Aunque los smartphones le hayan comido la tostada a los ordenadores, lo cierto es que estos siguen siendo esenciales en nuestra vida, sobre todo en el trabajo, y es que aunque podamos hacer prácticamente lo mismo con el teléfono que con el PC, hay muchas tareas que son mejores desde la pantalla del ordenador.
Aunque es verdad que en los móviles es donde solemos almacenar la información más sensible e importante, que es la que más hay que proteger, nuestros ordenadores también están cargados de datos importantes, personales y bancarios, y por ello es crucial asegurarnos de que están correctamente protegidos.
Como recogen desde Bit Life Media, según datos de StatCounter, Windows 10 sigue liderando el mercado con un 62% de participación a nivel global. Si bien en el 2021 Microsoft lanzó Windows 11, los datos señalan que la adopción ha sido mínima, con tan solo un 32% de los equipos actualizados con este sistema operativo, principalmente por las estrictas exigencias de hardware, las cuales han provocado que miles de ordenadores queden desfasados.
Como decíamos, la gran mayoría de ordenadores, en concreto más del 60% de los equipos a nivel mundial siguen usando Windows 10, pero en el 2025 este sistema operativo se acerca al final de su vida útil. Está previsto que para octubre de este año se de fin al soporte oficial para Windows 10, lo que dejaría miles de ordenadores en riesgo a sufrir ataques cibernéticos y problemas de compatibilidad, una situación que preocupa tanto a usuarios como a expertos en tecnología.
La falta de actualizaciones de sistemas conlleva graves consecuencias en nuestros equipos, por ejemplo, la ausencia de parches de seguridad abre la puerta a malware y ciberataques, aprovechando vulnerabilidades conocidas. También hay que tener en cuenta que los sistemas desactualizados pueden volverse incompatibles con nuevo software y hardware, limitando su funcionalidad y eficiencia.
Tampoco podemos olvidar que las empresas que ignoren las actualizaciones pueden incumplir regulaciones de ciberseguridad y enfrentar multas o sanciones, agravando los desafíos de la transición tecnológica. Para afrontar este problema, los usuarios tienen hasta tres opciones.
Las tres opciones para los usuarios de Windows 10
1. Migrar a Windows 11
Posiblemente la más lógica y directa de todas, ya que tan solo tienes que actualizar el equipo. El problema es que como decíamos no todos los ordenadores son compatibles, por lo que cabe la posibilidad de que tengas que cambiar de ordenador y la gracia del Windows 11 te salga más cara.
2. Comprar un soporte extendido
Microsoft entiende que comprarse un ordenador nuevo no entra en el presupuesto de todos, y como opción ofrece la posibilidad de adquirir actualizaciones de seguridad extendidas. En el caso de las empresas podrán adquirir estas por unos 60 euros el primer año, pero en los años siguientes el coste de este soporte se irá incrementando con el paso de lo años, para los usuarios individuales el coste será de 30 años, aunque solo lo extienden por un año.
3. Usar parches no oficiales
Si bien los expertos en ciberseguridad recomiendan siempre hacer las cosas desde los medios oficiales, existen compañías legítimas que se han comprometido con esta causa, por ejemplo, 0patch ha asegurado que ofrecerá soporte de Windows 10 mediante parches de seguridad hasta el 2030, aunque estos los tendrás que pagar también.
eleconomista.es