Al titular del ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), Raúl «el Fortuito» Pérez- Reyes no le quedó otra que retrasar 60 días la puesta en marcha del nuevo aeropuerto Jorge Chávez, del 31 de enero al 30 de marzo.
Con una ingenuidad digna de mejor causa el MTC se disculpa así: “El tiempo adicional permitirá realizar pruebas integrales para asegurar la seguridad de las operaciones y un servicio de calidad para los pasajeros”. Dicho de otra manera, la promesa de iniciar el 31 de enero las operaciones, se iba a realizar si asegurar: la seguridad ni la calidad del servicio.
El presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, sabiendo que la obra no estaba a punto previamente, señaló: “Se había previsto que el 29 de enero se diera la inauguración; no obstante, ha habido retrasos que podrían considerarse una atención especial para revisar esta fecha. Reitero, el aeropuerto solo será inaugurado cuando tengamos absoluta certeza de que todas las prácticas, seguridad del aeropuerto y operaciones estén al 100 % certificadas”.
El jefe del gabinete también explicó que por los retrasos en las obras han convocado una reunión con los concesionarios del aeropuerto, la empresa alemana Fraport, llamada en el país Lima Airport Partners (LAP), y los representantes de las aerolíneas para definir un nuevo cronograma.
Como se recuerda LAP invistió desde el inició de la concesión a paso de tortuga y consiguió la ampliación de la renovación sin ningún aporte adicional, para el estado, durante la gestión del presidente Pedro Pablo Kuczynski, con Martín Vizcarra como ministro de Transporte. Los actuales accionistas de LAP son Fraport con el 80% y el Banco Mundial con el 20% restante.