Telereprogramar no es reprogramar asi como bailar de lejos no es bailar.
BCR logra rebajar tasas de interés de las Pymes con Reactiva Perú, pero las
tasas de los créditos de consumo de los hogares se mantienen inalterables.
Socorro Heysen, la titular de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP
(SBS), acaba de señalar al Congreso que sus proyectos de ley: para
“congelar” deudas por 90 días (Comisión de Defensa del Consumidor) y para
“reprogramar sin cargos adicionales” (Comisión de Economía) son innecesarios ya
que los bancos a la fecha (19/6/2020) han conseguido “reprogramar” un elevado
porcentaje de estos créditos: pequeña empresa 64.8%, microempresa 70%, crédito
de consumo 45.3% y crédito hipotecario 34.6%. No obstante, la SBS soslaya
que el total de estas reprogramaciones (90%) tienen como común
denominador haber “pateado hacia adelante" las cuotas
mensuales se realizaron telefónicamente en plena pandemia, en el
marco de la angustia para evitar el contagio y la incertidumbre sobre el futuro
de los empleos o los negocios. Olvidan que telereprogramar es diferente que
reprogramar en vivo (y en directo es reprogramar). Como reza la canción “bailar
pegados es bailar”. Y cuando alguno de estos incautos clientes ha querido
volver a revisar estas “telereprogramaciones” , el banco le ha contestado que
manam. A mediados de semana el BCR publicó un cuadro bastante revelador que
reseña que gracias al programa de créditos “Reactiva Perú” -y no por algún
aporte de los bancos- la tasa de interés activa anual en soles (TCEA) a las
pequeñas empresas se ha reducido en 14% en el período de la pandemia (del 20/3
al 20/6) y en el caso de las microempresas 27.5% . Un gran aporte del lobo
emisor en la rebaja de tasas. Pero ni la SBS , ni el BCR en su reciente
tuitter, mencionan si en esta lluvia de “telereprogramaciones” se ha
experimentado alguna merma en las altísimas tasas que cobran los bancos por los
créditos de consumo, que en febrero antes del COVID-19 se habían situado en
alrededor del 38% (SBS). Una perla de este abuso, por ejemplo, es la tasa de
130% que cobra en promedio el BBVA (y los Big4) en las tarjetas de crédito (
SBS). Todo indica que los bancos, pese a la brutal caída del empleo
(-70%) y del consumo privado (-35%), hasta la fecha no se han molestado en hacer
la más mínima rebaja en las tasas que vienen cobrando a las 2.7 millones de
pymes y a los 6.2 millones de hogares. Un negocio redondo que en el 2009 les
reportó en utilidades S/ 9.000 millones, pero, con la diferencia que vivimos
una crisis y cuando llueve se supone que todos se deben mojar.
Tampoco en la SBS se han enterado qué el Congreso de Costa Rica acaba de
aprobar una ley de usura (20/6/2020) que fija como tasa máxima anual (umbral de
la usura) 37.6%, dicho de otra manera, todos los bancos peruanos sin excepción
serían unos perseguidos por la justicia en la bucólica San José. A estas
alturas de la recesión tampoco se entiende porque los
bancos no vienen operando con la línea de crédito (“repo”) del BCR
(7/6/2020) a tasas bajísimas como Reactiva Perú que permitiría que se aminoren
las tasas pactadas en las “telereprogramaciones”.