El hambre muestra su rostro y las ilusiones se aplastan
Desde el Faro
Por Rafael Hidalgo
Cunde el desánimo empresarial porque el gobierno quiere tapar
su incompetencia con radicalización y por la disparada de los precios. En la
Encuesta de Expectativas Macroeconómicas (abril) del BCR, los indicadores de las
expectativas empresariales caen en todos los rubros. Que lejanos parece enero
del 2010 -durante el segundo gobierno de Alan García- esta expectativa de la
economía a 12 meses se encontraba en el tramo superoptimista exhibiendo un
record: 86.63, mientras que ahora ha bajado al sótano (“tramo pesimista”) y se
sitúa en menos de la mitad: 40.3.
Además, la inflación nacional ha escalado a 8.62%, superando la
barrera del 10% en 15 ciudades, donde Huaraz (13.37%) ocupa el primer lugar. No
es menos grave que la inflación al por mayor sea de 13.05%, el índice de precios
al productor 18.44%, mientras que la inflación (IPC) de Lima Metropolitana ocupa
el penúltimo lugar con 7.96%. Extraño tanto zafarrancho. Es decir, mientras
todos los indicadores de precios suben por el ascensor el IPC de Lima sube por
la escalera. Hasta hace poco todos estos índices corrían parejos. Por ejemplo,
en abril del 2019, la inflación nacional era 2.40%, el IPC de Lima era de 2.25%,
la inflación al por mayor 1.71%, y el índice de precios al productor -0.85%.
Gracias a una inflación limeña más baja -que sólo afecta a la
tercera parte de la población-, el presidente del BCR, Julio Velarde, puede
vanagloriarse que tenemos una de las inflaciones más bajas de la región, ya que
en Colombia es 8.5%, Uruguay 9.4%, Chile 9.4%, Paraguay 10%, Brasil 11.3%.
Pero, acicateada en febrero por la guerra Rusia versus Ucrania,
la inflación recorre todo el globo, tanto que en EEUU se ha situado en 8.5%
(marzo), la mayor tasa en 40 años; ante lo cual, la Reserva Federal acaba de
elevar la tasa de interés de referencia en medio punto situándose en 0.75%.
Elevar esta tasa es el arma de los bancos centrales para esta lucha contra la
inflación. En la última encuesta de expectativas se da por descontado que el BCR
subirá la tasa de referencia a 5.5%.
Sin embargo, la causa no es la misma en EEUU que en el Perú.
Elmer Cuba de Macroconsult precisa que “la inflación de EEUU se da por exceso de
demanda por los paquetes fiscales y monetarios que han sido muy expansivos desde
el inicio de la pandemia”, pero que en el Perú “la inflación se debe a un choque
de oferta externo que tiene relación con el petróleo y los granos, y a un choque
interno, que se relaciona con malas cosechas agrícolas” (5/5/22). Entonces, la
receta no puede ser la misma.
La inflación impacta más entre los pobres porque la proporción
del gasto en alimentos es mayor y no es para menos, ya que el pan que ha subido
en 25.2%, pollo 20.2%, azúcar 62.6%, fideos 26.1%, aceite 51.9%, huevos 25.1%,
papa 19.2%, balón de gas 32.3%, con el agravante que los ingresos postpandemia
ya habían caído en -26%. Algo hay que hacer.