En octubre no hay milagros, señala el título de una novela que, por cierto,
no incluye un párrafo, que luego de la designación de Julio Velarde para que
cumpla un cuarto mandato al frente del BCR, el dólar se empiece a desinflar (S/
4.09 -7/10/21) y que los bonos peruanos repunten en 52 puntos básicos (de 6.44%
a 5.92%) en los mercados financieros; empero, la misión de “preservar la
estabilidad monetaria” enfrenta vientos encontrados.
Resulta que la meta explícita de inflación (inflation targeting) que se sitúa
en un rango de 1% a 3%, ha volado por los aires, porque la inflación (Índice de
Precios al Consumidor-IPC de Lima), en los últimos doce meses, se ha disparado a
5.23 %, la inflación al por mayor (IPM) a 13.15% y el Índice de Precios al
Productor a 32.12%. Un tifón. Distinto fue el inicio de su primer mandato
(7/9/2006): inflación 1.1% e IPM 1.33%. Además, en ese entonces, el INEI no
exhibía esta esquizofrenia estadística de registrar un IPC menor en 60 % que el
IPM.
Por otro lado, el instituto emisor aterrado por el vendaval de precios, viene
pisando el pedal de freno a la reactivación y ha procedido a elevar la tasa de
interés de referencia de 0.25% a 1.5%, ha multiplicado por seis la tasa, lo que
encarece los créditos a las empresas y desalienta el consumo, modificando la
política monetaria expansiva de los últimos 20 meses.
No obstante, los banqueros han anclado sus expectativas inflacionarias del
2021 en 5% alineándose con el “Central” (encuesta empresarial No.71), felices
porque la bonanza vuelve a tocar sus puertas (S/ 4.443 millones), según los
resultados del primer semestre, donde se observa que una parte sustancial de sus
ingresos se explican por variaciones del tipo de cambio.
En otra de las tareas, que es la emisión de billetes (y monedas), en función
del crecimiento del PBI (y para reponer los viejos), el BCR ha importado una
verdadera lluvia de millones, curiosamente, fabricados en las inmediaciones la
paradisiaca Isla de Bali (Indonesia), con la imagen de Chabuca Granda en los
billetes de S/ 10 y de Pedro Paulet en los de S/ 100, que revelan a estas
alturas que aquella letanía ortodoxa contra “la maquinita” es música del
recuerdo, ya que el circulante bordea el 10% del PBI y en el 2006 apenas
equivalía al 3.1% del PBI.
Finalmente, las Reservas Internacionales Netas (RIN) que antes equivalían al
20% del PBI ahora representan el 33% del PBI (US$ 76.265). Dios quiera,
parafraseando a Chabuca, que a partir de ahora “un lucero que sonriera bajo un
sombrero” y estas reservas no se agoten durante el gobierno del “profesor”.
Una crítica válida que se escucha estos días es que las instituciones no
requieren de indispensables y que un periodo de 20 años, como los que cumplirá
Julio Velarde, alienta las argollas y la inmovilidad en los cargos de dirección.
A escasos días de que el BCR cumpla 100 años de existencia (9/3/2022), anhelamos
que esto no suceda.