Robados 200.000 euros en vino en Coque, el restaurante de Mario Sandoval en Madrid
La Policía confirma que los ladrones accedieron al restaurante, con dos
estrellas Michelin, a través de una farmacia anexa al local: “Fueron directos a
por el vino”
Tras el robo de Atrio, el restaurante extremeño dirigido por el chef Toño
Pérez y su pareja, José Polo, donde en octubre de 2021 unos ladrones sustrajeron
miles de euros en vino, ahora la mala fortuna ha recaído en Coque, el
restaurante madrileño de Mario Sandoval con dos estrellas Michelin. Tal y como
ha informado este miércoles su hermano y socio, Rafael Sandoval, el domingo por
la noche les robaron 132 botellas de vino, cuyo valor conjunto supera los
200.000 euros.
Rafael Sandoval ha contado esta mañana en el programa Espejo Público, de
Antena 3, cómo se ha producido el robo. Allí ha explicado que los asaltantes
entraron en el local (situado desde hace cinco años en el número 11 de la calle
del Marqués de Riscal, donde estaba la antigua discoteca Archy) a través de un
agujero que hicieron en un local contiguo. “Bajaron por un patio que compartimos
con la farmacia y rompieron el cristal para entrar en la bodega”, ha afirmado
quien es el responsable de la bodega de Coque, en la que reposan unas 3.120
referencias y más de 30.000 botellas.
La Policía ha confirmado a EL PAÍS que investiga el robo de un centenar de
botellas del exclusivo restaurante en el barrio madrileño de Chamberí. Afirman
que, según las primeras pesquisas, los autores del robo accedieron a través de
una farmacia anexa al local que está cerrada. Desde una de las ventanas de este
negocio entraron al local por la puerta trasera del restaurante. “Fueron
directos a por el vino, no hay constancia de que se llevaran nada más”, indican
fuentes policiales, lo que hace pensar que los autores conocían perfectamente el
valor de esas botellas. El restaurante permanece cerrado los lunes, por lo que
no fue hasta el martes cuando los Sandoval se percataron de la sustracción.
Los robos de este tipo suelen realizarse por encargo y la banda responsable
del golpe suele tener ya un mercado en el que colocar el botín. Los ladrones
rompieron uno de los cristales de la vinoteca para abrir la puerta de acceso a
la misma. Todo indica que estos habían estudiado con detenimiento cómo hacerlo,
porque no saltó ninguna alarma. Todavía se desconoce cuántas personas entraron
en Coque, pero casi con seguridad fueron varias, debido al elevado número de
botellas que se llevaron. En su entrevista en televisión, Rafael Sandoval ha
querido alertar a sus compañeros del sector para que tomen las máximas
precauciones, pues sospechan que hay un grupo de ladrones especializado en este
tipo de mercancía de gran valor.
Una idea que remacha en conversación telefónica con EL PAÍS la responsable de
comunicación de Coque, Cristina Pérez Olmos: “Hay que estar alerta, porque está
pasando en otros restaurantes, en Europa y también en España”. Pérez Olmos
explica que, por el momento, resulta difícil calcular exactamente el importe del
robo cometido, porque las botellas no tienen un valor exacto. Algunas de ellas
llevan más de tres generaciones con la familia Sandoval (”algunas son de la
familia, otras de viajes del equipo de sumilleres, algunas las bodegas no las
venden...”), por lo que habrá que recalcular su valor actual para conocer el
monto total de lo sustraído. “Tendrán que mirar una por una para dar con el
valor actual. La cifra concreta no la sabemos, pero sí, supera los 150.000
euros”, reconoce, explicando que, lógicamente, tienen un seguro. “Y tendremos,
obviamente, que justificarlo todo, dar todos los datos... La Policía ha tomado
huellas para ver si pueden encontrar a los responsables. Nosotros esperamos que
sí, son botellas muy únicas, esperamos poder recuperar algunas”, apunta la
también esposa del chef Mario Sandoval.
“Creemos que es un robo muy de profesionales”, sugiere, “han ido exactamente
a lo que querían”. Como ejemplo, Pérez Olmos explica que, como Coque se ubica en
la calle Marqués de Riscal, gracias a las bodegas del mismo nombre, había en el
restaurante “una botella de cada año, una especie de capillita dedicada a
ellos”, y que algunas de ellas, como la de 1925, han sido parte del botín.
Las bodegas son elementos claves para los restaurantes distinguidos con
estrella Michelin. Y para Coque, en concreto, aún más. “Nosotros hemos dedicado,
durante muchos años, mucho esfuerzo a que sea de las mejores de España. Mucha
dedicación, viajes, esfuerzos económicos... para ofrecer una experiencia de
lujo”, relata. De hecho, como bien cuenta, “todos los comensales que pasan por
Coque pasan por la bodega, pueden tomar un aperitivo y tocar las botellas”.
Rafael Sandoval, de hecho, recibió hace cuatro años el Premio Nacional de
Gastronomía en la categoría de mejor sumiller. “Es un trabajo de una vida.
Económicamente, qué duda cabe, es dinero, pero hay que ver todo el trabajo que
hay detrás”, lamenta Pérez Olmos.
Precisamente Rafael Sandoval hablaba de la importancia de sus vinos en un
reportaje publicado en este periódico en octubre de 2021. “Tenemos añadas y
verticales de todos los vinos más importantes del mundo. Evidentemente, muchos
de Burdeos: Le Pin, Petrus, Angélus, Mouton Rothschild”, enumeraba el sumiller.
Un espacio al que él y sus hermanos llaman cariñosamente Don Ruinart, haciendo
un juego de palabras con la famosa maison de Champagne fundada en 1729, pues su
bodega tiene una sala dedicada a los champagnes —en especial, a los de Dom
Pérignon—. “Cuando desaparece una añada que no podré volver a comprar, me hago
con tres nuevas”, continuaba explicando sobre su modus operandi. Su bodega está
considerada como una de las más valiosas de España. De hecho, es conocida como
La Sacristía y en ella se guarda una damajuana de Trafalgar de 1805, única en el
mundo.
El restaurante Coque cuenta con tres distinciones de la prestigiosa guía
Michelin: dos estrellas y una estrella verde, un distintivo en forma de hoja con
el que reconocen el compromiso de un restaurante con la sostenibilidad en el
campo gastronómico. Está gestionado por los tres hermanos Sandoval: Mario, su
mediático chef; Rafael, el sumiller, y Juan Diego, su jefe de sala. Fue en
verano de 2017 cuando se trasladaron de la localidad madrileña de Humanes, en la
que habían conseguido sus dos estrellas ganadas con sus 20 años de trabajo, a
los más de 1.000 metros cuadrados de un espacio que ocupó en los años noventa la
discoteca Archy.