Falleció el empresario chileno Reinaldo Solari, el magnate detrás de Falabella
Vinka Donaggio y Reinaldo Solari. Foto: La
Tercera
El martes 5 falleció el empresario Reinaldo Solari, uno de los hombres más
ricos de Chile, cuya fortuna se forjó en base al desarrollo del retail
Falabella. Fue descendiente de una familia italiana que arribó al Perú en el
siglo XIX y que por la guerra de 1879, empezó a radicar en Chile. A
continuación, un reportaje sobre su vida publicado en el diario La Tercera
escrito por María José Tapia.
El adiós de Reinaldo Solari: el impulsor de la
expansión tras Falabella
A la edad de 96 años, en la madrugada de este martes, falleció el
expresidente del retailer. Exfutbolista de Universidad de Chile y del Audax,
Solari impulsó la salida a regiones de la compañía, primero a Concepción, y
luego al exterior. En 2011 dejó el día a día de la firma en manos de su sobrino
Juan Cuneo. En 2014, su hijo Carlo asumiría ese puesto. "Era muy exigente y
respetuoso. La corrección y la consecuencia generaron un profundo respeto en
todos quienes lo conocimos", lo recordó el actual gerente general de la
compañía, Gastón Bottazzini. "La palabra vale más que un papel", solía
repetir.
“Me voy en 2010″. Han pasado prácticamente 11 años desde aquel diciembre,
cuando Reinaldo Solari Magnasco le dijo adiós al día a día de Falabella: dejaba
la presidencia en manos de su sobrino, Juan Cuneo, y su puesto en el directorio
pasaba a su hijo Carlo. Tenía 84 años y no sólo había sido unos de los artífices
del principal retailer nacional, si no que había impulsado el desarrollo del
comercio minorista local, poniendo a Chile en la vanguardia del retail
regional.
Este martes, a los 96 años, Solari Magnasco falleció. “Para quienes tuvimos
la oportunidad de conocerlo y trabajar con él, sin duda fue una gran influencia,
nos quedará el recuerdo de su cercanía, amabilidad y gran capacidad de escucha.
Nos acordaremos de su estilo e impronta”, dijo esta mañana en una comunicación
interna, el gerente general corporativo de Falabella, Gaston Bottazzini. “Su
presencia nos acompañará siempre”, añadió.
Su trayectoria Nació en Iquique, el 20 de enero de 1925,
el noveno de diez hermanos. A los dos meses partió a Italia. Su educación la
cursó en la zona de Rapallo. Terminó, eso sí, en Santiago de Chile: en el
Internado Barros Arana, tras lo cual estudió Ingeniería Civil en la Universidad
de Chile. Su especialidad fue el cálculo.
Recibió el Premio Marco Orrego Puelma al mejor alumno y mejor compañero de su
promoción, la de 1947. Y no sólo fue docente de esa casa de estudios, si no que
además jugó fútbol por la Chile; luego lo haría también por Audax Italiano,
donde su hermano era presidente. “Cada vez que jugaba con la Universidad de
Chile, en mi familia había problemas”, recordaría luego.
El deporte era parte de su día a día: fue presidente del comité organizador
del Mundial de Ski que se realizó en Portillo en 1966.
“Me gustaba mucho el deporte, organizaba olimpiadas en la escuela y equipos
de fútbol universitario. Fui presidente del Centro Deportivo de la Escuela de
Ingeniería y participé en el Consejo General de Deporte de la universidad.
Seguramente eso me llevó a jugar fútbol”, relataría en 2011 en la revista del
Colegio de Ingenieros.
Su hermano, Alberto, fue quien lo invitó a trabajar en Falabella. Reinaldo
Solari había fundado y era gerente general de la empresa de vestimenta Cycsa,
posteriormente rebautizada como Mavesa.
“Uno se prepara toda una vida, y cuando las oportunidades llegan, hay que
tomarlas. Y si tienes buenos socios y equipos conformados, la probabilidad de
éxito es mucho mayor. En el camino va a haber mil excusas para dejar todo de
lado, para no emprender nuevos desafíos. Ahí viene la confianza en lo que uno
hace”, diría Solari en su discurso al recibir el premio Icare en 2015.
Impulsando el crecimiento En 1962, lideró la expansión
nacional del retailer. Desde Santiago centro la llevó a Concepción, usando los
conceptos más avanzados de retail aprendidos en Estados Unidos, específicamente
en Ohio.
En 1980 asumió la vicepresidencia de Falabella. Tras la muerte de Alberto
Solari en 1986, se hizo cargo de la presidencia. Junto a su sobrino Juan Cúneo
como gerente general y luego como vicepresidente ejecutivo, lideró todo el
proceso de crecimiento de la compañía.
“Me desperté muy temprano para aprovechar el día. Estudié mucho para aprender
a hacer las cosas mejor. Aprendí siempre el detalle del negocio para saber cómo
dirigir. Viví con mucha disciplina, porque así obtenía mejores resultados. Viví
siendo consecuente, diciendo las cosas por su nombre, con mucho respeto, pero
por su nombre. Ahorré mucho para tener capital para poder hacer los buenos
negocios que se me presentaron”, señalaría en Icare.
Durante los 25 años que estuvo como presidente, los principales hitos fueron
la expansión de Falabella a Argentina, Perú y Colombia; la integración de la
cadena Sodimac; la apertura al mercado bursátil; el desarrollo de supermercados
Tottus, del negocio financiero con CMR y banco Falabella; además del desarrollo
de centros comerciales a través de la creación de Mall Plaza.
En enero de 2011 dejó el liderazgo de Falabella en manos de su sobrino Juan
Cúneo. Ya en ese momento, había modificado las sociedades San Vitto, Barolo,
Sangiovese, Brunello, las inmobiliarias Tiberio y Tiberio Dos y Megeve
Consulting, a través del cual Solari junto a su familia controlaban el 11,94% de
Falabella. Hoy tienen el 10,77%. El empresario les entregó la administración de
todas ellas a sus tres hijos y a uno de sus más cercanos colaboradores: Alberto
Gary.
Solari dejó la presidencia de un holding que tenía presencia en cuatro
países, más de 73 tiendas por departamentos, una centena de tiendas para el
mejoramiento del hogar, 43 supermercados, 13 malls y una capitalización bursátil
de US$ 26.200 millones, la mayor del país.
“Ha sido el artífice principal de lo que ha pasado con Falabella. Una empresa
que era relativamente pequeña, con un local en Ahumada y una tienda en
Concepción, se ha convertido en lo que es hoy día, cuatro países, multiformatos.
Es un gran mérito de él haber dirigido la empresa durante este período”, decía
en ese momento Juan Cuneo respecto de Solari.
“Trabajé siempre en equipo. Con mi hermano Alberto, con Juan Cuneo, con mis
sobrinas y con la familia del Río entre tantos otros. Los equipos se potencian y
se apoyan. En las empresas en que participé y por sobre todo en Falabella,
siempre traté de buscar a los mejores. Atraer a la gente más capaz para que sea
parte del equipo”, subrayaría Reinaldo Solari cinco años después, en Icare.
En su cupo en el directorio ingresó su hijo Carlo, que en ese minuto
asesoraba al directorio; en 2014 llegaría a la presidencia. En la gerencia
general, estaba ya su otro hijo Sandro, cargo que dejó en 2018.
Gaston Bottazzini lo recordaba así en la comunicación interna de hoy: “Don
Reinaldo era muy claro en sus opiniones, apoyador de las iniciativas, muy
exigente y respetuoso. La corrección y la consecuencia generaron un profundo
respeto en todos quienes lo conocimos. ‘La palabra vale más que un papel´, solía
repetir. Personalmente recuerdo siempre el valor que le daba al trabajo en
equipo y a la importancia de contar con los mejores talentos”.
En esa línea, el presidente de la CPC, Juan Sutil, lamentó su partida. “Se
destacó por ser un empresario visionario, un hombre de mucho esfuerzo y trabajo,
pero sobre todo, una persona íntegra, de grandes valores, un líder ejemplar a
nivel empresarial y familiar. En todos sus proyectos trabajó buscando el bien
del país, con respeto por todas las personas, escuchando con empatía y cercanía.
Deja un gran legado a las actuales y futuras generaciones de emprendedores y
empresarios”.
Megeve y la fundación Casado con Vicenta Donaggio, tuvo
tres hijos: Piero, Sandro y Carlo. Con ellos creó Megeve Investments, family
office que lidera Piero, con inversiones en inmobiliarias, minería de cobre y
oro, generadoras eléctricas, etc., desarrollando negocios con énfasis en Chile,
Perú, Colombia y Brasil.
Además, en 2008 fue parte de los fundadores -vía la Fundación Reinaldo
Solari- de Aptus Chile, corporación sin fines de lucro, para ayudar a mejorar la
calidad de la educación en colegios de estudiantes de bajos recursos.
Durante los últimos años, recibió una serie de reconocimientos. El premio
“Diego Portales” que otorga la Cámara Nacional de Comercio en 2011; el ESE a la
Familia Empresaria el mismo año; el galardón de Icare en 2015. Y, lo último, su
incorporación al World Retail Hall of Fame, siendo -junto a Cuneo- los primeros
sudamericanos en entrar a ese registro.