Mientras las encuestas acercan a los dos candidatos, a seis puntos en votos
válidos -53% para Castillo y 47% para Keiko, según Datum (7/5/21)-, el candidato
Pedro Castillo se somete a bótox facial en lo económico, señalando que no es
comunista.
En el debate en Chota (1/5/21), Castillo propuso revisar los contratos con
las empresas transnacionales para que el 70% de sus ganancias se queden en el
Perú, realizar una segunda Reforma Agraria y sustituir las importaciones por
productos locales, medidas en las que no profundizó, pero su sola mención asusta
a los inversionistas y provocan la caída de la Bolsa de Valores de Lima y el
alza del dólar.
Otras medidas de Castillo son más coherentes, como reactivar “el turismo de
manera inmediata”, muy golpeado por la pandemia. Si bien no explicó como lo
hará, sabemos que el turismo fue afectado por el toque de queda y las
restricciones de vuelos. Otra medida anunciada por Castillo es que “a través del
Banco de la Nación, compraremos los préstamos de los pequeños empresarios para
que puedan pagarlos con bajo interés”, una medida muy buena, pero que competiría
con la banca comercial. Curiosamente, según la central de riesgo Experian,
Castillo tiene una deuda de S/ 26,975 con el Banco de la Nación, por la cual le
descuentan mensualmente de su sueldo.
Pero lo que le juega en contra a Castillo, es que no tiene equipo técnico.
Primero dijo que no va a presentar a su equipo técnico para no exponerlos al
terruqueo (6/5/21), pero después dijo que lo está construyendo, que no será “un
círculo cerrado” y “si por el centro, la derecha o la izquierda están las
mejores cartas, yo creo que no hay que esconderlas” (8/5/21), al mismo tiempo
que descartó que militantes de Perú Libre que han sido funcionarios regionales,
sean ministros o viceministros.
Por otra parte, a mitad de semana (5/5/21), Castillo se reunió con Verónika
Mendoza y firmó un “Compromiso con el pueblo peruano” y el sábado anunció que
firmará una proclama ciudadana de la ONG Transparencia, la Conferencia Episcopal
y la Unión de Iglesias Cristianas Evangélicas. Estos son solo compromisos
democráticos y no económicos, pues en ellos se compromete a dejar el poder
después del 28 de julio del 2026, a proteger a la autonomía del Tribunal
Constitucional y de la Defensoría del Pueblo, a respetar la libertad de prensa,
entre otros, y que la convocatoria de una Asamblea Constituyente para una nueva
Carta Magna será “dentro del marco jurídico vigente”. Sin embargo, el
constitucionalista Aníbal Quiroga señala que la convocatoria a una Asamblea
Constituyente no es algo que esté contemplado en la Constitución, sino se
tendría que presentar “un proyecto de reforma constitucional para que se
estipule la convocatoria a una Asamblea Constituyente”, con lo cual, recién
sería un mecanismo constitucional.
En lo que sí se ratificó Pedro Castillo el fin de semana, fue que promoverá
un referéndum para que la población decida si se convoca una Asamblea
Constituyente. Esto no lo cambia ni con bótox.