Víctor Andrés Belaúnde y su vigencia en el Perú actual - por: Luis Hernández
Este 15 de diciembre se cumplieron 137 años del
nacimiento del maestro.Pero hago
mención de tal fecha no como el simple recordatorio del aniversario de un
natalicio más, sino como una manera de renovar mi humilde reconocimiento a la
trascendencia del trabajo académico de alguien, a quien tanto le debo
intelectualmente, por su capacidad de meditar acerca de nuestra realidad y
conocerla como muy pocos lo han hecho.
Víctor Andrés Belaúnde no solo puede ser tomado como un
pensador que escribió varias obras.Yo considero que las obras que escribió están ahí para que hoy tengamos
que volver a leerlas por lo agudo, lo intenso y especialmente por la
sorprendente vigencia de aquello que, en la actualidad, su autor parece
seguirnos diciendo acerca de nuestro país.
Una de aquellas obras que no deja de impactarme es su
libro Meditaciones Peruanas.Para
mí, ese es su mejor y más completo trabajo. En sus páginas hay toda una exposición
sistematizada sobre las raíces de nuestro complicado y problemático
devenir.Nuestros males
psicológicos, políticos, culturales, económicos y sociales son explicados, con
una impactante claridad y precisión.Lo que podría sorprender es que dicho libro data de la segunda década del
siglo xx.¿Pero qué es lo que
entonces le da vigencia a lo que su autor exponía por aquellos años?La respuesta a tal interrogante está en su genial conocimiento sobre
nuestro ser peruano.
Sobre la base de ese conocimiento, Víctor Andrés
Belaúnde podía darle a un discurso la dimensión de todo un ensayo, tal como lo
hizo en 1914, en la ciudad de Arequipa, cuando pronuncia aquel memorable
discurso titulado La Crisis Presente.En la actualidad resulta más que interesante (yo diría imprescindible)
observar cuán presente están los elementos y factores que se describían en el
memorable discurso sobre la crisis de entonces.Más aún, dicha observación podría
incluso plantearnos una sugestiva interrogante: ¿Será tan solo una crisis lo que
estamos padeciendo en el presente?Y al respecto, mi respuesta es que no.No, porque cuando lo presente se
convierte en algo permanente lo que aparece como crisis adquiere rango de
patología.
El maestro nos proporciona los elementos suficientes
como para tomar consciencia de la magnitud de la situación del Perú actual.Partiendo de su aporte analítico, puedo
percibir que nuestro país se encuentra en un estado de salud económica,
política, cultural, mental, realmente grave.
Vamos a situarnos en el ámbito psicológico. entre
nosotros no tendría por qué haber el grado de incoherencia que se percibe en
nuestra vida colectiva.Solo esa
incoherencia puede explicar cómo es que los miembros de nuestra sociedad, que
hasta hace muy poco aplaudían a la policía por sus ventanas, ahora salgan a
hablar pestes de nuestros custodios.De otra parte, no tendría que aflorar el tipo de ironía, ni ese grado de
rencor con el que los peruanos nos enfrentamos sin medir el límite de las
agresiones que pudiésemos causar.Sin embargo, basta ver cómo unos políticos atacan a otros, echando mano a
recursos deplorables, valiéndose de lo que sea, para revolver el río de las
masas y así salir ganando.Tampoco
estaríamos hundidos en una muy peculiar ignorancia de la que algunos miembros de
los sectores incluso privilegiados de nuestra sociedad parecerían no querer
salir y que, en todo caso, esos sectores ocultan decorándose a sí mismos con
aires de una supuesta cultura de hipócritas modales.Pero todo esto tiene su causa en una tremenda pobreza sentimental, que
Víctor Andrés Belaúnde menciona en sus ensayos sobre Psicología
Nacional.
¿Y cómo vamos en el campo político? Hemos
tenido hasta 4 presidentes a partir del 2016 a la fecha.No menos de 4 hemos tenido, y no es poco lo que se dice y se comenta
sobre la figura presidencial.¿Cómo entender entonces lo que ocurre con dicha figura y sobre todo con
su conducta?¿Deberíamos quedarnos
especulando acerca de lo decorativo de los colores que a dicha figura
adornan?NO.Para entender el entorno y la conducta de la figura presidencial bastaría
recurrir a una de las páginas más lúcidas de nuestra sociología política que
Belaúnde nos dejara, en el tenor de su discurso sobre La Crisis Presente.En concreto, me estoy refiriendo al
paralelo comparativo que el brillante académico hace entre el virrey y el
presidente.
YO pienso que, más allá de lo teórico, la vigencia de lo
planteado por Víctor Andrés Belaúnde constituye un reto, un frontal
emplazamiento a quienes decimos que nos preocupamos por la situación de nuestro
país.Así pues, es muy interesante
meditar acerca del Perú.Sin
embargo, tomemos en cuenta que el Perú ya fue meditado por tan notable maestro y
que, ahora, nuestra patria nos pide que nosotros vayamos más allá de la
meditación.