Poniéndole el cascabel al gato: futura ley contra la usura
Desde el Faro
Por: Rafael Hidalgo
La Comisión de Defensa del Consumidor acaba de aprobar el dictamen para una
'Ley de Usura', donde se fijaría un 'tope' máximo a las tasas de interés que
cobran los bancos. Ese 'tope' sería establecido por el BCR y al que lo incumpla
le caería 'una pena no menor a los 4 ni mayor a los 8 años acompañados de 360
días multa'.
Por un lado, la Asociación de Deudores Financieros, que esta semana protestó
a nivel nacional contra la reciente ley de congelamiento por ser insignificante
(no alcanza ni para el 5% de los adeudos), ha saludado con entusiasmo la
medida.
Mientras que, por el otro, el presidente de Asbanc, Martín Naranjo, ha
señalado que con este tope “quedan fuera los clientes de mayor riesgo, que ni
siquiera serían analizados porque las tasas de interés están asociadas al riesgo
crediticio”. Naranjo agregó que la medida “no sólo afecta la libre competencia y
la libertad de empresa” sino que “es inconstitucional, porque invade las
competencias del BCR y la SBS”.
Si bien es cierto que la Ley de Bancos eliminó a partir de 1991 el control a
las tasas de interés, no es menos cierto que el artículo 52 de la Ley Orgánica
del BCR señala que “excepcionalmente, el BCR tiene la facultad de fijar tasas de
intereses máximos y mínimos con el propósito de regular el mercado”.
La pregunta del millón es: ¿el Perú, con una recesión de -14% del PBI en el
2020 y con 7 millones de desocupados, se encuentra en una situación de
excepción? Casi seis millones de hogares deben S/ 130,000 millones a los bancos.
Las tasas de esas deudas son altísimas. En el crédito de consumo, por ejemplo,
el promedio es de 40%.
Según el Banco Mundial, en el Perú no sólo se cobra la tasa de interés más
alta de la región andina, sino también coexistimos con el mayor nivel de
sobrecostos bancarios (14.4%), índice conocido como ‘spread’, que es la
diferencia entre la tasa de interés promedio de los créditos y los ahorros.
Coexisten tasas en promedio tan altas como la de la tarjeta de crédito clásica
del BBVA en soles de 130% y tan bajas como la cuenta de ahorros del BCP con
-9.48%. Un abuso desde cualquier cristal con que se mire.
Este margen (spread) tan alto se debe a la escasa competencia en el sistema
financiero. Hay una suerte de tetrapolio bancario: BCP, Scotiabank, BBVA e
Interbank, que concentran el 85% del sistema.
Los topes a la tasa de interés no son de otro mundo como repiten hasta el
cansancio el coro de la SBS, BCR y MEF, convenientemente dirigidos por Asbanc.
Colombia (28.04% créditos de consumo) y Chile (50%) son miembros de la OCDE y
tienen “tasas de usura”. También los tienen Alemania, Bélgica, China, Japón,
Francia, Holanda, Italia, entre otros. En EEUU, cada estado tiene un tope de
tasa de interés.
El siglo pasado el célebre John Maynard Keynes nos decía “la tasa de interés
no se ajusta a si misma por conveniencia social”, sino que tiende a subir mucho,
de manera que un gobierno sensato se preocupa por doblegarla por la ley (y por
costumbre) aun invocando sanciones.