Todo indica que Kurt Burneo, discípulo dilecto del heterodoxo Félix Jiménez,
sería el último timonel del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), que se
embarca en esta suerte de “Titanic” en que se ha convertido el gobierno del
magíster de la Universidad César Vallejo, Pedro Castillo, para tratar de capear
los tremendos nubarrones que se acercan por la popa.
En primer lugar, la inflación que si bien bajó ligeramente en julio
alcanzando 9.28% (en junio fue 9.32%), se encuentra anclada a un tipo de cambio
de S/ 3.91, sobre el cual se ciernen presiones globales al alza debido a la
subida de la tasa de interés de referencia del banco central de EEUU (FED), lo
que podría ocasionar que el ministro, como hace un año, trate de intervenir el
BCR proponiendo: que Julio Velarde salga a vender US$ 400 millones diarios para
que el dólar baje a S/ 3.75 para abaratar “los precios del pan, GLP, aceite,
fideos, etc., que golpean a lo más pobres”. En su última entrevista en RPP, con
tono melifluo, se permitió sugerir casi lo mismo: “armonizar las políticas
cambiarias y fiscales”.
La segunda nube, no menos cargada, es la disminución de los
ingresos fiscales a raíz de la caída en 30% del precio internacional del cobre,
pero afortunadamente encuentra un déficit fiscal de 1% (S/ 8,400 millones), que
debería cuidar como oro, porque las reglas fiscales consignan que el tope del
déficit del 2022 es de 3.7%. Dicho de otra manera, sólo cuenta con 2.7% del PBI
(S/25,000 millones) para financiar los estropicios populistas del profesor de
Chota.
Y, en tercer lugar, pese a que ofreció exultante en RPP que el PBI crecería
5% y no 2.2% en el 2022, Burneo, el próximo lunes 15 de agosto, tendrá el penoso
deber de anunciar que la recesión (y la estanflación) llegó al Perú -tal como
señalan los textos- debido a la caída del PBI durante dos trimestres
consecutivos -primer y segundo trimestre del 2022-, a menos que el INEI en el
ínterin reciba una cocina Surge que incluya un chef reconocido.
El ministro Burneo perdió la oportunidad de enrolarse hace un año, al pedir
que “Vladimir Cerrón se retire”, tras lo cual, recibió como respuesta en
Twitter: “Usted fracasó en los gobiernos neoliberales de Toledo y Humala; poner
condiciones es falta de tino político. Tuvo la oportunidad para que los pobres
puedan tener un mejor futuro, pero apostó por el servilismo al FMI. No lo
necesitamos” (15/5/22). Y tomó las de Villadiego.
Los agentes económicos y los bancos de inversión en Wall Street andan
sumamente nerviosos, no sólo por las recetas heterodoxas de Burneo, sino porque
se labró un merecido perfil de leñador por los continuos hachazos que propinó a
Óscar Graham y al BCR: “existe un cuasi estancamiento sumado a un curso de
política económica que no se percibe con claridad, más una política monetaria
contractiva que al encarecer el crédito, afecta adversamente al consumo y a la
inversión, lo que explican lo sucedido” (23/6/22).
Curiosamente, don Kurt se dio el lujo en estas Fiestas Patrias de anunciar su
llegada: “No perdamos el optimismo de un viraje en 180 grados por parte de
nuestras autoridades y políticos” (27/7/22), hasta que finalmente subió a
cubierta con el hacha en la diestra y un serrucho en la siniestra.