Desde el Faro
Por: Rafael Hidalgo
El tetrapresidente del BCR, Julio Velarde, alardeaba en la CADE: “La inflación que vimos en el 2021-22 en todo el mundo en el Perú ya está controlada…” (28/11/24). Y no es para menos, la inflación de los últimos 12 meses se situó en 2.27% (INEI-1/12/24). Sin embargo, paralelamente, desde algún horno vallejiano, un noble panetón acechaba irreverente los blasones del “mejor banquero central de Latinoamérica”, coronado por la revista LatinFinance (2014).
Con la llegada de las fiestas navideñas, el “Rey del Mercado”, el panetón D’Onofrio de 880 gramos (Diego Zegarra de Trade Marketing, 2/12/24), que representa el 42% de las ventas según Ursula Conroy de Nestlé Perú (5/12/23), ha elevado su precio de venta en 22%, es decir, nada menos que diez veces la inflación anual que pregona nuestro presidente del instituto emisor. Este apetitoso soberano, en sus galas más modestas (bolsa), que se vendía a S/ 24.50 en Plaza Vea en la Navidad del 2023, ahora a principios de mes se ofrecía en S/ 29.90 en la misma tienda.
No obstante, el panetón D’Onofrio con su 22% no es el único alimento que pretende opacar la gloria de Julio IV, ya que el pescado lo supera con 33.7%, mientras que el fiel pollo lo escolta con 15.5% (Inflación Noviembre, BCR). Incluso, el arroz también se ha disparado, infaltable en la cena navideña: en el mercado del Callao, el “Costeño”, que costaba S/ 4 el kilo en diciembre del 2023, ahora se vende a S/ 4.80. No obstante, la canasta con la que el cuatro veces designado presidente del BCR realiza sus compras navideñas, al parecer, no experimenta estos sobresaltos. Ni panetón, ni bonito, ni pavipollo; sólo chancay, lechón y pavo.
Otro detalle no menor: cuando el panetón llegó de Milán a nuestras costas a mediados del siglo XX, pesaba un kilo. En un primer momento, Gloria adquirió la empresa D’Onofrio por US$ 7 millones (1991) y, seis años después, la vendió a la suiza Nestlé (que vendía el panetón Motta) por US$ 80 millones (1997). En la década de los 90, existía un clásico de panetones entre D’Onofrio y Motta (Nestlé), pero en manos de la multinacional suiza, el clásico de panetones se amenguó —como sucedió con Inka Kola cuando fue comprada por Coca Cola en 1999 o con Pilsen comprada por Cristal (Backus) en 1994— “si no puedes vencer a tu competidor, cómpralo”. Con los años, el panetón fue sometido a un “régimen de dieta” conocido como reduflación (una mezcla entre inflación y reducción): “pagas más por menos”.
En el año 2014, el panetón perdió 10% de peso, pasando a 900 gramos, y desde el 2023 dejó otro 2.3% en la balanza, presentándose en sociedad con 880 gramos. Según Trade Marketing, en el 2023 se comercializaron 50,000 toneladas de panetones. Pío Pantoja, presidente de la Asociación de Panaderos (ASPAN), “espera que el consumo se incremente en 10% este año” (13/12/23), ergo, el equivalente a 60 millones de panetones en su presentación estándar. Un mercado que movilizará alrededor de US$ 300 millones anuales. Ursula Conroy nos confirma que el Perú es el principal país de consumo de panetones, por encima de Brasil e, inclusive, de Italia, ya que nuestro consumo per cápita es de 1.3 kilos al año, y en Italia es de alrededor de 1.2 kilos: “El peruano es panetonero”, concluye (5/12/23).
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