- El brent se aproxima a la barrera técnica que puede desencadenar un desplome
- La tensión por Oriente Medio se va diluyendo
Mucho se ha hablado de los factores fundamentales que están sosteniendo el precio del barril y agitándolo en múltiples direcciones desde hace meses. Ahora mismo, la materia prima se encuentra en un delicado baile entre un mercado sobrecargado, ante la enorme inyección de EEUU y una demanda menor de lo esperado, y un temor geopolítico en Oriente Medio. El reciente miedo de un ataque de Israel hacia la infraestructura petrolera iraní ha encendido los ánimos del mercado, aunque parece calmarse los últimos días. Sin embargo, tras los últimos días de potentes caídas, el crudo se enfrenta a un abismo técnico. El pulso de los inversores se acelera a medida que el barril se aproxima a un punto límite, tras caer a los 74 dólares a pocos días de haber cotizado en los 80 que abriría la puerta a un desplome acelerado: los 70 dólares.
Este año solo ha roto esta barrera de forma muy fugaz a comienzo de octubre, al tocar los 69,2 dólares ante los débiles datos de China. Esto precedió un rebote por el ‘fuego’ de Oriente Medio. La única vez en los últimos años que cotizó por debajo de esos niveles fue al calor del covid, en los años 2020 y 2021, cuando la pandemia paró la actividad mundial y, por lo tanto, la demanda de crudo cayó hasta su mínima expresión. Sin embargo, el crudo siempre ha encontrado en estos 70 dólares esa barrera infranqueable.
El barril de crudo Brent, de referencia en Europa, está apoyándose en un soporte clave que los expertos ven como la última barrera antes de protagonizar una caída aún mayor. Desde el portal financiero Marketwatch explican en un análisis que durante los últimos dos años, el precio del crudo Brent ha estado acotado en gran medida a un rango de cotización que oscila entre los 70 y los 100 dólares. Pero a principios de agosto, el Brent atravesó su media móvil de 200 semanas por un amplio margen. Esta ruptura de una media móvil de muy largo plazo tiene una implicación bajista que define la dirección de la tendencia a largo plazo del crudo que es a la baja, según explican desde el portal norteamericano.
Ahora, el crudo se enfrenta a un escenario aún más complejo: «Cerrar por debajo de la media móvil de 200 semanas y romper el soporte de los 68 dólares desencadenaría una fuerte venta y proyectaría un descenso de nuevo a los 55-60 dólares», señalan los analistas del medio americano.
Joan Cabrero, asesor de Ecotrader, el portal de inversión de elEconomista, apunta a que el crudo podría enfrentarse a una caída importante si rompe a la baja el mercado lateral en el el que se encuentra en este momento. Un mercado lateral se produce cuando una cotización se mueve con subidas y bajadas dentro de un canal de precios. En este momento, el Brent parece cotizar (como si estuviera enjaulado) entre los 69 y los 80 dólares. La ruptura de este canal determinará la tendencia del precio del ‘oro negro’ de las próximas semanas y, probablemente, meses.
Cabrero explica que si el Brent termina perdiendo la zona de los 66 dólares, la base de otro canal de más largo plazo, el petróleo podría corregir hasta los 55 dólares por barril.
De momento hoy el brent hace una tregua al rebotar un 1,22% tras vivir una de las peores semanas de todo el año. El precio del barril se ha desmoronado un 7,57%, solo superado por el 10,27% del arranque de septiembre. Este mal desempeño ha venido liderado por el giro brusco en Oriente Medio. En los últimos días, el mismo Benjamin Netanyahu, ha expresado públicamente su voluntad de no atacar la infraestructura petrolera iraní. Este era el gran temor que había provocado unos potentes avances desde mediados de octubre.
Un mercado repleto de crudo
Desde el punto de vista fundamental, la realidad es que ahora el mercado se enfrenta a una gran producción. En América, varios países destacan como grandes y crecientes productores de petróleo, jugando un papel clave en la oferta global. Según los últimos informes de la Agencia Internacional de Energía (AIE) y Bloomberg, Estados Unidos lidera la producción en la región con un promedio diario de más de 13,2 millones de barriles por día (b/d), alcanzando un récord histórico en 2023.
Este incremento ha consolidado al país como el mayor productor mundial de petróleo, impulsado por el auge del petróleo de esquisto. Este nivel de producción ha tenido un impacto importante en la oferta mundial, ayudando a contrarrestar déficits en otros países productores. Canadá, por su parte, está produciendo más de 4 millones de barriles de crudo diarios.
Brasil es otro gigante de la producción petrolera en América, con una producción aproximada de 3,6 millones de barriles diarios. Gracias a sus importantes yacimientos en aguas profundas, el país ha mantenido un crecimiento sostenido en la última década, lo que le permite posicionarse como el segundo mayor productor de la región. El desarrollo de campos en el presal ha sido clave para que Brasil se mantenga competitivo y se acerque a sus máximos de producción histórica.
México, por su parte, produce alrededor de 1,9 millones de barriles diarios, según los últimos datos de la AIE. Aunque está lejos de su pico de producción en las décadas pasadas, la estatal Pemex sigue siendo un jugador relevante en el mercado, especialmente en un contexto donde las reservas probadas se están agotando y nuevos desarrollos en aguas profundas tardan en consolidarse.
Un caso interesante es el de Guyana, que ha emergido rápidamente como un productor significativo, con una producción de más de 550.000 barriles diarios en 2023, ahora ya produce más de 600.000 barriles diarios. Los descubrimientos recientes en aguas profundas han convertido a este pequeño país en uno de los puntos de mayor crecimiento en la región, atrayendo la atención de inversores internacionales y contribuyendo a la oferta global de crudo.
A nivel regional, estos países de América desempeñan un papel crucial en la oferta mundial de petróleo, con Estados Unidos, Brasil, Canadá México y ahora Guyana como actores principales. En conjunto, su producción influye en la estabilidad de los precios internacionales y ofrece un contrapeso a las fluctuaciones en la oferta de otros países productores fuera de la región, especialmente aquellos en OPEP+. Queda por ver el mercado termina cediendo al empuje de estos nuevos gigantes petroleros y consigue romper la barrera clave o si, como tantas otras veces, el escudo de los 70 dólares consigue salvar al brent de unos descensos generalizados.
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