A dos semanas de conocer el nombre del nuevo presidente del Perú, en gran
parte de la población y en los agentes económicos se agudiza la incertidumbre
sobre el futuro del Perú.
No sólo por los resultados del último simulacro electoral de Datum (21/5/21)
que amplía la ventaja de Pedro Castillo (53.2%) sobre Keiko Fujimori (46.8%) en
votos emitidos, sino también porque ese mismo viernes, la clasificadora
internacional Moody’s “degradó” las calificaciones A3 de la deuda a largo plazo
en moneda extranjera y moneda local del Gobierno de Perú, rebajando la
perspectiva de estable a negativa.
Pero, pese a estos nubarrones y la tendencia devaluatoria internacional,
porque la Reserva Federal de los EEUU ha “anclado” las bajas tasas de interés
ante el incremento de su inflación, la devaluación de Perú en lo que va del 2021
se sitúa en 3.76%, menor a Argentina (12.04%) y Colombia (7.89%), tanto así que
cerró la semana con S/ 3.755, lejos aún del pico de S/ 3.85 que obtuvo hace
cuatro semanas (27/4/21).
Esta “resistencia” del sol podría deberse a tres factores: primero, a las
cuantiosas divisas que vienen ingresando por el aumento del precio del cobre,
por arriba del 100% en los últimos 12 meses, a un ritmo de US$ 1000 millones
mensuales adicionales.
Un segundo elemento a considerar es la fortaleza del BCR, que exhibe US$
77,324 millones de reservas internacionales netas (RIN), por lo que con un
esfuerzo no muy significativo, hasta ahora de US$ 11,666 millones (ventas de RIN
por US$ 2,959 millones, y colocaciones en instrumentos en soles por el
equivalente a: swaps por US$ 7,065 millones y CDRs por US$ 1,642), viene
capeando el temporal; y por último, pero no menos importante, la “dolarización”
ha venido bajando en los últimos años hasta representar sólo el 20.7% de los
créditos (34.1% de los depósitos y 28.5% de la liquidez).
Sin embargo, no se puede soslayar que el alza del dólar eleva la canasta
básica familiar, debido a que consumimos productos con insumos importados, pues
se importa: para alimentar a los pollos, maíz amarillo duro; para la elaboración
de fideos y panes, trigo durum; para refinarlo en aceites comestibles, aceite
crudo soya; también petróleo, etc. Y, según el INEI, el alza del dólar también
influye en el precio del acero de construcción (15/3/21). Dicho de otra manera,
cuando el sol pierde valor, cae el poder de compra de nuestros consumidores.
Para el BCR, cada punto porcentual de incremento del dólar aumentará la
inflación al cabo de un año entre 0.1% y 0.2%, que como sabemos, es el impuesto
que pagan en gran medida los pobres del país.
De elegirse un gobierno que espante la inversión privada sería fatal para la
economía peruana, porque como en otros países, correrían peligro los fondos de
las AFP, los ahorros en dólares y, por último, las RIN del BCR, y el dólar, por
más cobre que se exporte, volaría por las nubes.