Conforme las encuestas van colocando virtualmente al profesor chotano,
marxista-leninista confeso, Pedro Castillo, en la Casa de Pizarro, el tipo de
cambio ha continuado trepando hasta los S/3.86 en las ventanillas de los bancos
(lunes 26 y el martes 27), para cerrar el viernes bajando a S/ 3.81. Un respiro
de fin de semana. Peor aún, mientras en la región y en el resto del mundo en las
últimas semanas, el dólar cae por las expectativas de que la Reserva Federal
(banco central EEUU) ratifique los estímulos monetarios, en el Perú sigue cuesta
arriba por la incertidumbre electoral.
Los esfuerzos del instituto emisor -para que esta alza no sea abrupta- se
expresan en las piruetas cambiarias por alrededor de US$ 10,000 millones (US$
9,789 millones) que viene realizando desde que empezó el 2021.
De esta gigantesca suma, el 27% lo representan los billetes frescos y
contantes que el BCR ha tenido que vender de las Reservas Internacionales Netas
(RIN), que vienen cayendo en casi US$ 1,400 millones en el último mes (pasando
de US$ 79,922 millones-31/3/21 a US$78,528 millones -30/4/21). En cambio, el
otro 73% de este esfuerzo del “Central”, lo realiza ofreciendo Swaps cambiarios
(US$7,059 millones), que si bien no se trata de vender billetes, son atractivos,
porque mediante un contrato a plazo fijo por un valor constante del dólar, el
inversionista percibe a cambio una tasa diaria de interés.
Pero, lo más grave de esta tendencia alcista es que viene afectando nuestra
canasta alimentaria, que está íntimamente ligada al tipo de cambio: el pollo se
alimenta con maíz, y el pan se produce a partir del trigo, ambos
importados. Para remate los precios internacionales de los alimentos se han
venido incrementando desde el último septiembre, por ejemplo, el maíz en 66%
anual, alcanzando los US$ 250 por tonelada en marzo.
Lo alarmante es que ha tomado vuelo el precio del kilo pollo sin menudencias
(eviscerado) hasta llegar a los S/ 7.40 (4.9%) en los mercados; vuelo mayor al
del dólar, que también ha volado, pero no tanto (4.2%) desde la primera encuesta
de Ipsos (18/4/21).
En pleno clima de recesión y desempleo, cada peruano en promedio sigue
consumiendo por encima de los 51 kilos anuales que producen empresas: como San
Fernando (grupo Ikeda), que ha sacrificado 280 millones de cabezas, Avinka
(grupo Valdez y Continental Grain), Redondos (grupo Favre), entre otros, por un
valor de US$ 2,000 millones anuales.
Ciertamente, la monserga del expresidente de Bolivia Evo Morales, padrino del
candidato Castillo, en la I Conferencia Mundial de Pueblos sobre el Cambio
Climático y la Madre Tierra (23/4/2010) contra el consumo de este plumífero, al
que le atribuye ser la causa de la homosexualidad, no ha calado en el Perú,
porque seguimos comiendo 10 veces más pollo que res y tres veces más pollo que
pescado, y por si fuera poco, nada menos que cinco huevos semanales.