El alcalde de Nueva York impone vacunación obligatoria a todos los trabajadores del sector privado
Fauci tranquiliza a los mercados al señalar que los
datos preliminares sobre la variante ómicron son alentadores
Cuatro días después de ordenar la inmunización de los trabajadores de las
escuelas privadas, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, apura sus últimos
días de mandato con una vuelta de tuerca a la obligatoriedad de la vacuna. El
regidor saliente, que será sustituido el 1 de enero por Eric Adams, ha anunciado
este lunes la inmunización obligatoria en todas las empresas del sector privado
de la ciudad. La decisión se produce después de que la semana pasada la justicia
congelara la implementación federal del requisito de pruebas y vacunas para
empresas con 100 o más empleados que había adoptado la Administración del
presidente Joe Biden en su intensa y activa política contra la pandemia.
De Blasio fundamenta su decisión en el riesgo añadido de la variante ómicron,
junto con las reuniones navideñas, el efecto del frío y de la transmisión de la
gripe en paralelo, más la inercia de los contagios por la variante delta. El
regidor ha calificado la medida, la primera en su género en el país y que
entrará en vigor el 27 de diciembre, de “ataque preventivo” para frenar otra ola
de contagios por coronavirus y mitigar en lo posible la transmisión comunitaria
de la nueva variante, de la que este fin de semana se habían detectado ocho
casos en la ciudad.
Sobre la variante ómicron, un motivo de preocupación pero no de pánico según
la Casa Blanca, el jefe del equipo médico presidencial, Anthony Fauci, ha
logrado tranquilizar a los mercados, que han abierto este lunes al alza, al
apuntar este domingo que los datos preliminares sobre la enfermedad que causa
son alentadores. En declaraciones a la CNN, el epidemiólogo afirmó que los
primeros indicios dejan entrever que podría ser menos peligrosa que la delta,
que sigue representando el 99% de los casos y está provocando un repunte en las
hospitalizaciones.
“Hasta ahora, no parece que tenga un grado de severidad muy grande” cuando
cursa, señaló Fauci el domingo. “Pero debemos ser muy cuidadosos antes de
establecer que es menos grave, o que realmente no provoca una enfermedad grave,
en comparación con la delta”. El responsable médico de la Casa Blanca dejó
también la puerta abierta a levantar las restricciones de viaje impuestas a ocho
países del sur de África, según evolucione la situación.
Sobre la obligatoriedad de la vacunación en el sector privado en Nueva York,
es de prever que los afectados no se lo pongan fácil a De Blasio, habida cuenta
del varapalo de la justicia federal a la medida de la Administración Biden. Los
colegios privados, en su mayoría religiosos, han reaccionado airadamente a la
vacunación obligatoria. Responsables de escuelas judías y católicas instaron a
De Blasio a reconsiderar su decisión, que afecta a 930 centros y unos 56.000
trabajadores. Según la ordenanza municipal, tienen de plazo hasta el próximo día
20 para recibir al menos una dosis de la vacuna contra la covid-19.
“Esta es un área en la que el gobierno [municipal] debería usar la
persuasión, no la coerción”, lamenta en la carta el rabino David Zwiebel,
representante de un consorcio de centros judíos y cristianos. Numerosas
congregaciones se niegan a vacunarse por motivos religiosos. Los bastiones de
los judíos ultraortodoxos en la ciudad presentan tasas de vacunación que bordean
el 50%.
El personal docente y resto de trabajadores de las escuelas de la red pública
ya estaban obligados a vacunarse, no sin controversias judiciales y resistencia
por parte de los sindicatos del ramo, y se calcula que más del 95% de los
empleados del Departamento de Educación están inmunizados. El alcalde se ha
resistido a establecer el requisito para los estudiantes, como han hecho otras
ciudades del país. De Blasio sí ha decretado, sin embargo, que las normas para
el acceso a locales de restauración y ocio se impongan también a los menores
entre 5 y 11 años.
De Blasio ha alentado también a los neoyorquinos a usar mascarillas en
interiores, algo que no se cumple a rajatabla —numerosos viajeros en el metro o
clientes en supermercados desprecian la recomendación—, y ha establecido la
obligatoriedad de la vacuna para los trabajadores de guarderías y educación
infantil. Todos los empleados de la ciudad, incluidos policías y bomberos,
también están teóricamente obligados a vacunarse. Las tasas de inmunización
entre estos cuerpos se han disparado en las últimas semanas.
Cerca del 90% de los adultos de la ciudad han recibido al menos una dosis de
la vacuna, pero a partir del 27 de diciembre, en plenas fiestas navideñas, será
obligatorio certificar la pauta completa. El número de casos se ha multiplicado
exponencialmente en la ciudad desde el pasado 1 de noviembre, con un incremento
de más del 75% y un promedio de 1.500 contagios al día, según el Departamento de
Sanidad municipal. Con respecto a la variante ómicron, las autoridades
sanitarias rastrean los contactos de los asistentes al evento supercontagiador
que fue una convención de anime, que reunió a 53.000 personas en tres días el
último fin de semana de noviembre.