los
presidentes del Banco de la Reserva Federal (Fed) desde Paul Volcker (1982)
hasta Jerome Powell. A la cita, que es “La reunión económica más exclusiva del
mundo” (New York Times 25/8/23), también asistió, nuestro tetrapresidente del
BCR Julio Velarde.
En la cita, “Jay” Powell, asomó las garras de halcón (hawkish) -término
referido a la política monetaria contractiva- al afirmar que no le temblaría el
pulso a la hora de seguir subiendo las tasas de interés de referencia (tir)…
porque la inflación es aún “demasiado alta. En los últimos tres años la Fed ha
elevado la tir desde 0% a 5,25 % para abatir la inflación que si bien se situó
llegó en 9.1% (jun-22) -la más alta en cuatro décadas- se ha desinflado a 3.2 %
(jul-23), pero, aún sigue por encima de la meta (2 %). Esta alza de la tir en
EE.UU. ocasiona, según Javier Gamboa de Rímac Seguros, “que el billete verde se
fortalezca (baje) en mercados como el peruano. El dólar que el lunes 21 se
cotizaba en S/ 3.73 cerró en S/ 3.70 el viernes 25. El dólar que el lunes 21 se
cotizaba en S/ 3.73 cerró en S/ 3.70 el viernes 25.
Dólar al margen, vivimos una recesión o como el MEF y el BCR intenten
bautizarla. No hay empleo y el consumo privado viene rampando. Desde la
prepandemia (marzo de 2020) la población en edad de trabajar se ha incrementado
en 1.2 millones (25.7 millones) mientras que el número de ocupados (empleo
formal más informal) ha disminuido en 350 mil hasta los 17.1 millones (INEI).
Tanto así, que en los últimos doce meses: el promedio del consumo privado apenas
ha crecido en 1.45% (jul22-jun23), magro porcentaje sólo comparable al
registrado durante la crisis tailandesa y rusa (1998), en que quebraron más de
diez bancos. Además, por si fuera poco, en el mismo período la inversión privada
ha caído -6.2 %.
Mientras tanto, en el Perú, Adrián Armas gerente del BCR ensayó un
soliloquio: “… la pregunta relevante es mantener la tir (que se elevó de 0.25 %
a 7.75 %) o comenzar el ciclo de bajas…” (25/8/23). Por su parte, augura
Credicorp Capital: El BCR recortará la tir 1% recién en el 4T23, que se iniciará
en octubre, pese a que “La tasa real se encuentra en máximos históricos…un nivel
bastante contractivo para la lenta actividad económica”.
Es decir, la era de hielo crediticia continuará. Curiosamente, el informe
Macroeconómico del BCR, que explica la caída del PBI en el II trimestre de 2023
en 0.5% -acumulando dos trimestres consecutivos- omite el factor de las altas
tasas de los créditos bancarios en el enfriamiento económico. No es una simple
lavada de manos, es un duchazo a carta cabal.
Pruebas al canto. De acuerdo al informe Liquidez y Crédito (BCR-24/8/23): “la
caída interanual del crédito a las empresas se elevó de -4.4 % en junio a -5.4%
en julio…. El saldo del crédito del segmento de corporativo y gran empresa
disminuyó -4.7 %… el crédito a medianas empresas registró una caída interanual
de -15.6 %…”. En cuanto a las personas, los créditos hipotecarios y los créditos
de consumo apenas han crecido en 0.1%. Todo está congelado. Por si fuera poco,
los promedios de las tasas de interés en soles baten records: los créditos a
medianas empresas 14.56 %; las pequeñas empresas 23.89 %; la microempresa 42.08
% y los créditos de consumo 51.89 %. Con ese nivel de tasas no hay reactivación
posible, ni aquí, ni en Plutón.