Erigido como el líder del negacionismo, Julio Velarde, el presidente
rerereelecto del BCR declaró ante la Cámara de Comercio Americana: Que no hay
recesión. “Es cierto que hemos caído en dos trimestres (en realidad son tres,
octubre22-junio23), pero hay otros factores que no se están cumpliendo. El
consumo está creciendo al igual que el empleo” (16/8/23). Cual chamán, augurando
la salud de un feligrés a partir del color de sus cachetes, sin reparar: alta
temperatura, presión, glóbulos blancos, colesterol y el nivel bajo de la
saturación y la hemoglobina. Metáfora que se ajusta al Perú: porque si bien ha
subido el empleo formal, ha caído: el PBI, la población ocupada (formal más
informal), la inversión privada, la recaudación, las exportaciones, las
importaciones etc. Empero, respecto al consumo que alude Velarde: el consumo
privado escasamente creció 0.7% al I trimestre del 2023 (IT23), el más bajo de
los últimos trimestres -salvo en la cuarentena de la pandemia- y el consumo
público cayó -6% (Tabla 94 Nota Semanal BCR), mientras que el crecimiento del
crédito de consumo parece congelarse (1.1% en julio).
Así mismo, el crecimiento del empleo formal que se registra en las planillas,
ha crecido en 180 mil puestos (que incluye 80 mil empleos públicos: caviares y
moraditos) en el período diciembre 2019-junio 2023 hasta situarse en 5.6
millones. Pero, no olvidar que en marzo último era más alto (5.8 millones).
Desde entonces ha experimentado una brutal caída en 180 mil puestos de trabajo
por la crisis. Para pontificar sobre el empleo no hay que fijarse únicamente en
el árbol del empleo formal, sino en el bosque de la población ocupada a nivel
nacional (empleo formal más empleo informal), que según el INEI (IT23- 15/8/23)
ha disminuido en 349 mil personas en el período dic 19- mar 23 (bajando de 17.4
millones a 17.15 millones).
Otro dato no menor, es la precarización laboral: el empleo formal disminuyó
porcentualmente de 33.6% a 26.5% mientras que el ejército informal creció desde
66.4% a 73.5%.
Sin embargo, lo más grave de esta situación es que el número de personas en
edad de trabajar (PET) creció 1,2 millones (alcanzando los 25.7 millones). La
población que se suma cuando traspasan los 14 años al contingente de desocupados
alcanza las 400 mil personas por año. Somos más, pero, los que encuentran chamba
son cada vez son menos.
De acuerdo a este informe, el empleo adecuado -aquel que gana por encima del
sueldo mínimo con una jornada semanal mayor a 35 horas- ha sufrido una sensible
reducción postpandemia de 733 mil puestos de trabajo (-7.7%) bajando hasta los
8.8 millones. En cambio, el subempleo -donde impera el sálvese quien pueda- se
ha incrementado en 920 mil puestos (12.1%) alcanzando los 8.5 millones.
¿Y en los ingresos como andamos? No muy bien. El ingreso mensual promedio al
IT23 en el área urbana asciende a S/ 1,711.40 (en el área rural la mitad: S/
854.60), siendo este ingreso antes de la pandemia de S/ 1,595.40 (diciembre de
2019). Si bien aparentemente sube S/ 116, en realidad, si se descuenta la
inflación del período, es 10.5% menor en términos reales (poder adquisitivo). En
cuanto al sueldo mínimo de S/ 1.025, según el BCR existe un retraso de 7.2%
(Tabla 83 Nota Semanal). No es recesión. Pero camina, grazna y nada como
pato.