El
directorio del BCR, asustado por la inflación de 5.83%, acordó elevar la tasa de
referencia (TR) a 2%, subiéndola por cuarta vez consecutiva en lo que va del
2021, abandonando pasito a paso, la política monetaria expansiva para impulsar
el consumo adoptada al inicio de la pandemia (abril 2020), cuando la bajó de
2.25% a 0.25%.
La TR
que rige para los préstamos entre los bancos comerciales, es una de las
herramientas con que cuenta el Instituto Emisor para cautelar la estabilidad
monetaria, pero tiene sus bemoles: al subirla, se encarecen los préstamos a los
clientes, desincentivando la presentación de solicitudes de crédito, aminorando
el consumo y la inversión, lo que se traduce en una caída de la demanda. Una
prueba es que las tasas de interés en promedio para préstamos del sector
corporativo y de la gran, mediana, pequeña y microempresa, han venido subiendo
en el último mes (Programa Monetario Noviembre-BCR).
En
críptico comunicado, el “Central” intenta infructuosamente, de expresar las
diferentes voces de su directorio, jurando y rejurando que no viene abandonando
la política monetaria expansiva, mientras que por su parte Julio Velarde augura
“quese entrará en un escenario de alta inflación”, que se
manifiesta en la inflación de los EEUU que ha alcanzado 6.2%, la más alta en 30
años.
Sin
embargo, el ejemplo no es muy feliz, porque la Reserva Federal (Fed) de los
EEUU- acaba de anunciar que mantiene la TR en 0%, que no le asusta la inflación:
“espera que las tensiones serán transitorias fruto del desequilibrio entre la
oferta y la demanda tras la pandemia…y espera que el progreso de la vacunaciones
y la desaparición de los cuellos de botella permitirán el avance de la actividad
económica y del empleo y una reducción de la inflación”y que
por ahora solo disminuye en 12.5% el estímulo monetario mensual que desde marzo
2020 asciende a US$ 120,000.
La
segunda sesión del nuevo directorio del BCR, que preside el ratificado Julio
Velarde, estuvo cargado de: “ají charapita” y “ashishito” al debatir el alza de
la TR, ya que el ala “caviar” visiblemente liderada por el estudioso Germán
Alarco, profesor de la Universidad del Pacífico y los profesores de la
Universidad Católica, Roxana Barrantes y José Távara, tenían sus reparos,
mientras que los tres directores “liberales” nombrados por el anterior Congreso:
José Chlimper, Elmer Cuba y Rafael Rey, apoyaban a rajatabla la decisión de
elevarla, sumándose a la moda de los bancos centrales vecinos. Al final, el alza
se adoptó por mayoría con el voto en contra del profesor Alarco, que manifestó
su preocupación por el empleo, el turismo y otras áreas del sector servicios que
siguen sin recuperarse.
Un
eufórico Velarde ha augurado que el PBI del 2021 crecería 13.2%, lo que en buena
cuenta es un rebote respecto al PBI del 2020 (-11.2%) porque si se compara con
el PBI del 2019 (prepandemia) refleja un crecimiento real menor de
0.5%.
El
último reporte de Credicorp Capital (8/11/21) señala que “el BCR podría verse
impulsado a elevar su tasa de referencia hasta 3% o 3.25% en el 2022 para
mantener las expectativas de inflación en no más de 3% y alcanzar una tasa real
de política monetaria ligeramente positiva”. Empero, este dulce canto de sirena
no abona en favor del crecimiento del próximo año.