No queda duda que Kurt Burneo, el ministro de Economía, exhibe dos caras como
el dios Jano. Al iniciar su gestión, acudió presuroso a posar un selfie con la
presidenta del Congreso Lady Camones prometiendo las famosas cuerdas separadas:
“para manejar la crisis política separada de la situación económica mediante una
comunicación fluida y permanente” y tralalá tralalá. Mensaje que ahora repite
pidiendo “serenidad… para evaluar los 18 proyectos de ley” (12/9/22) que
requiere el mentado plan de reactivación. Pero esta proclamada “serenidad” la
pierde con facilidad, convirtiéndose en un “Cobra Kai” que después no recuerda
nada, ya que jura que nunca atacó a Julio Velarde del BCR: “fueron inventos de
la prensa”. Curiosamente, al Congreso también ha infligido estos arrebatos: Una
muestra es la denuncia contra “algunos congresistas”: “No voy a aceptar… que se
produzcan situaciones en las cuales hay violencia, por ahora de manera verbal,…
Que congresistas traigan a grupos de interés… ante la falta de argumentos vienen
los insultos” (5/9/22). Y luego señala que el evento “es anecdótico” con lo que
desprestigia a todos los parlamentarios, porque no identifica a los
agresores.
El segundo golpe lo propinó recortando en S/ 229 millones el proyecto de
Presupuesto Inicial de Apertura (PIA) del 2023 del Congreso, al bajarlo a S/ 616
millones frente a los S/ 845 millones otorgados en el 2022 (PIA). Aunque, en
Canal N precisó: “que sólo era menor en 1%”, respondiendo picón: “yo dudo
bastante que quién hace esta observación tenga conocimiento en materia
presupuestal”. ¿Será consciente el ministro que se está olvidando de la
operación de restar y que 616 es menor a 845 se aprende en la primaria? No
obstante, lo más grave de Burneo es que se prestó al cargamontón dominical
(4/9/22) del premier Aníbal Torres y los tres chiflados (Salas, Chero y
Sánchez), contra la “selfista” Camones, a la cual asestó la patada de la grulla:
“si yo quiero invertir ¿a quién me dirijo? ¿Me dirijo al partido del cual forma
parte la presidenta del Congreso? ¿Me dirijo a la presidenta del Congreso?”.
Tampoco se escapó de esta ira ministerial el presidente del Consejo fiscal
Carlos Oliva, que había alertado sobre el riesgo de la más grande crisis fiscal
en los últimos 15 años, al que agredió sin reservas: “¿cuál es la base técnica
que se tiene? Los economistas nos entendemos con números. Damos aseveraciones
con algún respaldo, Oliva es bastante audaz”. Pese a que el exministro Oliva
había consignado, entre otros, gastos latentes que superan el 10% del PBI: La
ley de devolución del Fonavi 4% del PBI (S/42.000 millones), la ley de
bonificación por preparación de clases 4% del PBI, las ofertas de aumentos a los
maestros 1% del PBI, etc.
Pero, no hay luchador que en el dojo no se tope con la horma de su zapato.
Para el exviceministro de Hacienda Luis Alberto Minaya: “El Plan Impulsa Perú no
es más que una reiteración de medidas, actualizaciones de reglamentos y
extensión de subsidios que no tendrán ningún impacto en el crecimiento y menos
en la inversión privada”, añadiendo que “el plan está sobrevalorado: de las 36
medidas: 4 son renovaciones de beneficios tributarios vigentes; 2 implementación
de medidas atrasadas; 8 temas de mejora de gestión; 2 extensiones de subsidios
temporales; 6 actualizaciones de reglamentos y planes”. (9/9/22). En conclusión,
Burneo no ha llegado a alumbrar un gran plan sino un pequeño ratón.