En memoria del ministro SDR Tito Arribasplata, por Gonzalo Gutiérrez
El 22 de enero de 1975 estábamos ad portas de la asonada que dos semanas
después sufriría Lima a consecuencia de una huelga policial. Hubo muertos en las
calles de la ciudad.
En ese momento un grupo de jóvenes cargados de ilusiones nos conocíamos en el
concurso de ingreso a la Academia Diplomática; entre ellos un muchacho
cajamarquino, alto, delgado y comedido, quien con su bigotito gatuno, cumplía el
sueño de estudiar para ser diplomático y representar al Perú.
El 22 de enero de 2021, 46 años después, ese mismo muchacho, en ese momento
Ministro en el Servicio Diplomático del Perú, en la madurez de su carrera y a
pocos días de jubilarse, muere en una cama de la unidad de cuidados intensivos
de un hospital de Madrid tras una silenciosa y valiente lucha contra el virus
del Covid-19 que lo consumió con crueldad en apenas un mes desde su contagio.
Hasta poco antes de su ingreso al hospital, seguía entregado plenamente a la
responsabilidad diplomática que le había sido confiada de velar por los derechos
e intereses de la vasta comunidad peruana, como Cónsul General del Perú en
Madrid.
Ese mismo día, 22 de enero, lo sabemos ahora, altos funcionarios se vacunaban
subrepticiamente en Lima.
Hoy se cumple un mes de la partida de mi gran amigo, mi hermano: Tito, quien
nos legó una lección de integridad personal y entereza profesional, enalteciendo
la labor diplomática y asumiendo con excelencia la responsabilidad que le
encargó el Estado peruano.
En estos días aciagos que sacuden la conciencia del país, rindo un homenaje a
un peruano y a un diplomático ejemplar, y me permito reiterar el pedido que hace
un mes hice a la entonces Canciller para que el Ministro SDR Luis Roberto
Arribasplata Campos, sea ascendido póstumamente a la categoría de Embajador.