Julio Vargas Neumann sobre el futuro de los materiales: El concreto armado de hoy desaparecerá
Diego Vivas para ArchDaily.co
Con un aire de sencillez y sabiduría el ingeniero Julio Vargas Neumann nos
recibe. Sus dos canes acompañan el descenso después del ascenso necesario para
ingresar y nos acompañan también los muros de piedra que definen el lote. Nos
sentamos e iniciamos -o continuamos- la entrevista y conversación en relación al
valor de las shicras, los materiales locales y la construcción en tierra.
Dialogamos también sobre las críticas al cemento, aluminio y al acero así como
las perspectivas sobre el futuro de los materiales en el Perú y en el mundo.
Asimismo, discutimos sobre el largamente inatendido y recursivo problema rural
sudamericano y la necesidad de cambiar inexorablemente de paradigmas y
prioridades.
Julio Vargas inició, sin esperarlo, un camino profesional de ingeniero civil
a raíz de una conversación casual con su compañero de colegio, Jorge Solís Tovar
-más tarde también ingeniero, profesor y autoridad-. Él le sugirió con
convicción que por sus virtudes más difíciles de adquirir, las matemáticas,
iniciará sus estudios en la facultad de ingeniería de la Pontificia Universidad
Católica del Perú, en lugar de su inclinación inicial de estudiar medicina. “La
Católica”, en ese entonces (1963), contaba solamente con el área de ingeniería
civil. Ya con él como parte de su cuerpo docente, y muy pronto primer Jefe de
Departamento, así como en conjunto con profesores y amigos deciden también
incorporar la enseñanza de otras líneas de carrera que comenzarían a transformar
los paradigmas que tenían hasta ese momento. En dicha trayectoria, durante el
año 1970, el terremoto de Huaraz marcó un antes y después. La altísima cifra de
decesos fue un punto de inflexión pues suponía tomar conciencia de que muchas
tareas faltaban realizar en el país.
Los modelos y materiales de la vivienda tradicional son puestos en
cuestionamiento y un enfoque de cambios cobra especial relevancia debido también
a un momento político enmarcado en el gobierno del General Velazco en el cual,
señala Vargas, se empieza a dar prioridad tanto a la labor académica de
educación, a través de la Ley Orgánica de Educación, como a la de
responsabilidad social frente a la población de las áreas rurales del Perú, una
enorme cantidad de personas que viven en viviendas vulnerables construidas con
tierra o piedra, pero sin las adecuadas calidades constructivas que exige la
sismicidad andina.
A partir de ese momento, y en conjunto con muchos profesores y profesionales,
se comienza a trabajar en la investigación del uso adecuado y mejorado de
materiales naturales y locales. Esta tarea empieza a dar sus frutos con la
elaboración de diversas guías y normas estatales (1977) vinculadas también a la
arquitectura en tierra. Estas guías y normas son luego, y muy pronto, tomadas en
cuenta en publicaciones mundiales y otras normativas internacionales como la
publicada por la IAEE -Asociación Internacional de Ingeniería Sísmica- con sede
en Japón. En aquellas publicaciones no habían sido considerados, previamente al
aporte peruano, capítulos para la arquitectura espontánea de las construcciones
con tierra cruda. Tampoco declaraciones para la conservación del Patrimonio
Cultural construido con materiales naturales, como la Declaración de Lima, que
profesionales peruanos y japoneses firmaron en 2010 y que difunde y recomienda
el organismo de UNESCO, ICOMOS (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios),
así como otras investigaciones e innovaciones que promueven obras construidas
con tierra y piedra. Esa profunda labor de investigación y acción continúa, hoy
en día, gracias también a la creación, en conjunto con la arquitecta Sofía
Rodríguez Larraín, del Centro Tierra de la Pontificia Universidad Católica del
Perú.
Julio Vargas, ingeniero y figura de referencia mundial en relación al
conocimiento antisísmico y de construcciones con materiales ecológicos naturales
y locales, así como receptor de importantes distinciones a nivel nacional e
internacional -como la Orden de la Ingeniería Peruana y el Premio Nacional de
Cultura en Ciencias Aplicadas y Tecnología 1985/86- nos da, en el siguiente
fragmento de la entrevista, sus opiniones sobre el uso del cemento, acero,
aluminio y como estos materiales industriales -y su persistencia- promueven el
‘envenenamiento’ de nuestro planeta, frente a las ventajas que los materiales
naturales y locales mejorados podrían presentar, en conjunto con innovaciones.
Asimismo, nos brinda algunos indicios asociados a caminos sostenibles y roles
que podríamos asumir frente al incierto futuro de la Tierra.
Diego Vivas (DV): ¿Cómo imagina que es posible pensar el futuro de
los materiales constructivos en el Perú? ¿Qué cuestiones son necesarias reforzar
o cambiar?
Julio Vargas Neumann (JVN): Para hacer un buen y entretenido
alcance creo que podemos remontarnos a lo que ha pasado durante los últimos 100
años en el mundo y en el Perú. Tardíamente vamos entendiendo y aprendiendo a
hacer las cosas que hacen algunos países más desarrollados. No por mera copia,
sino por influencia y convicción. Entonces, qué ha ocurrido en el primer mundo a
partir del desarrollo industrial y la aparición de nuevos materiales
aparentemente eficientes, durables y más resistentes. Estos modernos materiales
han producido un cambio que termina en el costosísimo acero, en el mucho más
costoso aluminio, y en el desconocido cemento, tal vez menos costoso, pero más
“contaminante” para el medio ambiente. Este ocasiona el 8 % de la emisión del
dióxido de carbono mundial, que a su vez representa el 81% de los gases de
efecto invernadero que están calentando descontroladamente el planeta y
produciendo el irreversible cambio climático.
JVN: Las promesas de los países firmantes de la COP20 en
París y anteriores, no se están cumpliendo. Por lo pronto, pocos toman
conciencia real. Hemos invadido masivamente el mundo con millones de millones de
m2 de construcciones del “maravilloso” concreto armado, es decir, cemento y
acero. Este último, en menor cantidad, pero muchísimo más complicado para el
medio ambiente. Entonces, lo qué hemos descubierto, tardíamente, es que después
de menos de 100 años el concreto armado se empieza a rajar y a morir, a pesar de
los intentos de su reparación permanente. El acero se oxida debido a la
porosidad del concreto. El aire entra y oxida las armaduras de fierro,
aumentando potencialmente hasta 11 veces su volumen, rompiendo y destrozando el
concreto. Eso ya está ocurriendo mundialmente y se ve ya clarísimamente más
cerca al mar por la humedad que acelera el proceso.
JVN: Entonces, ahora … ¿Qué podemos hacer? El mundo está
inundado de obras de concreto armado que no servirán 100 años. Nadie pensó que
ese tiempo era muy poco. Si apreciamos bien lo que ha ocurrido, el concreto que
inicialmente llegó al Perú, ya pronto no servirá. Si observamos nuestros
antiguos edificios y más aún cerca del mar, ya tienen rajaduras. A los 50 años
empiezan a comprobarse. Se intentan reparar, pero ya todo el edificio está
atacado y está condenado a unos 20 o 30 años de mala vida. Llegará un momento en
el que va a ser difícil seguir viviendo en esos edificios. Entonces…¿Qué hemos
hecho como civilización? Hemos malogrado imprudentemente en manos del supuesto
progreso, el ambiente mundial por dos contaminantes materiales inconvenientes y
poco estudiados. Y ahora estamos buscando otros tipos de costosos “xxxconcrets”,
mezclas de nuevos materiales, necesariamente más durables y amigables con el
planeta, porque ni sus costos se conocen aún. Estamos tomando conciencia de que
cometimos mundialmente un error muy grave. Esperemos innovar y crear soluciones
sostenibles. Tenemos una tarea por delante de reemplazo de materiales, pero poca
conciencia en nuestras generaciones sobre este problema.
JVN: Tenemos la obligación de poner en agenda el estudio de
nuevos materiales y, por ejemplo, todo lo que se refiere a construcción con
tierra, que es un material natural y local de muchas beneficiosas propiedades.
El otro día hicimos una lista de las ventajas que tenía la construcción con
tierra y encontramos 22 temas importantes por lo cual la construcción con tierra
era magnífica. Además de los costos, material local, reciclaje...un adobe puede
servir muchos ciclos, la ventaja térmica y acústica, conservación del clima
local de la casa. Las ventajas son increíbles, pero hay un desprecio por los
materiales rústicos frente a los materiales modernos, como el famoso concreto,
que parecen ser mejor por su resistencia y se creía que también por durabilidad.
Pero, como explicaremos, esto no es verdad. Son de alguna forma solo
temporalmente más resistentes.
JVN: Hay que estudiar y reforzar las construcciones con
tierra para que no arriesguen la seguridad de las personas. Esa es la debilidad
superable que significan. Notoriamente, con los terremotos, las construcciones
no reforzadas de tierra se dañan, entonces la construcción con tierra si es
posible, pero siempre que sea con refuerzos... hasta que llegamos a una etapa
con las Shicras! Tienen la ventaja que solamente nos piden hacer un esfuerzo
adicional al refuerzo, modificando la cimentación.. o mejor solo la
sobre-cimentación. Con ello, ya toda la construcción se salva porque reciben
muchísimo menos energía de los terremotos. Y mejor si combinamos ambas cosas.
Nos aislamos disipando parcialmente la energía sísmica, recibiéndose un
terremoto menos dañino y, además, colocamos los refuerzos apropiados por
seguridad adicional. Así, ya se soluciona el problema sísmico del campo, un 30 o
40 por ciento de la población peruana, la más necesitada.
DV: ¿Y existe, en ese sentido, formas de plantear nuevos horizontes
en el panorama peruano de estos materiales?
JVN: Yo pienso que es nuestra tarea. Recomendar solo los
materiales que podemos haber apreciado y estar seguros que son ventajosos y
convenientes... difundirlos. No podemos cometer el error de transportar el
nefasto cemento, pagando además para transportarlo a las áreas rurales. Es un
pecado, por costos y por conservación del planeta. Estamos llevando el enemigo
caro, a las áreas rurales que son las más empobrecidas. No podemos ayudar a
acelerar el cambio climático por los materiales constructivos.
DV: ¿Que retos presenta esta nueva serie de políticas o formas de
pensamiento a escala local, regional?
JVN: Desgraciadamente las tareas del día a día impiden que
en las agendas gubernamentales le den importancia a lo que hemos conversado hoy
día. Las áreas rurales seguirán siendo las que menos presionan, porque están
allá y no acá. El problema de la inasistencia y peor, el uso de materiales
inapropiados, seguirá así y seguirán existiendo afectados a la vista de todos.
Debemos romper la falta de preocupación y no seguir siendo indolentes. Pero, en
realidad, es una tarea que debe partir de los que saben y no de los que todavía
no saben. Entonces, somos nosotros los que estamos obligados. Es una tarea
social importantísima.
DV: ¿Y eso es lo mismo en los Andes, en los países
andinos?
JVN: Lo que se ha hecho en el Perú de forma pionera, y poco
a poco en los países andinos, se está haciendo en otros países vecinos. Mucho de
lo que se sabe se está haciendo también ya en Chile. No hay una norma que
permita construir en tierra, pero si hay una norma que permite reconstruir el
patrimonio en tierra, tarea en la que me tocó participar para brindarles todas
las investigaciones y ensayos que habíamos hecho en el Perú y ellos no, hace
unos diez años. Hay una norma de como reparar, reconstruir y restaurar la
construcción patrimonial con tierra en Chile rescatando el valor patrimonial. El
patrimonio no se evalúa por valores estéticos de hoy, sino por su
representatividad en el tiempo, que revele la vida y entregue un mensaje de la
antigüedad, que narre la actividad humana de ese entonces, para que comunique el
valor cultural.
JVN: Y en lo mencionado en Chile, hemos tenido mucha
actividad conjunta, pero va ocurriendo igual en Colombia, donde se está
elaborando una norma. En Ecuador se utiliza la norma peruana y, en general, la
influencia de Perú en Latinoamérica es muy fuerte... hasta en Mesoamérica. Hemos
tenido fuertes contactos de investigación con México, siempre nos hemos ayudado,
aunque tenemos algunos puntos de vista diferentes, como la aceptación o no de
techos sólidos de tierra sin refuerzo utilizando formas de directrices de simple
o doble curvatura. Las obras coloniales que tuvimos principalmente en Lima se
destruyeron en los terremotos de los siglos diecisiete y dieciocho. Ellos han
tenido modernas experiencias en el sur de su país. Nosotros nos hemos manejado
al mismo nivel de antiguas experiencias que nuestros vecinos centro y
sudamericanos, compartiendo conocimientos. Por ejemplo, en Bolivia y el norte de
Argentina, se construye también con apoyo informativo de la norma peruana. La
Norma de Diseño y Construcción con Tierra Reforzada del Perú (2017), no puede
considerarse una norma internacional, pero tal vez sí un texto de información
muy útil en América de occidente y del sur, que son zonas muy sísmicas.
DV: Nos ha comentado un poco sobre la escala de impacto de la norma
de construcción en tierra, ¿cuáles son los principales proyectos en los que haya
trabajado o esté trabajado actualmente que contribuyen más en la construcción
del futuro de los materiales?
JVN: Particularmente, me gustaría profundizar los trabajos
de investigación que produzcan dos logros. El primero sería el indagar sobre el
aprendizaje o el cómo crear e innovar en equipos con herramientas de laboratorio
para estudios de conocimiento de punta como es, por ejemplo, nuestra costosa
mesa de simulación de terremotos, actualmente la mejor de América Latina. El
segundo sería el poder profundizar el tema de la disipación de energía sísmica
en prototipos constructivos con materiales rurales naturales en diferentes zonas
del país.
JVN: El origen de esta gran investigación, que considero aún
inconclusa, no ha sido nuestro, sino de la gente de la civilización Caral que
desarrollaron un importante nivel del conocimiento a través del uso de las
shicras rellenas con piedras de mediano tamaño para poder trasladarlas, desde la
cantera, al sitio de la construcción de las pirámides. El invento del
comportamiento de las shicras, basado en la disipación de energía, es realmente
extraordinario y de aplicación social en un futuro que no podían conocer, ni
predecir. Es una innovación antigua, tremendamente apreciable, con el inmenso
valor de cuidar y salvar vidas en un territorio fuertemente sísmico como el
nuestro. Un verdadero invento salvavidas de inconmensurable valor incluso
ecosistémico, natural y económico. Ha sido un invento que debemos apreciar con
la ayuda de las tecnologías de hoy.
JVN: Ahora estamos trabajando con un pequeño grupo de
exalumnos nuestros que están estudiando afuera y que tienen interés en
perfeccionar aún más el tema del comportamiento dinámico vibratorio y disipador
de energía sísmica que posee el sistema de las shicras, conformando equipos con
sus profesores actuales y apostando a desarrollar la manera de aprender el
comportamiento dinámico de las shicras. Porque son aisladores. Porque esas
piedras amarradas por una mallas de soguillas no se trasladan al estar abajo en
la cimentación. No ruedan, sino que giran y se quedan en su sitio porque están
amarradas. Entonces, esa capacidad de no trasladarse, sino de girar produciendo
movimientos bajo muy fuertes cargas, genera una gran disipación de energía
sísmica. Es un esfuerzo que disminuye la energía sísmica para que las piedras
principalmente giren y no se trasladen y logren traspasar hacia la parte
superior menos energía y se reciba un terremoto menor. Conocimiento que se debe
perfeccionar. Solo se ha hecho una constatación valiosa con ensayo en la mesa
vibradora.
JVN: Cuando se ha perfeccionado esta buena solución,
utilizando las shicras rellenas de piedras de río con formas de elipsoides, se
ha logrado al fin que no se quiebren los muros de la vivienda ensayadas aún con
fuertes sismos unidireccionales. Podía ocurrir solamente alguna fisura muy fina
y reparable por conocidos métodos de inyección con grout de tierra fluida, en
vez de romperse en pedazos. Lo que ocurría cuando no se había colocado un
aislamiento como las shicras y piedras de río. La solución es muy
económica y nosotros la tenemos que perfeccionar -creo que en solo poco tiempo-
y conocer bien el comportamiento dinámico, para así divulgar... para ver si
podemos mejorar este invento tan simple con una aplicación más complicada, más
eficiente. ¿Qué vamos a lograr? No lo sabemos aún.
DV: Y desde esas perspectivas, ¿cómo ve usted el futuro de los
materiales en el Perú y el mundo?
JVN: Yo creo que el mundo no va a regresar a los materiales
naturales. Tengo la impresión de que lo que va a ocurrir es un equilibrado uso
de materiales naturales y elaborados. El concreto armado de hoy desaparecerá, no
por la arena o piedras, sino por el cemento portland. El cemento es el que
produce los daños al planeta… lo que hay que eliminar es el uso del cemento. Hay
que buscar otros cementantes que sean menos agresivos con el planeta. Mucho más
importante que la ingeniería sismorresistente es el cuidado del planeta por el
cambio climático. Debemos ayudar innovando y creando nuestros materiales. Para
ello, la capacidad de invención de materiales nuevos que tenemos en los países
menos desarrollados es obviamente menor. Se da más probablemente en el primer
mundo, donde se puede congregar mejores talentos y recursos económicos. Se debe
reemplazar urgentemente el contaminante cemento.
DV: ¿Y que rol cumplimos desde nuestra latitud?
JVN: Desgraciadamente por los niveles de instrucción,
económicos, de inversión para la investigación e innovación, no creo que
nosotros seamos los que descubramos las soluciones ideales, pero colaboraremos
en ellas. Sí debemos dar a conocer en el país que el concreto armado actual es
un desastre. Los constructores de edificios modernos… ojalá tomen conciencia de
que solo existirán menos de 100 años de vida y que también lo divulguen por
justicia. ¡Que informen que luego algún propietario tendrá que destruirlo y
eliminarlo! Ojalá se descubra cómo emplearlos de insumo para nuevas obras
constructivas. Se quiso solucionar los problemas mencionados, apenas
descubiertos, utilizando costosas pinturas epóxicas, evitando así que las
armaduras reciban oxígeno, pero los costos eran enormes y nadie quería asumir el
antiguo error desconocido.
JVN: En el futuro, ya no se utilizará nunca más el concreto
armado para construir edificios, mientras se utilice el cemento portland.... se
tiene que descubrir y utilizar un material mejor, amigo del planeta. Nosotros
como país, tenemos menores posibilidades de ayudar en la solución universal,
pero sí podemos y tenemos que ayudar a solucionar el tema rural y vernáculo
usando allí nuestros materiales naturales. Visibilizar el problema, atenderlo
ahí y atenderlo donde está la población, donde están los campesinos,
agricultores, pastores y lugareños. Allí pueden y deben mejorar sus condiciones
de vida. Se está viendo hoy día como la ciencia y tecnología, a través de la
investigación y pruebas de laboratorios, intentan utilizar nuevos conocimientos,
útiles para el futuro de los campesinos que podrán tener progresos rápidos,
donde el material juega un rol crucial y la construcción con materiales
naturales como la tierra, piedra, madera, caña, paja y otros, entrelazados en
nuevas técnicas mixtas.
DV: ¿Hay alguna cifra aproximada que pueda señalarnos de personas que
vivan en arquitectura en tierra?
JVN: En el Perú, aproximadamente un 30 por ciento vive en
construcción con tierra y un 40 por ciento vive y/o trabaja en construcción con
tierra. Ya un 40 por ciento de la población merece un poquito más de atención.
Por eso es muy importante lo del descubrimiento de la utilidad de disipación
sísmica utilizando las shicras y piedras. Debemos trabajar más en eso. Estamos
haciendo un mejor entendimiento del comportamiento dinámico teórico para ver
cómo perfeccionar este conocimiento que nos ha venido muy bien, buscando piedras
de río existentes de tamaños uniformes que sean como elipsoides que, cuando se
muevan -en vez de trasladarse- giren y eso ocurre cuando están amarradas. La
cabeza del elipsoide, para girar, baja, pero levanta todo el peso con la parte
posterior. Al instante siguiente, le toca retroceder. Pero además el sismo tiene
direcciones cambiantes entonces eso ayuda efectivamente a que gire y gire y
gaste energía. Es una máquina hecha para eso. Eso es importantísimo.
DV: ¿Qué mensaje le gustaría transmitir a los estudiantes y
profesionales de las ingenierías y arquitectura en la actualidad?
JVN: Que nos sintamos un grupo pensante que puede influir en
las soluciones a los problemas masivos e importantes del país y, en menor
escala, posiblemente del mundo. La preocupación de la academia debe estar
asociada con la solidaridad social, somos peruanos todos los que estamos
viviendo estas etapas confusas de gobierno y debemos estar más unidos que nunca
para evitar que el país se desparrame en corrupción y falta de formación.
Necesitamos actuar efectivamente y ahora. No sabemos aún cuál es la mejor
manera, la más inteligente para enfrentar la situación material, pero hay que
buscar un cambio... y tiene que ser rápido.
El autor agradece al ingeniero Julio Vargas Neumann por su tiempo y
revisión, y a la arquitecta Sofía Rodríguez Larraín y a todo el equipo del
Centro Tierra PUCP por el apoyo para la documentación de la presente
entrevista.