Producir el Perú del Bicentenario, por José Luis Chicoma Lúcar
A seis meses de conmemorar nuestro Bicentenario,
afrontamos la conjunción de cuatro crisis: sanitaria, económica, política y
social. Y, viene una mucho más compleja: climática que, aunque parece de largo
plazo, ya nos está confrontando.
También contamos con oportunidades: 60% de los
peruanos quiere recuperar la confianza; 70% ve el Bicentenario como una
oportunidad de cambio en valores; y 75% de los jóvenes muestra interés en la
política. Las marchas de noviembre son una evidencia contundente de todo ello.
Gracias a la Generación del Bicentenario hemos despertado y necesitamos echar
mano de todos nuestros recursos y esfuerzos para no volvernos a dormir o volver
al “así es el Perú, pues”.
Si queremos marcar un nuevo camino, este es el
momento. Para definir hacia dónde vamos revisemos el camino recorrido: los 90´s
de estabilidad macroeconómica sentaron fuertes bases para el crecimiento; la
década del 2000 abrió la puerta para que el Perú le venda al mundo; y, desde
mediados del 2010, la diversificación productiva nos impulsó a producir bienes y
servicios con mayor valor agregado.
¿Hacia dónde dar el próximo paso? Para producir el
Perú del Bicentenario necesitamos una producción innovadora, inclusiva y
sostenible, que amplifique el impacto de la innovación en solucionar nuestros
retos más urgentes, que incorpore y llegue a los más vulnerables y que lo haga
en armonía con el medioambiente.
Produce
Innovación: Considerando
las necesidades tan profundas y básicas que tiene nuestro país, algunos se
preguntarán si acaso no es un lujo invertir en innovación. En los últimos 10
años el Perú está estancado en un 0.13% del PBI invertido en innovación.
Este año, desde Produce cofinanciaremos alrededor de
2500 proyectos de innovación y emprendimiento, por más de 100 millones de soles,
que son 2500 oportunidades para producir bienestar.
¿Cómo optimizar estos recursos? Desde el gobierno
estamos impulsando una reforma de la gobernanza del sistema de ciencia,
tecnología e innovación que resultará en un apoyo decidido para una producción
innovadora, que genere un crecimiento económico mayor y contribuya a resolver
los problemas más básicos y urgentes: hambre, agua, salud, educación, entre
otros.
Produce
Inclusión: Incluir
a los más vulnerables es una tarea desafiante y ambiciosa considerando que
alrededor del 80% de mypes y de pescadores artesanales se encuentran en la
informalidad.
Nuestra prioridad es una reactivación económica que
también los incluya, para así, en paralelo, aumentar los niveles de
formalización e incrementar los de igualdad de
oportunidades.
Por ello, apostamos por la formalización de 16 mil
mypes que podrán crecer con acceso a nuevos mercados gracias a, por ejemplo,
Compras a Myperú como parte de una estrategia permanente que generará alrededor
de 50 mil empleos directos anualmente.
En el caso de la pesca, formalizaremos a 34 mil
pescadores artesanales, quienes podrán recibir un mejor precio de venta: entre
30% y 50% más por kilo de producto. Asimismo, reforzaremos la infraestructura
productiva con ocho desembarcaderos pesqueros artesanales, una inversión de 244
millones de soles en beneficio de 36 mil pescadores
artesanales.
Necesitamos mover la aguja no solo de los indicadores
económicos, sino también de los sociales. Si no lo hacemos, ¿para quiénes
-realmente- existe el Estado?
Produce
Sostenibilidad: BlackRock,
la más influyente gestora de fondos de inversión a nivel mundial, remeció el
mundo financiero anunciando a inicios del 2020 su retiro de inversiones que
presenten un alto riesgo para la sostenibilidad y que harían de esa política
parte integral de sus portafolios. Si nuestra producción no es sostenible, no
será competitiva a nivel global ni a futuro.
Por eso apostamos por una Red de Parques
Eco-industriales donde primen la eficiencia energética, una producción más
limpia, la reutilización de residuos y el uso responsable de recursos naturales.
También estamos impulsando una acuicultura del futuro para que esta actividad
que genera ingresos importantes y alimentación nutritiva, también sea sostenible
ambientalmente llegando a más mercados con mejores precios.
Solo incorporando todos estos componentes en el ADN de la
producción del Perú, podremos generar los cambios que el país requiere. Si nos
unimos en este propósito, el Perú del Bicentenario será un país en el que los
indicadores de la producción económica y los valores de la ciudadanía estén
alineados y se beneficien mutuamente en cadenas productivas innovadoras,
inclusivas y sostenibles.