Los hermanos Andrés, Verónica y Claudia Marsano Conroy habrían puesto en venta Minera Aurífera Retamas – Marsa. Quien estaría buscando comprador es nada menos que el banco de inversión JP Morgan, según información proporcionada por una persona con conocimiento de la operación.
De acuerdo a la información del banco de inversión, Marsa tuvo ventas por US$ 400 millones el 2022 y 2023, y US$ 470 millones el 2024. Su producción ha estado en declive los últimos años: 230 mil onzas de oro el 2021, 210 mil onzas el 2022, 200 mil onzas el 2023 y 190 mil onzas el 2024.
El EBITDA (utilidad antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización) de Marsa el 2024 fue de US$ 150 millones. A modo de comparación, la peruana Compañía de Minas Buenaventura, tuvo un EBITDA de US$ 199 millones el 2023 y de US$ 431 millones el 2024, con un valor de mercado actual de US$ 3,890 millones.
Marsa opera la unidad minera San Andrés en el distrito de Parcoy, en la provincia de Pataz, en La Libertad. La operación es subterránea con ingresos en la Rampa Patrick y el Pique Marsa. La explotación se realiza con los métodos cut and fill y long wall. El mineral aurífero es llevado a la planta de tratamiento San Andrés, en donde pasa las etapas de chancado, molienda, flotación, cianuración y precipitación mediante el proceso de Merrill Crowe.
Otra información disponible por el JP Morgan, es que las reservas son de 700 mil onzas de oro y recursos por 3,800 onzas de oro, es decir, al ritmo actual, tendría para producir cuatro años y tendría que realizar trabajos exploratorios para pasar sus recursos a reservas disponibles. Si los recursos se confirman, el tiempo de vida de la vida sería de 19 años adicionales.
Marsa está ligado a la comunidad campesina Llacuabamba, por su proximidad a las operaciones, tanto así que allí tiene oficinas administrativas.
Marsa también tiene contratos con mineros artesanales o informales, para que trabajen en su concesión a cambio de comprarle su producción, pero esta situación se les está escapando de las manos. En junio del año pasado, un grupo de estos mineros fue a protestar a las instalaciones de la misma manera, pusieron explosivos y secuestraron a cuatro trabajadores de Marsa por unas horas.
Marsa fue fundado en 1981 por Andrés Marsano Porras, nieto de Tomás Marsano, un empresario minero que era considerado el hombre más rico del país hacia fines de la década de 1940. Andrés Marsano falleció sorpresivamente en 1999, cuando sus hijos aún estaban en la universidad. Fue su hija Verónica Marsano Conroy, quien asumió la vicepresidencia ejecutiva de la empresa, bastante joven.
A inicios de siglo, Verónica Marsano se convirtió en una destacada ejecutiva minera, quien integró el directorio de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), y lideró el Simposio del Oro en el 2008, pero en los últimos tres lustros, ha mantenido un perfil bajo y prácticamente, desapareció de los medios. En los últimos años, Verónica Marsano se ha dedicado más a obras de labor social en la Fundación Patrick Bayly Marsano – Fundación PAT, donando unidades de radioterapia a hospitales, casas calientes a Puno, entre otros.
Andrés Marsano Conroy ha tenido un perfil aún más bajo que su hermana, que en cierto momento, también ha figurado como vicepresidente ejecutivo de Marsa. También figura como accionista de Refractarios Peruanos SA – Repsa, fabricante de ladrillos refractarios.
Sobre Claudia Marsano Conroy, no hay nada conocido.