Para salir de la recesión (y evitar la depresión) el país requiere que la
política monetaria sea expansiva, como la que viene realizando el BCR, al haber
bajado la tasa de interés de referencia a 0.25% (y los encajes), además de
inyectar liquidez a las empresas con Reactiva Perú por la suma de S/ 60,000
millones.
Tiene pendiente que la banca use la línea “repo” (7/6/20), que trasladada a
la deuda de los hogares, disminuya la tasa de interés anual de los créditos de
consumo, que supera el 40%. Este alivio permitiría levantar el consumo privado
que se ha desplomado en -24%. Keynes decía “La tasa de interés no baja en forma
espontánea por conveniencia social, sino más bien tiende a elevarse y un
gobierno sensato debe doblegarla por ley, por costumbre y aun invocando
sanciones morales”.
El otro gran instrumento, la inversión pública, que representa alrededor del
5% del PBI y depende del MEF, viene haciendo hace agua. La ejecución al 7/8/2020
apenas llega a S/ 8,446 millones. Una minucia.
Para cortar con la indolencia, la Autoridad de la Reconstrucción con Cambios
(ARCC) ha entregado obras al Reino Unido (UK) en un acuerdo de gobierno a
gobierno (G2G) por S/7,000 millones para la construcción de 15 hospitales, 74
colegios, 22 soluciones fluviales, 7 drenajes pluviales. Además, de uno con
Francia para el Hospital Antonio Lorena (S/70 millones) y otro G2G con Corea del
Sur para el Aeropuerto Internacional de Chinchero (S/ 630 millones) y se ha
anunciado G2G para la construcción de la Línea 3, la Línea 4 y la Carretera
Central por S/ 40,000 millones.
También figura en los planes de inversión el programa Arranca Perú por S/
6,436 millones para “crear 1,034,000 empleos”, rebautizado como Acelera Perú
para agregar S/ 2,500 millones para el mantenimiento de 50,000 km de carreteras,
20,000 viviendas, canales, mejorar pistas y veredas y para Trabajo Perú con los
municipios, donde el rol de los núcleos ejecutores es vital.
Otro ítem son las megaobras paralizadas. Se ha pasado al Ministerio de
Agricultura, con un presupuesto de S/ 3,149 millones (US$ 890 millones), la III
Etapa de Chavimochic con un avance del 70%. El presupuesto inicial era de US$
715 millones (2017): el Estado aportaba US$ 353 millones y Odebrecht-GyM US$ 362
millones. En tres años se han decuplicado el saldo. Otro destrabe que se espera
es la II Etapa de Majes-Siguas (US$ 660 millones) y también la Línea 2, cuyo
avance bordea el 33%.
El MEF debería ir a paso ligero en la aprobación de proyectos de Obra por
Impuestos (OxI), donde el punto medular es la entrega oportuna de los
certificados de inversión apenas se culminen las obras y poner su foco de
atención en las obras paralizadas a cargo de regiones y municipios, cuya
actualización podría adjudicarse a las universidades como sustituto de las tesis
de grado y la obra acogerse al nuevo reglamento de PEIP.
Sin embargo, planes y sueños no mueven la realidad por ahora, porque el BCR
estima que la inversión pública caerá en -8.5% en el 2020.