Desde el Faro
Por: Rafael Hidalgo
Con una oferta electoral de 39 partidos inscritos y 32 en la cola del JNE, debido a la hoguera de vanidades que encendió la “reforma política” del expresidente Martín Vizcarra (diseñada por el politólogo extrotskista Fernando Tuesta), que ha multiplicado los bandos como los peces en la Biblia, se avizora un gobierno improvisado y un Congreso más caótico que el actual. No obstante, Julio Velarde, el presidente del Banco Central de Reserva (BCR), ha pronosticado un crecimiento de la inversión privada de 4.1 % en pleno año preelectoral 2025 (creció 2.3 % en el 2024), rebosando un optimismo del que carecen los empresarios que convoca mensualmente el BCR para la Encuesta de Expectativas Macroeconómicas (10/1/24), cuyos últimos resultados revelan que 11 de los 12 indicadores de expectativas retroceden frente al mes anterior.
Que el capital es cobarde no es un secreto. No obstante, los resultados de la inversión privada en los cuatro últimos años preelectorales arrojan resultados diversos: en el 2005, con Alejandro Toledo en el gobierno, la inversión privada subió 13.9 %; en el 2010, con Alan García en el poder, creció 22.1 %; cayendo en el 2015, con Ollanta Humala en el timón, -4.4 %; y en el 2020, con la dupla Vizcarra-Sagasti y la pandemia de por medio, la inversión privada se fue al sótano: -16.6 %. En el 2005 creció la construcción 8.4 % y las importaciones de bienes de capital 29.6 %, invirtiendo: Cerro Verde (US$ 237 millones), Southern (US$ 280 millones), Yanacocha (US$ 238 millones), Telefónica (US$ 166 millones), entre otros. En el 2010, bajo el gobierno aprista de Alan García II, la inversión privada voló 22.1 %: Planta de Pampa Melchorita, Fosfatos de Bayóvar, Toromocho, Hidroeléctrica de San Gabán I, Termoeléctrica Kallpa IV (Chilca), ampliación de Refinería de Cajamarquilla, y un largo etcétera.
En el 2015, con Ollanta Humala, la inversión privada se vino al piso: bajó -4.4 % pese a que la inversión minera sumó US$ 7,525 millones: Cerro Verde con US$ 1,617 millones y Las Bambas con US$ 1,504 millones, Cemento Pacasmayo inauguró planta en Piura (US$ 365 millones) e ingresaron 894 megavatios (MW) mediante una inversión de US$ 1,500 millones: Termoeléctrica de Eten (230 MW), Termoeléctrica Recka (181 MW), Hidroeléctrica Cheves (168 MW), Hidroeléctrica Machupicchu II (102 MW) y la Hidroeléctrica Santa Teresa I (98 MW), además de la modernización de La Pampilla-Repsol (US$ 217 millones).
En el 2020, año de la pandemia, con Martín Vizcarra al alimón con Francisco Sagasti, la inversión privada cayó -16.6 % (la mayor caída desde 1990), debido a la menor inversión minera (-28.2 %) y de otros sectores (-14.6 %).
Empero, el Marco Macroeconómico Multianual (MMM) vaticina que en el 2025 la inversión privada será sostenida por los proyectos mineros Corani de plata (US$ 579 millones de inversión) —que Bear Creek ha puesto en venta desde el 2012— y Zafranal (cobre y oro) —de Teck (Canadá) con el 80 %— que anuncia el tajo para el 2028, con una producción anual de 75 mil toneladas (ton) de cobre y 29 mil onzas troy de oro. Además, Coroccohuayco (US$ 1,500 millones) de Minera Antapaccay (Glencore), en consulta previa, con 100 ton anuales de cobre; el reinicio del Muelle Norte y la Autopista del Sol; y las inversiones de APPs adjudicadas. También se verán: Romina-Volcán (US$ 150 millones) con producción anual de 49 mil ton de zinc; Expansión Cerro Verde (US$ 645 millones); Reposición Tantahuatay (Southern Perú 44 %, Buenaventura 40 %), para producir oro en dos tajos en Hualgayoc, Cajamarca (US$ 1,536 millones).
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