Nueva Carretera Central: Elefante Blanco de Cerrón
Desde
el Faro
Por:
Rafael Hidalgo
Desde
que se formó el Gabinete Bermúdez que Francisco Sagasti, llamó la atención que
un ingeniero con 50 años de experiencia, eligiera como ministro de Transporte a
un periodista del cogollo de los “Moqueguanos”, don Eduardo “Camote” Gonzales,
"sin mayor experiencia en obra".
Una
prueba de esta incapacidad es la publicitada Nueva Autopista Carretera Central,
Daniel Alcides Carrión (CDAC-NCC), cuyo proyecto disparatado, mancilla el nombre
del mártir de la Medicina, obra que se ha encargado al Gobierno de Francia
(G2G): que, curiosamente, se gestó en el gobierno de Regional de Junín por el
médico Vladimir Cerrón en el (tuitter 2019). Sagasti cogobernando con
Cerrón.
La
“autopista” de marras, tendría un recorrido 135 kilómetros (km), desde Huampaní
(km 22.5), atravesaría la Quebrada de Cieneguilla discurriendo por el Valle de
Lurín para empalmar con la Carretera Central a la altura de Yauli (km 160), es
decir, no resolverá los periódicos “bloqueos” que se forman más arriba en la
Refinería de La Oroya (km 174), pero en cambio, aligeraría los problemas
logísticos de Chinalco (Toromocho km.150).
No
obstante, primero, en la cuarta parte de la ruta (entre el km 10 y el km 43) se
superpone al entorno del Qhapaq Ñam (Camino del Inca Pachacamac-Jauja) y
sospechosamente carece de CIRA (Certificado de Inexistencia de Restos
Arqueológicos) en este tramo, segundo, infringe las normas del Manual de
Carreteras para autopistas de Primera Clase (MTC 2018), tercero, las escarpadas
laderas del Valle de Lurín que forman un cañon no son ideales ni para un camino
de cabras porque son muy inestables según el instituto geológico peruano, y
cuarto el trazo elegido implica un plazo inestimable por las carísimas
expropiaciones de los terrenos aledaños a Cieneguilla lo que implicará costos
adicionales por ampliaciones de plazo que fácilmente triplicaría el presupuesto
anunciado de S/ 11.571 millones.
En
primer lugar, el área de influencia del Qhapaq Ñam o “Camino del Inca” que es
Patrimonio Mundial de la Unesco (21/7/2014), atravesando “llactas” y varios
restos arqueológicos como Chontay, Terrazas de Sisicaya, Antapucro etc. Por
ejemplo, en Francia sería una “locura” una construir una autopista de alto
impacto que atraviese Nueva Aquitania o el valle del Loira.
Además,
al no contar con CIRA para este tramo de 33 km. requeriría un multimillonario
“proyecto de rescate” de las ruinas que tardaría no menos de 30 años, según
señala la arqueóloga Aurora García.
En
segundo lugar, al señalar que es una autopista de Primera Clase (cuatro
carrilles y 80 Km/hora) contempla innumerables curvas “cerradas” con radios de
45m -como un circuito de carreras- al subir por Antioquia cuando la norma
establece para las curvas un radio mínimo de 250.
Tercero,
el trazo proyectado presenta peligros geológicos al requerir movimientos de
tierras en estas laderas que sufren continuos deslizamientos según INGEMMET lo
que elevaría sideralmente el presupuesto por los famosos “adicionales” que se
cobrarían por los huaycos y derrumbes.
Y
por último, al pasar por varios centros urbanos, sobre todo en las inmediaciones
de Cieneguilla, plantea un sinnúmero de expropiaciones, de valor aún no estimado
además que retrasaría las obras, tal como se ha experimentado con la Línea 2 del
Metro, donde acabamos de perder cerca de US813 millones en el CIADI, lo que
generaría mayores pagos por “gastos generales” por las continuas ampliaciones de
plazo.
Es
cierto que el principal legado del presidente Belaunde es la Carretera Marginal,
Fujimori, la Paz con el Ecuador, Alan García el Tren Eléctrico y Humala la
Refinería de Talara. En es línea al presidente Sagasti por el corto tiempo de
gestión le tocaba organizar elecciones “limpias” y la vacunación, nada más, y ha
fallado, pero no por eso, nos debe embarcar en un nuevo “elefante blanco” cuyo
plazo y costo final son incalculables.